Matt Hancock, el antiguo ministro británico que tuvo que renunciar por una infidelidad, ha sido finalista en el 'reality' en el que participó

Está claro que el político Matt Hancock hizo su intervención esta semana en la Cámara de los Comunes de Reino Unido con tensión, o al menos eso pareció, pues tras terminar su discurso sobre la Covid se apartó del micrófono y se dejó caer sobre un sofá.
El político Matt Hancock, en una imagen de archivo.
Está claro que el político Matt Hancock hizo su intervención esta semana en la Cámara de los Comunes de Reino Unido con tensión, o al menos eso pareció, pues tras terminar su discurso sobre la Covid se apartó del micrófono y se dejó caer sobre un sofá.

La carrera política de Matt Hancock, el antiguo ministro de Sanidad británico y la persona que estuvo al frente de la gestión de la pandemia de coronavirus con el  gobierno de Boris Johnson, dio un paso más y levantó polémica al anunciarse que será concursante de un reality televisivo extremo. 

Ahora, el político ha conseguido llegar a la final del concurso, I’m a Celebrity… Get me out of Here! (Soy famoso, ¡sacadme de aquí!), un reality de la ITV parecido al Supervivientes español, aunque con tintes más extremos.

Hancock ya tuvo que pasar a un segundo plano en la política cuando, estando aún en vigor las normas que prohibían cualquier contacto físico con personas que no fueran de la burbuja familiar, fue sorprendido besándose con su asesora, Gina Coladangelo. 

Aquello era un doble escándalo, primero en lo político, pues el ministro de Sanidad incumplía una norma que su propio Ministerio imponía y después porque suponía una infidelidad, pues Hancock estaba casado. 

El político, de 44 años, acabó por dimitir de su cargo, aunque siguió siendo diputado. Se divorció de su mujer, con la que tiene tres hijos y comenzó a salir formalmente con su asesora, mientras en política ocupaba un escaño y algunos puestos dentro del partido. 

Poco después saltaba la polémica de nuevo por su participación en un reality que se desarrolla en la naturaleza y los concursantes, famosos y conocidos en Reino Unido, deben sobrevivir en condiciones precarias y pasar por pruebas que les humillen o asqueen, como comer casquería, pasar entre insectos, meter la cabeza en una pecera con una anguila, o revolcarse por el fango. 

Concursar, algo por lo que cobrará alrededor de 400.000 libras (unos 463.000 euros), según publicaba el diario INews, la cifra más alta del concurso, hizo que el diputado estuviera alejado de sus tareas durante varias semanas. 

Por ello, perdió cargos y empleos como el que ejercía en el comité disciplinario del partido o como portavoz de su distrito electoral, pues mientras se celebraban las sesiones plenarias él estaba concursando, a pesar de que como excepción, podía mantener llamadas de teléfono con la sede de su partido.  

Si le ha salido rentable o no a efectos de imagen pública es objeto de debate, pero lo cierto es que Hancock llegó a la final del concurso y quedó tercero en el mismo, en una final que ganó la futbolista Jill Scott. 

"Muchas personas vienen a mí con ideas preconcebidas por razones obvias, y yo solo quería ser yo mismo", dijo el político a la audiencia cuando los presentadores le preguntaron por qué participó. 

"Sé que fue controvertido que yo viniera aquí... pero todos tenemos muchas facetas de nuestras personalidades", remató.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento