• Ofrecido por:

Johann Salvatori, joven cantante con autismo: "La música ha sido la herramienta para expresar todo eso que con palabras no podía"

[MISSING]binding.image.description
[MISSING]binding.image.title
Johann Sebastian Salvatori, barítono lírico

Johann Sebastian Salvatori, de 27 años, tiene Trastorno del Espectro Autista (TEA) y es cantante barítono. Nacido en Puerto Ordaz (Venezuela), la música fue su herramienta de comunicación desde pequeño, cuando apenas hablaba ni se relacionaba con el resto de personas. Con 20 años, se trasladó a vivir a España, donde ha compaginado su formación en canto con conciertos y proyectos de ayuda a personas con discapacidad o en riesgo de exclusión social. Este martes, Día Internacional del Músico, nos cuenta el poder terapéutico y sanador que ha tenido para él el poderoso arte de la música.

¿Qué es para ti la música?Para mí lo es todo porque desde muy pequeño ha sido esa herramienta para comunicarme, para expresar todo eso que con palabras no expresaba. Yo creo que es ese aire puro cuando el otro aire está contaminado, esas palabras cuando no las hay, esas alas de repuestos cuando tus alas están rotas.... Es una de las armas más potentes de expresión que ha existido nunca, porque tú puedes ver la pintura y te puede llevar a un paisaje, puedes ver la danza y te puede llevar a mundos inimaginables, pero escuchas una canción y es la conexión total, una comunicación que se te mete dentro del alma y del corazón y que te llega a las entrañas.

De pequeño padecías mutismo selectivo. Apenas hablabas, salvo en situaciones en las que te sentías cómodo. ¿Era la música tu forma de comunicarte con el resto?Cuando era muy pequeño no me comunicaba con nadie. Solamente decía palabras sueltas, cosas muy concretas, en tercera persona y con mi madre y mis juguetes. Sin embargo, tenía una vecina que venía a nuestra casa y me cantaba canciones como villancicos y nanas. Yo me los aprendía y cantaba con ella. Poco a poco fui conociendo más canciones, me las fui aprendiendo y fui cantando cada vez más. Esa era mi manera de liberarme de tensiones, de la ansiedad y de todas esas cosas negativas que me rodeaban.

¿Tenías dificultades para relacionarte con el resto de personas?Hubo un momento en que solamente me relacionaba con adultos, pero tampoco demasiado. Las relaciones sociales para una persona con autismo son algo muy costoso, es como haber nacido sin una pierna, que son las habilidades sociales, y tener que ponerte una de repuesto y comenzar a entrenar. Después de tanto entrenamiento ya consigues relacionarte y comunicarte de una forma efectiva y que vaya con la norma.

¿Cómo fue tu infancia en Venezuela?Yo iba a un colegio con personas neurotípicas y sufrí mucho bullying. Me tachaban de loco, de subnormal, de retrasado mental... Incluso los profesores participaban de eso. Una vez llamaron a mi madre para decirle que yo no tomaba apuntes y no prestaba atención. Mi madre vio en mi cuaderno que era totalmente lo contrario y que lo que pasaba era que la maestra lo borraba antes de que yo terminara de escribirlo. Yo tengo un retardo psicomotor en la escritura y que fuera tan rápido no me ayudaba a hacer todos los apuntes exactamente como ella los pedía. 

Durante mucho tiempo me guardé muchas cosas para mí, pero sí hubo ciertas cosas que mis padres notaban, porque yo, por ejemplo, me escondía detrás de una pared antes de ir a la escuela. A pesar de todo eso, era un niño bastante feliz en ciertas cosas, aunque sí es verdad que a veces era muy duro anímicamente tener que aguantar las miradas, los insultos, incluso golpes y amenazas con navajas. Realmente hubo un momento en que no me hallaba, seguía siendo el raro y no había manera de cambiar a otra cosa hasta que, a los 14 años, me inscribieron en música y me encontré.

¿Cómo fueron tus primeros pasos en la música?Mi madre me metió con 6-7 años en una escuela de música y a los 14 años, después de tantas dificultades que había pasado, vio que el canto era mi camino y empecé en la academia de un maestro que recuerdo con mucho cariño, Roki Viscuña. En 2014, mientras estaba cantando en un evento con la Cantoría de Maneiro, descubrí un coro de personas con discapacidad y neurotípicas que estaba cantando una canción que a mí me encantaba, ‘Hasta mi final’, de Il Divo. Le dije a la directora que quería cantarla, me dejó, y de repente sentí algo que nunca había sentido. Yo antes quería esconder todos esos rasgos autistas, quería esconder el hecho de que yo tenía una discapacidad y de que había personas con discapacidad y que debían ser aceptadas. Ese día me cambió la vida por completo porque descubrí que había más allá, que cualquier persona tiene la posibilidad de hacer cosas, que no nacemos con las manos amarradas, que si perseveras, si te esfuerzas, se pueden lograr cosas. 

Ese día conocí al director oficial del coro Canto Unido, Larry Salinas, y en un concierto con él fue la primera vez que lloré después de cantar en vivo. No sabía lo que pasaba, pero había una magia en ese coro que me movió cosas por dentro. Fue la primera vez también que tuve un contacto físico por mi cuenta, voluntariamente, porque yo rechazaba mucho los abrazos, los besos y en ese momento cantando abracé a los chicos y se me quitaron todos los prejuicios, se me quitó ese rechazo.

¿Existen muchas barreras para que las personas con discapacidad puedan desarrollar una carrera en la música?
Hay dificultades y realmente lo primero que pasa es que te cierran las puertas, pero realmente lo importante aquí no es que te cierren las puertas sino ir buscando a ver qué puerta está abierta y se queda abierta. Eso es lo que hice yo con mi mamá durante todos estos años. Yo pienso que cuando encontramos el talento, cuando encontramos eso para lo que venimos al mundo podemos ir realzando y evolucionando las capacidades sin importar la condición, la raza o de dónde vengas.

Al final no se me acercaban con miedo, sino como a una persona más, se comunicaban conmigo y era uno más

¿Cómo viviste la llegada a España?La verdad es que España me ha abierto las puertas de cosas súper fantásticas en el mundo de la música. Fue un gran cambio, pero realmente no me costó adaptarme, todo era más organizado, todo tenía un una rutina y sentía que España recibía con los brazos abiertos al talento. Primero di clases de canto y de teoría musical particulares para aprender todo aquello de lo que no tenía ni idea. Tras dos intentos fallidos, y después de muchísimo estudio, al tercer año conseguí entrar en la Escuela Superior de Canto de Madrid. Tuve que aprender lo que era estudiar porque yo había estado en un sistema de educación para adultos que no han podido estudiar el Bachillerato como tal. Al principio me costaban algunas asignaturas, auditiva y piano por mi retardo psicomotor, y tuve que lidiar también con un profesor un poco agresivo, pero me esforcé muchísimo y acabé sacando muy buenas notas.

Impartiste también alguna charla a tus compañeros para concienciarles sobre el autismo...Sí, en cuarto curso fue el primer año que pude dar una charla en la escuela a los alumnos. Conté mi vida, las cosas que de alguna manera me han dolido, cosas que no se deben volver a repetir y cómo hay que ver a una persona que tiene autismo. La respuesta es verlo como a los demás, no diferente, porque automáticamente al verlo diferente lo alejas. El objetivo era que la gente aprendiera que todos somos diferentes y que eso no tiene que ser una razón para rechazar a alguien. Al principio yo pensé que no había dado resultados porque hubo momentos en los que me sentía totalmente solo, pero de repente comencé a quedar con la gente, a hablar más con ellos y vi cosas realmente fantásticas a nivel social. Al final no se me acercaban con miedo, sino como a una persona más, se comunicaban conmigo y era uno más.

fotografo: Jorge Paris Hernandez [[[PREVISIONES 20M]]] tema: Reportaje artistas con discapacidad.
Johann Salvatori
JORGE PARÍS

Creaste 'Mi voz por un mundo más humano', un proyecto en el que utilizas el canto como herramienta de ayuda para personas de colectivos en riesgo de exclusión. ¿De qué trata esta iniciativa?Comencé a crear el proyecto 'Mi voz por un mundo más humano' en Venezuela para ayudar al coro inclusivo Canto Unido. Empecé a ir a centros de personas con discapacidad, a residencias de ancianos con personas con alzhéimer y demencia senil y a trabajar con mujeres con cáncer y con niños con cáncer en hospitales. El objetivo era llevar mi música a esos sitios y que ese canto sea la herramienta de ayuda para los demás. Cuando llegué a España hice una audición en la Fundación Orquesta y Coro de la Comunidad de Madrid, entré al coro de personas con discapacidad, y comencé a ir a residencias ancianos y a centros de personas con discapacidad. También antes de la pandemia fui a al Hospital de la Paz y Niño Jesús a cantarle a los niños con cáncer canciones de Disney.

¿Cómo ayudaba a estas personas tu música?En personas con alzhéimer que habían dejado de hablar yo veía que cantaban. El primer repertorio que tuve en una de las residencias no se entendió mucho, pero fui investigando qué era lo que les gustaba, me fui aprendiendo otras canciones y comencé a ver que reaccionaban de una manera fantástica y extraordinaria porque había gente que te saludaba y al minuto ya dejaba de recordarte, pero las canciones se las sabían y las cantaban o las tarareaban. Ahora sigo yendo a residencias, he dejado de ir a centros para personas con discapacidad, pero es algo que quiero retomar. 

'A mi manera' es una canción que tiene que ver mucho con mi vida

En 2017, recibiste el Premio Talento Joven de la Comunidad de Madrid. ¿Qué supuso para ti este reconocimiento?Ese momento fue extraordinario, uno de los más felices de mi vida y, además, me dejaron cantar una canción súper emblemática y significativa para mí, ‘A mi manera’, una canción que me había aprendido con 12 años, pero fue en 2017 cuando entendí que tenía mucho que ver con mi vida. Esta canción habla de alguien que ha hecho una lucha interior y que hubo un momento en que no escuchó a nadie que le dijera que no podía, a alguien que desde el aprendizaje y la experiencia aprendió cómo sobrellevar las cosas a su manera. Alguien que cantaba, que luchaba, que amaba a su forma y a su modo. También habla de afrontar ser como eres y por eso esta canción es tan significativa para mí.

La semana pasada participaste en la Gala más IN, de la Fundación Grupo  Sifu. ¿Cómo fue la experiencia de cantar junto a Víctor Manuel?Era la primera vez que cantaba con un cantautor de esa magnitud y realmente fue una experiencia maravillosa, era como revivir todos esos momentos tan bellos que me hacía sentir una canción con el que la creó. Hubo una energía y una complicidad que era la primera vez que sentía cantando con alguien.

Johann cantando junto a Víctor Manuel en la gala
Johann cantando junto a Víctor Manuel en la gala
TINKLE

Este año recibiste una de las Becas Superarte 2022 de la Fundación Grupo Sifu y estás estudiando un Máster en Musicoterapia en UNIR...
Sí, con la beca estoy pagando este máster. Decidí estudiarlo porque creo que la música no se debe quedar solamente en un concierto, la música es tan poderosa que tiene que servir como una terapia, como esa herramienta de ayuda para otras personas que están pasando por momentos difíciles y sé por experiencia propia qué es lo que causa la música dentro del cerebro. 

¿En qué otros proyectos estás trabajando ahora?Ahora hago pequeños conciertos para ciertos colectivos que tienen peligro de exclusión y después del máster estoy pensando en usar la música desde un punto de vista más terapéutico. Uno de los colectivos a los que quiero ayudar es el colectivo autista porque realmente mi experiencia como personas con autismo con la música ha sido súper llena, he adquirido cosas que al principio pensaba que eran imposibles. Incluso en la materia de improvisación en tercero y en cuarto, yo no tenía ni idea de lo que era coger pelotas porque no tenía reflejos y empecé a hacerlo. Fui mejorando incluso con el piano, ya puedo tocar una canción entera. La música me ha ayudado cognitivamente, en la comunicación y también en la parte física.

¿Dónde te imaginas en un futuro? ¿Con qué sueñas?Mi futuro está en los escenarios, el que sea, pueden ser de España como de Europa o del resto del mundo. Y desde los escenarios transmitir el mensaje de que sí se puede, de que al final todos somos capaces, pero tú eres el que decides si sí o si no. Quiero ser cantante, quiero seguir formándome, participar en óperas y en zarzuelas. En resumen, ser cantante profesional.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento