Hace tiempo que el alcalde de Madrid señala personalmente al portavoz de Vox, Javier Ortega Smith, como responsable de la parálisis que están sufriendo los Presupuestos de 2023 para la capital. La relación entre José Luis Martínez-Almeida y el exsecretario de Vox es prácticamente nula y el regidor no oculta que siente cierta envidia por Isabel Díaz Ayuso, que en la Comunidad "al menos puede sentarse a negociar con [la número uno autonómica] Rocío Monasterio". "Son dos posturas diametralmente distintas", opina el primer edil, incapaz de creer que los de Abascal manejan una estrategia conjunta contra el PP madrileño.
En esos términos se ha expresado este jueves Almeida desde Cibeles, mientras a algunos kilómetros de allí, en la Asamblea de Madrid, Monasterios presionaba a Ayuso con enmiendas a los Presupuestos regionales. "Ha que no está en condiciones de apoyarlos, pero ha dicho que no hay una ruptura de negociaciones. Son posturas distintas las de Vox en el Ayuntamiento y en la Comunidad, porque Ortega se niega a sentarse a negociar, no quiere negociar", ha valorado el regidor madrileño.
Tal y como ha revelado, el portavoz municipal tiene en el buzón de su correo un mensaje suyo sin responder en el que le emplaza a sentarse a negociar las Cuentas para el año que viene. "He enviado un correo electrónico en persona a Ortega Smith a través de mi Secretaría para sentarse a negociar y no ha dado señales de vida", ha comentado el alcalde, que dice estar dispuesto a reunirse con su socio de investidura "esta tarde, mañana o mañana por la tarde" si hiciera falta.
El portavoz de Vox, por su parte, dibuja una línea roja para acceder a hablar sobre el proyecto presupuestario: que se suspendan las restricciones y multas a los vehículos con etiqueta A [los más contaminantes] en la capital hasta que los tribunales se pronuncien sobre los recursos que ellos mismo interpusieron. Una moratoria que el Gobierno municipal ve "legalmente imposible de satisfacer". Tampoco ayuda que dentro de seis meses los madrileños acudan a las urnas y que ambos partidos compartan un importante zurrón de votos.
Ortega Smith es consciente de que algunos madrileños pueden estar descontentos con el Madrid que Almeida prometió derogar y emplea ahora el argumento electoral que el alcalde utilizó frente a Manuela Carmena en 2019. El popular discrepa. "Es incomprensible desde el punto de vista de los votantes de Vox, pero también para una ciudad, porque pone en peligro el momento histórico de eclosión que vive Madrid". La cuenta atrás ha empezado, los que antaño fueron socios preferentes tienen un mes para ponerse de acuerdo. De lo contrario, todas las medidas que contemplan los Presupuestos, se quedarán en agua de borrajas.
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