No habrá nuevos Presupuestos para la capital en 2023. Ya es un hecho. Por primera vez en su mandato, el alcalde popular, José Luís Martínez-Almeida, y la vicealcaldesa naranja, Begoña Villacís, van a prorrogar sus cuentas. Adiós a la rebaja del IBI al mínimo legal, la mejora de la Tarjeta Familias, el aumento del monto en el Área de Seguridad o las 3.077 viviendas que iba a empezar a construir la EMVS... PP y Cs se han quedado solos, sin los apoyos necesarios para sacar adelante su hoja de ruta para el año que viene, con las elecciones municipales y autonómicas en el horizonte. El 'no' de todos los partidos de la izquierda -incluido el Grupo Mixto, que sí dio sus votos en 2022- y el "muro" que levantó Vox en Madrid Central han sentenciado los 5.703 millones de euros. 

Con la resignación de quién no ha podido ni negociar su proyecto presupuestario, el alcalde ha reconocido lo que era un secreto a voces. "Hemos tomado la decisión de no convocar un pleno extraordinario para debatir los presupuestos porque no hay votos suficientes para que se produzca esa aprobación y, por tanto, ya estamos trabajando en la prórroga presupuestaria", ha sostenido en la rueda posterior a la Junta de Gobierno. Misma estrategia que Ayuso, que también ha rehusado de una sesión extraordinaria antes de acabar el año. Y de nuevo por Vox, pero con Javier Ortega Smith a la cabeza, que desde finales de septiembre ha sostenido la misma línea roja: sí a las cuentas a cambio de tumbar todas la multas y restricciones de Madrid 360, el antiguo Madrid Central de Manuela Carmena.

Los Presupuestos de 2023, frente al enroque de Vox sobre Madrid Central

La izquierda nunca fue una opción. Desde el minuto uno, Más Madrid y PSOE anunciaron su rechazo total al plan presupuestario. Y el Grupo Mixto, que sirvió como llave para abrir la espita de pactos tan importantes como la Ordenanza de Terrazas o, mismamente, los últimos Presupuestos, tampoco estaba por la labor después de que el alcalde no haya cumplido algunos de los acuerdos alcanzados con la formación compuesta por los ediles que se marcharon en abril de 2021 de Más Madrid por desavenencias con la portavoz, Rita Maestre.

Pero para Almeida la culpa es de Ortega Smith. No de Vox, sino de su portavoz. Personalmente. En las últimas semanas, ha sostenido el mismo argumento: "el coste para los madrileños de que Ortega Smith pueda circular por la Gran Vía son 121 millones [de minimizar el IBI]". Esta mañana, ha vuelto a señalarlo. "Es obvio que por su parte no hay ninguna voluntad de aprobar los presupuestos, ni siquiera negociarlos". Según ha revelado, a principios de noviembre le envío un correo expresamente al enviado de Santiago Abascal a la capital. Y todavía sigue esperando respuesta. "Los madrileños nos piden la capacidad de poder hablar entre nosotros y es imposible hablar con él".

La quinta fuerza del Ayuntamiento no ha rebajado sus exigencia ni con la moratoria que aprobó Cibeles esta semana para que los camiones de mercancías de menos de 3.500 kilos y con etiqueta medioambiental B [gasolina y diésel matriculados a partir de 2005] puedan circular por el distrito Centro durante todo 2023. Quieren una moratoria global, a todos los conductores de Madrid. 

La moratoria para permitir a los vehículos de mercancías entrar al centro de Madrid con la ausencia de Vox

Villacís fue aún más lejos. La líder de Cs piensa que sus socios de investidura no se molestan "ni en trabajar". "La gente se preguntará para qué sirve Vox, para nada si se comportan "como si estuviera en segundo de la ESO, no juntándose con nadie", ha reprochado. Lo que más le molesta a la vicealcaldesa es que los de los de Ortega Smith ni siquiera hayan presentado enmiendas, parciales ni totales, a los Presupuestos. Aunque Más Madrid y PSOE sí las propuso, más de 300, y azules y naranjas las dilapidaron todas, en un ejercicio sin precedentes en este mandato.

Ayuntamiento de Madrid

Incertidumbre ante la prórroga de los Presupuestos

Y después del portazo a los Presupuestos, se abre la ventana de la prórroga. PP Y Cs se adentran en un terreno desconocido hasta ahora en el mandato, para el que el equipo de Hacienda que lidera la delegada Engracia Hidalgo lleva semanas preparándose. "Hay que adoptar medidas que permitan paliar una situación muy complicada que no mejora la vida de nadie", ha comentado el primer edil sin ocultar su "preocupación". 

A Almeida le inquieta especialmente el apartado de las subvenciones nominativas, algunas "tan sensibles" como las que recaen en Cruz Roja, Cáritas y Mensajeros de la Paz, que destinan esas partidas a la atención a personas en exclusión, al alojamiento de mayores o a los recursos residenciales para familias vulnerables. La vicealcaldesa ha advertido, por su parte, que no sacar adelante un presupuesto supone "que no saldrá una de cada diez inversiones, en los peores momentos posibles". 

También podría correr "serio peligro" la recepción de fondos europeos Next Generation con los que pretendían sufragar 70 proyectos por valor de 200 millones de euros. Como recordó Hidalgo, la normativa comunitaria exige que los gastos financiados deben estar comprometidos antes de finalizar 2023, lo que implicaría adjudicar todos los contratos públicas antes de esa fecha. 

Además de las rebajas fiscales, proyectos como la creación del primer carril de autobús ultrarrápido que une los barrios de Valdebebas, Sanchinarro y Las Tablas con el hospital Ramón y Cajal, la incorporación de efectivos en Policía Municipal y Samur o la puesta en marcha de obras como la del paseo de Santa María de la Cabeza o la plaza de Jacinto Benavente podrían quedarse solo en el anuncio.