El Gobierno prevé que España consuma y venda hidrógeno verde en cuanto esté operativo el corredor BarMar en 2030

Planta de hidrógeno verde.
Planta de hidrógeno verde.
EFE
Planta de hidrógeno verde.

El hidrógeno verde, la tecnología del futuro para sustituir a los combustibles fósiles en la industria o en transporte marino y ferroviario parece que está cada vez más cerca. Según el Ministerio de Transición Ecológica, España podría estar ya en posición de producirlo para su propio consumo y también para exportarlo en 2030, la fecha en la que el Gobierno estima que podría empezar a funcionar el Corredor subterráneo de Hidrógeno Verde entre Barcelona y Marsella. Esto forma parte del plan del Gobierno con respecto al hidrógeno verde, que espera que en siete años pueda abastecer a la industria y convertir a España en un exportador de energía, a precios que para entonces espera que sean mucho más competitivos que los del gas natural.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; el de Francia, Emmanuel Macron, y el primer ministro de Portugal, António Costa, lanzarán oficialmente este proyecto -que sustituye al MidCat- este viernes en Alicante, en una reunión previa a que se celebre la Cumbre Euromediterránea y en la que también participará la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, a la que se supone garante de que el proyecto del BarMar tendrá consideración de Proyecto de Interés Común (PCI) europeo y, por tanto, contará con financiación de la UE.

La construcción del hidroducto será más compleja y cara que el desechado Midcat.
La construcción del hidroducto será más compleja y cara que el desechado Midcat.

El plazo de 2030 como el más probable para la entrada en funcionamiento del BarMar con que trabaja el Gobierno, así como su previsión de que para ese año España ya será exportador de hidrógeno verde, descarta casi por completo que por él pueda circular gas natural de manera transitoria, hasta entonces. Esa era la intención inicial Sánchez a la que se negaba Macron y el acuerdo sobre el corredor submarino fue un punto intermedio que finalmente se ha decantado hacia los intereses de París.

Horizonte 2030

Esta será la primerísima etapa del proyecto para la construcción de un "hidroducto" por debajo del mar, entre Barcelona y Marsella, y del que de momento no han trascendido detalles técnicos. No obstante, fuentes de Transición Ecológica apuntan 2030 como la fecha en la que empezará a funcionar. 

Hace unos meses, cuando todavía defendía la construcción del MidCat -un gasoducto con posibilidad de transportar hidrógeno verde en el futuro que pasaría por debajo de los Pirineos para unir Francia y España-, la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, calculó que los trabajos en la parte española podrían concluir a finales del año que viene. Con el cambio de proyecto, de uno terrestre a uno submarino, los plazos se dilatan, primero porque desde que los líderes políticos den el "ok" definitivo y pase todos los trámites burocráticos pueden pasar hasta dos años, más los cuatro o cinco que podría tardarse en construir una infraestructura con más complicación técnica que si fuera terrestre y para la que de momento se están valorando distintos trazados.

Llegados a 2030 y si el corredor de hidrógeno empieza efectivamente a funcionar, los planes del Gobierno es poder estar ya en este momento produciendo hidrógeno verde, no solo para consumo interno, sino también para exportar.

Sustituir el hidrógeno gris

De fronteras para adentro, la Hoja de Ruta del Hidrógeno prevé que el 25% del hidrógeno gris -que requiere gas natural para hacer la electrólisis y separarlo de los otros elementos en los que está presente- que emplea la industria sea sustituido por hidrógeno verde, cuya separación se hace con electricidad solo de origen renovable. Esto supone una potencia instalada de 4 gigavatios y un cuarto de las 500.000 toneladas de hidrógeno que consume España anualmente. 

Sin embargo, fuentes de Transición Ecológica se atreven a decir que este proceso podría ir más rápido, gracias a los proyectos pioneros que ya cuentan o tramitan financiación y a la urgencia por desplegar energías renovables que ha supuesto la actual crisis energética.

Según indican, los proyectos para instalar potencia de hidrógeno verde alcanzan los 16 GW, es decir, cuatro veces más que si se desarrollaran con éxito podrían sustituir el 100% del hidrógeno gris que emplea la industria en 2030. "La realidad nos va superar y probablemente en 2030 seamos exportadores", afirman en el departamento de Ribera. No en vano, a partir de ese año la Hoja de Ruta del Hidrógeno contempla que España tenga una flota de al menos 150 autobuses propulsados por esta energía; 5.000 vehículos ligeros y pesados, y 2 líneas de trenes comerciales.

No repetir la dependencia de Argelia

Sin embargo, en Transición Ecológica no se niega tampoco algo que en el Gobierno se repite por activa y por pasiva, el objetivo de que España se convierta en un "hub" exportador de hidrógeno renovable a otros países.

Para eso se hará el corredor submarino entre Barcelona y Marsella, que a falta de saber si irá en los dos sentidos, el Gobierno quiere utilizar para bombear hidrógeno verde hacia el norte de Europa. Hacia el sur de España, los países del norte de África representan una potencial competencia pero también dan testimonio de lo que no es quiere repetir con el hidrógeno verde.

Países como Argelia o Egipto se preparan para convertirse también en potencias de hidrógeno verde. Madrid comparte con El Cairo haber sido elegida por el gigante del transporte marítimo Maersk para desarrollar combustible renovable para su flota. Y otros países de la UE ya están cerrando acuerdos con países del Magreb para asegurarse el futuro suministro.

En esta competición, sin embargo, el Gobierno español se ve en mejor posición por algo tan básico como esencial, la gran cantidad de agua que se necesita para desarrollar el proceso eléctrico -electrólisis- por el que el hidrógeno se separa de otros elementos. El Ministerio cuenta con compensar esta "evidente" necesidad de agua con el ahorro que supondrá dejar de utilizarla para generar hidrógeno gris, para lo que se necesitan mayores cantidades que para el hidrógeno verde, renovable. Afirman, por tanto, que el agua no va a ser un "factor limitante" en España y que su uso no lo descontará de otros, como el agrícola, porque hará falta menos cantidad. Sobre lo que pueda suceder en el norte de África, las fuentes indican que la exigencia de agua previsiblemente será un factor que tensionará la generación de hidrógeno tanto como ya lo hace en su industria o en su agricultura.

En todo caso, el Gobierno no se fija tanto en las capacidades exportadoras de otros países como en la de España misma, porque tiene claro que con el hidrógeno verde no sucederá lo mismo que con el gas natural, en el que depende en muy buena medida de Argelia o, en general, de otros países productores.

El Gobierno sabe que el norte de África será una alternativa en la producción de hidrógeno renovable con la que España tendrá que competir, pero también que buscará no repetir los errores del pasado con dependencia energética de otros países.

Más barato por hidroducto que por barco

La competencia que supone el norte de África para España como exportador futuro de hidrógeno tiene mucho que ver con al distancia entre el Magreb y la UE, porque cuanto más corta sea, más competitivo es el transporte del hidrógeno verde por tubería, en lugar de por barco.

Según cálculos de Transición Ecológica, el precio hidrógeno verde se va aproximando cada vez más al gas y al hidrógeno que se genera con él, a pesar de que todavía se encuentra en fase experimental, de investigación y desarrollo. 

En 2020 se calculaba que un kilo de gas natural costaba alrededor de 1,5 euros y un kilo de hidrógeno azul -que se obtiene a partir de él-, unos dos euros. El precio de hidrógeno verde se disparaba, hasta los siete u ocho euros el kilo.

Dos años después, el encarecimiento del gas, los avances tecnológicos y la determinación sobre la renovables que ha provocado la crisis energética, han hecho que el hidrógeno verde sea casi o más competitivo en términos de precios que el gas natural. Hoy, el hidrógeno azul cuesta unos cinco euros el kilo, más o menos lo mismo que el verde que, a la inversa se ha abaratado.

Al por mayor y como ya sucede con el gas natural, el transporte del hidrógeno verde por tubería -hidroducto en este caso- es más barato que por barco cuando se trata de distancias no muy grandes. Es a partir de los 2.500 kilómetros cuando las tornas se invierten y el transporte por barco es más barato que por tubo. En este punto, España y el norte de África estarían a menos de esa distancia. Entre Barcelona y Marsella, hay una distancia por mar de 338 kilómetros; entre Argel y Livorno, por ejemplo, de 1.075.

La producción sale del interior a la costa

Todos estos planes de exportación pasan en primer lugar por que la actual fase de I+D y de desarrollo de proyectos de hidrógeno verde den fruto para producir una energía en plantas que principalmente bordearán la costa española y, aunque no del todo, dejarán vacías partes de la España despoblada en las que hoy el Gobierno considera que hay territorio de sobra para ubicar parques eólicos o de placas fotovoltaicas.

Según el mapa de Transición Ecológico de los proyectos financiados con dinero público para producir hidrógeno renovable, estos se suceden por la costa del mediterráneo hasta llegar a la atlántica y tocar casi con Portugal. Por el norte, también son numerosos en la costa cantábrica y en el centro, en torno a Madrid.

Fuentes del Ministerio explican estas localizaciones en que es allí donde está la industria a la sombra de la que se desarrollan estos proyectos y, en alusión a la costa, el lugar donde otros países podrían ir a comprarlo. Es más fácil situarlos cerca del posible consumidor, dicen sobre la conformación de un mapa que en parte olvida las zonas afectadas por despoblación como Castilla-La Mancha, Extremadura o buena parte de Castilla y León. 

Siguiendo con el argumento industrial, se salvan zonas donde se han cerrado minas o centrales térmicas, como León, el interior de Galicia o Aragón, donde también se sitúan ya proyectos de I+D.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento