Entrevista

Cristina Medina: "Siendo digna se vive mejor, se duerme mejor, más tranquila"

La actriz Cristina Medina, junto al cartel de '¡Ay, Carmela!'.
La actriz Cristina Medina, junto al cartel de '¡Ay, Carmela!'.
José González
La actriz Cristina Medina, junto al cartel de '¡Ay, Carmela!'.

La actriz Cristina Medina protagoniza junto a Santiago Molero ¡Ay, Carmela! en el Teatro Pavón de Madrid hasta el 16 de diciembre, una producción dirigida por Fernando Soto con texto de José Sanchis Sinisterra.

Cuenta la tragicómica –más trágica que cómica– situación de Paulino, atormentado por el recuerdo de Carmela, que lo enfrenta a sus miserias, mientras la ternura y el amor se convierten en un vínculo blindado por la memoria. Medina vuelve al teatro tras superar un cáncer de mama y sin más planes que lo que le apetezca hacer.

Es de suponer que la gente tendrá en la cabeza la película, pero esta función difiere mucho… ¿Qué nos vamos a encontrar en ¡Ay, Carmela!?Nos vamos a encontrar con el texto original. Como dices, mucha gente tienen en la cabeza la referencia de la película, que cuenta la historia lineal de Paulino y de Carmela, que les cogen los nacionales, les hacen actuar y al final ella muere. En esta en la obra ella está muerta desde el principio y es una aparición. Aparece constantemente porque Paulino no la puede olvidar. Entonces, va rememorando que ocurrió aquella aquella noche. Para mí esa es la gran diferencia que hay entre la película y el texto original.

Es una obra que está ambientada en las postrimerías de la guerra civil, pero es muy atemporal ¿no es así?Para para mí sí, porque verdaderamente lo que se habla en, por lo menos en el enfoque que nosotros le hemos querido dar a nuestra ¡Ay, Carmela!, es la relación de una pareja en una situación muy complicada. Es Paulino y Carmela, pero estaríamos hablando del yin y el Yang, lo racional frente a lo visceral. Ese dilema que tenemos dentro, entre lo que debo hacer o y lo que me saldría hacer. Eso se traslada a Paulino y Carmela como personajes, con una situación muy complicada porque están en medio de una guerra y además les han cogido los militares, y les han dicho, "hoy vas a hacer este número y esto delante de toda esta gente". Y ante eso se plantea ese no me da la gana, pero lo tenemos que hacer y cómo reacciona uno y otra.

De hecho, habla un poco de pasar por el aro para sobrevivir…Si es verdad, pero claro está muy cruelmente dicho así… seríamos muy crueles con Paulino, porque verdaderamente él intenta salvar la situación y después irse. Salvemos la situación y vayámonos porque hay cosas que son irremediables. Eso también es verdad.

¿Comparte esa forma de salir de los apuros?Yo soy muy visceral… es cierto que hay veces que hay que decir "pues mira, no", que hay que plantarse. Pero el caso de Paulino es otro. Esta obra la llamaría ¡Ay, Paulino! en vez de ¡Ay, Carmela!, porque verdaderamente el pobre tiene un padecimiento muy fuerte. Se pregunta cómo podría haberlo evitado, cómo podría haber hecho para que no sucediera eso... Acarrear con la muerte de una persona a tus espaldas tiene que ser tela del telón.

fotografo: Jose Gonzalez [[[PREVISIONES 20M]]] tema: Entrevista con Cristina Medina (actriz)
Cristina Medina posa para 20minutos.
JOSÉ GONZÁLEZ

Dice la sinopsis que los muertos solo mueren de verdad cuando los olvidamos…Esta obra habla también mucho sobre eso, de la memoria de los muertos, de no olvidar a nuestros muertos, porque de esa manera y de alguna forma, están vivos. Y no hace falta haberte muerto en una guerra. Rememorar a la gente que se nos han ido es una manera de que estén vivos. Es una reivindicación muy fuerte.

De la dignidad no se come…De la dignidad no se come... no, pero yo creo que siendo digno se vive mejor, se duerme mejor, más tranquilo. Cuanto más coherente seas contigo mismo, con lo que tú sientes y como tú eres y respecto a cómo actúes en tu vida, más dignidad tendrás y cuanta más en conexión estén esas dos cosas, más feliz se puede llegar a ser.

¡Ay, Carmela! es una obra que ha hecho durante algunos años, ¿ha evolucionado la forma en la que se enfrenta a la obra en función de cómo usted misma ha evolucionado y tras su enfermedad?Desde el primer momento en que se estrena un espectáculo y si te tiras cuatro años, que es el tiempo que llevamos, aunque con un par de Coitos interruptus, la COVID y el cáncer, pues claro, no somos los mismos… yo ni te cuento si no soy la misma. Hemos tenido la oportunidad de hacer un ¡Ay, Carmela! antes que que volver a estrenar aquí y fue muy maravilloso. Desde mi punto de vista la susceptibilidad con respecto a la palabra muerte en mí ha cambiado mucho.

¿Qué más cosas han cambiado? Yo siempre he salido al escenario muy tranquila, es como yo digo, mi hábitat natural, pero es que ahora ya ni te lo cuento, porque es que es un sitio donde me siento absolutamente libre. Es como si de pronto hubiera madurado. No sé cómo explicarlo… un rollo todavía más tranquilo. En esta obra hay una Medina bastante tranquila, con medida, pausada y al servicio más de Paulino y de lo que ocurre esa noche en el escenario que nada que pueda tener que ver conmigo.

Hay una escena final en la que usted prácticamente se desnuda, ¿se enfrenta a eso igual?Ah, fíjate, para mí esa escena no es de lo más fuerte que tiene este espectáculo. Para mí hay un catacrac muy gordo en la escena del membrillo, siempre me lo ha parecido así. Es cuando ella toma conciencia de lo que es cuando él le pregunta ¿qué notas al comerte el membrillo? Y ella responde: "nada". Es cuando se da cuenta de que está muerta. Para mí es más fuerte eso que lo de la bandera. La desnudez y la bandera al final es la rebelión absoluta de Paulino, su "no me toques el coño, porque voy a hacer lo que me sale del alma y me la juego". Es un momento muy fuerte del espectáculo, pero para mí en la escena del membrillo es en la que se me ponen los pelos de punta.

¿Es más intensa ahora para usted?Ahora, claro, yo podría asimilar morder el membrillo y darte cuenta de la muerte a cuando te miras en el espejo y ves que te ha quedado calvorota. Es un "que esto es verdad". Es un choque de realidad que te deja que ni para adelante ni para atrás.

¿Le sabe más el membrillo ahora? ¿Vive más intensamente?Date cuenta que con la quimio se te queda el sabor a metal y te cambian los sabores que ríete tú de la covid. ¿Vivo más intensamente? No lo sé todavía. Yo he hecho un preparados, listos, ya y estoy en los primeros 100 metros, todavía me queda carrera, no sé cómo iré enfrentándome las cosas. 
Más por intuición y por querer arrancar y estar de nuevo en la vida, un poquito con miedo de si podré o no. Pero bueno, llevo desde septiembre, estamos en diciembre y estoy pudiendo, me encuentro bien, me está dando el organismo, me está dando la mente, me está dando el ánimo… así que ahora estoy en el que sí que puedo.

A veces tengo como ráfagas de que de pronto la vida tiene un tinte diferente, pero son estupideces, no hay nada concreto, es una luz, es una emoción, son chispazos, no un “ahora me tomo la vida diferente”.

¿Y qué va a pasar con La que se avecina? ¿Volverá?Lo que te puedo contar es que están emitiendo la 13 y que yo sé que por lo menos tres o cuatro temporadas más va a haber. Pero como te digo, como estoy en esos cien primeros metros de carrera no quiero ni saber lo que hay doscientos metros más allá. Mira, ahí se me ha cambiado la vida. ¿Qué va a pasar en la temporada 14? Y yo qué coño sé… yo lo que quiero es encontrarme bien, tirar mis producciones para adelante.

En febrero estreno una cosa nueva en la que estoy trabajando con el equipo de creación, que me apetece. Ahora mismo estoy en estas. ¿Qué pasará en marzo, abril o mayo? Mira, yo ya no me hago planes.
No por nada, ¿eh? Que estoy de puta madre, cuidado, estoy del copón, pero no me hago planes, quiero vivir según lo que me vaya viniendo y según como me vaya tocando el aire. Lo decidiré cuando me llamen y me hagan la propuesta encima de la mesa y ahí será el momento de decirlo, para que lo voy a pensar ahora, si pare eso todavía a lo mejor queda medio año.

Además de actriz, es productora y creadora desde hace tiempo tiempo, es por porque el trabajo de actor es inestable y es una forma completar o es por inquietud o por creatividad?Es porque siempre lo he hecho así. Estudié y empecé con compañías de teatro como el Centro Andaluz de Teatro, Atalaya, TNT, etc... y yo tenía la necesidad de hacer mis cosas. Eso empezó desde el principio y sigo así y no me ha ido nunca mal. Cuando yo me decidí hacer mi compañía no era porque no tuviera trabajo, al revés, la gente me decía "¿qué haces loca? ¡Pero si eres la protagonista de todos lados!" y yo decía, "pero me aburro". Hago mis propias cosas porque no lo puedo evitar. Me levanto una mañana y digo, "voy a tirar esto adelante" y lo tiro y ya está, sin más.

Tiene usted una carrera muy pegada al humor, ¿es su forma de vivir?Mi carrera ha estado vinculada al humor en el 90%, esto de ¡Ay, Carmela! es una excepción, que también lo tenía en la cabeza y tenía muchas ganas de hacerlo. Es verdad que si me apuras, se me dan hasta mejor los personajes dramáticos que los cómicos, y eso que los cómicos se me dan muy bien, pero bueno, me he ido liando con el humor y me gusta mucho y a mí me gusta mucho partirme el pecho, pero no descarto hacer más cosas que tengan que ver con el drama. Pero bueno, queda mucha noche, ya iremos haciendo…

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