El ritmo de implantación de energías renovables es imparable, pero España se encuentra todavía por debajo de la media de la UE y tiene ante sí un gran reto para los próximos ocho años: producir casi tanta renovable como la que genera desde hace unos 15 años para llegar al objetivo de que el 46% de su mix energético sea de origen verde en 2030. Esto supone pasar más que doblarla en los menos de ocho años para llegar allí desde el 20,8% de renovables con que cerró 2021.

La Asociación de Empresas de Energías Renovables (APPA Renovables) ha presentado este miércoles el avance de su estudio sobre el Impacto Macroeconómico de las Energías Renovables en España en 2021 donde queda patente la contribución de tecnologías como la fotovoltaica o la eólica a la generación de electricidad y el ahorro económico, porque reducen así la necesidad de importar combustibles fósiles como el gas o el petróleo. También a la creación de riqueza, porque las renovables representaron en 2021 el 1,58 del PIB -19.011 millones-, y de empleo, con una ocupación que no ha parado de crecer en los últimos años, especialmente en fotovoltaica y que ya supera los 110.000 trabajadores, directos (70.780) e indirectos (40.629), principalmente en fotovoltaica.

APPA Renovables

Pero el informe también señala que España está por debajo de la media europea y que tiene un gran trecho por recorrer para llegar a 2030 al objetivo del 42% de renovables en el mix energético, más aún cuando el Gobierno aumentará este objetivo en línea con lo pactado en la UE. 

2020 fue un año de objetivo cumplido. Para entonces, los países de la UE tenían que llegar al 20% de renovables en su mix energético y, como la mayoría, España lo superó. Ese año, el 20,8% de la energía consumida fue de origen renovable, aunque por debajo de la media europea de 22,9%. Ahora está por delante es más que doblar esta cifra, alcanzada a lo largo de los últimos 15 años. Para 2030, la energía que se consuma deberá ser 42% renovable, aunque previsiblemente se elevará a 45%.

"Veremos a ver", dice el director general de APPA renovables, José María González Moya, sobre la consecución del objetivo. Sin embargo, confía en que pueda lograrse si se sigue al ritmo actual, en el que cada año se instalan 5.000 MW nuevos de potencia. Según ha apuntado, ni siquiera el fiasco de la última subasta de renovables, en la que solo se han adjudicado 45,5 MW de los 3.300 previstos, puede afectar al objetivo de 2030 porque el sector ya se organiza con contratos privados con los grandes consumidores o comercializadoras.

Electrificación

En todo caso, sí ha afirmado que será clave avanzar en la "electrificación" de la economía española. Según los datos de APPA Renovables, la generación de electricidad con renovables va a un buen ritmo, 46,7% de la que se generó en 2021, y que es factible llegar al 74% dentro de ocho años,  a pesar de que el autoconsumo no computa en estos cálculos. Su crecimiento despegó claramente el año pasado, cuando se instalaron 1.151 megavatios de potencia, casi el doble de los  623 MW de 2020.

No va también la reducción de los combustibles fósiles en otros ámbitos, donde "España se desangra" por el empleo de combustibles fósiles, contrarios a los objetivos de descarbonización y mucho más caros que laa renovables.

"El objetivo del 74% nos los creemos, el problema es lo que no es electricidad, está en el camino tan salvaje que tiene que hacer en el resto de la tarta, en la que el 50% es petróleo, cómo lo vamos a sustituir", ha advertido González Moya, que ha pedido "hacer más esfuerzo en electrificar la economía" porque ha dudado que renovables como el hidrógeno verde para sustituir al gas pueda estar listo en 2030.

Desde el punto de vista de la contribución de las renovables a la economía, el informe de APPA Renovables subraya que en 2021 sirvieron para aliviar en 10.327 millones la balanza comercial energética española, que reflejó un gasto de más de 46.000 millones para la importación de combustibles fósiles. Su precio en el mercado mayorista generada con renovables fue de 43,2 euros MWh, la cifra más cara de los últimos años -13,79 euros en 2020, 17,5 en 2019 o 10,23 en 2018- pero más barata que el del gas o el petróleo.