El cuidado de la tortuga rusa como mascota: "Algunos cuidadores las meten en neveras para controlar mejor su hibernación"

Un ejemplar de tortuga rusa.
Un ejemplar de tortuga rusa.
WIKIMEDIA / AMUREKUL
Un ejemplar de tortuga rusa.

Las tortugas siguen siendo uno de los reptiles favoritos por los hogares españoles. Después de que quedase prohibida la tortuga de Florida (recordemos la cantidad de ejemplares abandonados de esta especie se acumularon en la estación de Atocha de Madrid), han ganado popularidad las tortugas rusas (y sus subespecies). ¿Las conoces?

Científicamente conocidas como Agrionemys horsfieldii, estos reptiles también son llamados comúnmente tortuga afgana o tortuga de la estepa. Son originarias de lugares como China, Rusia, Pakistán, Armenia y Kazajistán (entre otros), ya que viven en zonas de inviernos muy fríos y veranos muy calurosos.

"Prefieren vivir en zonas donde haya vegetación como arbustos, matas bajas y agua", explica Sara Acebo, veterinaria especializada en animales exóticos y creadora del canal de Instagram Exotips. "Además, son grandes excavadoras, preparándose para la hibernación, estando más activas entre tres y cuatro meses al año (los de menos calor y menos frío), normalmente en primavera".

En cuanto a su tamaño, las hembras pueden alcanzar los 22 centímetros y los machos 18. "Pesan entre 600 gramos y un kilo una vez son adultas", detalla Acebo. "Tienen cuatro uñas en sus extremidades, que son pequeñas pero robustas (para cavar), muy buen oído y vista, aunque con un punto ciego justo en el centro".

Son solitarias y necesitan hibernar

Las tortugas rusas son muy dóciles, no tienen ningún peligro a la hora de interactuar con ellas, eso sí, no son tan sociales como otros animales, son muy independientes. "Son aptas para niños, aunque con cierta edad, ya que deben de tener la conciencia de cuidar y tener cuidado con ellas", expresa Acebo.

"Son animales solitarios que se juntan en época de reproducción. La madurez sexual la alcanzan a los ocho años aproximadamente (cuando son jóvenes, ya que en cautividad pueden vivir muchos años más que en vida silvestre, donde llegan a los 40 años más o menos)", detalla la experta.

Un aspecto muy importante de estas tortugas es que necesitan hibernar para regular sus ciclos. "Se recomienda a partir de los dos años en cautividad y siempre se hace una revisión antes y después para asegurarnos de que todo está bien", añade Acebo. "Durante la hibernación el cuidador tiene que controlar el peso y al animal, por si aparece alguna enfermedad, aunque siempre con cuidado de no manipularlas demasiado, ya que están dormidas".

"Para hacer una correcta hibernación el animal debe estar entre los 4 y los 7 grados. De hecho, algunos criadores o cuidadores las meten en neveras, una buena opción, ya que nos permite controlar la humedad y la temperatura ambiente", opina la especialista en exóticos.

Cómo debe ser su hábitat y alimentación

Como todos los reptiles, el bienestar de nuestra tortuga rusa dependerá de lo capaces que seamos de reproducir su hábitat natural. "En este caso, necesitamos un sustrato de tierra tipo turba mezclado con arena o fibra de coco con arena, por ejemplo", explica Acebo. "Además, puede ser un terrario tanto interior, como exterior".

"Necesita suficiente tierra para poder escarbar y, por supuesto, podemos poner refugios, decorar con piedras grandes y hasta plantar plantas que no sean tóxicas para que tengan zonas de sombra y coman de ellas", detalla.

En cuanto a la temperatura y la humedad, "esta última debe mantenerse entorno al 50 y 60 por ciento y debe contar con una zona fría y otra caliente (con 26º y 32-35º respectivamente)", especifica la veterinaria. "Para controlarlo, colocaremos un foco de UVB y un foco de calor si fuera necesario, además de un termómetro y un higrómetro".

Se alimentan de hojas verdes, flores y algo de fruto y, cuanto más variada sea la dieta, mucho mejor

Sobre su alimentación, las tortugas rusas pueden alimentarse a diario y ayunar algún día a la semana (cuando son adultos). "Se alimentan de hojas verdes, flores y algo de fruto (pero muy poco porcentaje)", explica Acebo. "Es común ofrecerlas hojas de parra, de nabo, de morera, de col, endivia, canónigos, grelos, berros, trébol, alfalfa, higos chumbos, diente de león y hojas aromáticas como el romero o la menta".

"Cuanto más variada sea la dieta, mucho mejor", indica. "En lo que siempre debemos fijarnos es en el porcentaje calcio-fósforo, ya que es algo muy importante para mantener la salud de su caparazón, entre otros.

En este sentido, siempre se recomienda suplementar o tener especial cuidado con el calcio. "De hecho, si la dieta no es completa o variada, necesitará más suplementos", concluye Acebo.

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