En cuanto a la alimentación de nuestras mascotas, en concreto la de nuestros perros, siempre hay un debate entre aquellos que apoyan las dietas caseras frente a los que consideran que el pienso es lo más seguro y adecuado para ellos. No obstante, independientemente de si son más o menos saludables para ellos, lo que sí se ha demostrado es que disminuyen la necesidad de nuestros perretes de hacer sus necesidades.
Durante muchos años, las personas han estado alimentando a sus perros con las sobras de la comida, lo cual no quiere decir que esto sea la forma adecuada de hacerlo. Hoy en día, si queremos optar por este tipo de dieta, debemos asegurarnos de proporcionar a nuestros canes las proteínas y nutrientes necesarios, ya que cualquier desajuste a largo plazo podría ser fatal para la salud del animal.
Dicho esto, una investigación reciente llevada a cabo por el departamento de las Ciencias Animales y la división de las Ciencias nutricionales de la Universidad de Illinois, afirman que "alimentar a los perros con una mezcla de carne y verduras que nosotros mismos disfrutaríamos hace que los perros defequen mucho menos que cuando comen comida seca".
"Cuando a una docena de Beagles se les dio una dieta estándar de croquetas (pienso) durante cuatro semanas, los caninos tuvieron que comer mucho más para mantener su peso corporal", expresan los autores del estudio. "Defecaban hasta tres veces más que cuando se les dio una dieta con ingredientes que nos comeríamos nosotros".
En comparación con los ingredientes frescos, "las croquetas hicieron que los perros fueran entre 1,5 y 1,7 veces más a hacer sus necesidades", detalla la profesora de nutrición humana Kelly Swanson y coautora del estudio.
"Esto implica que los nutrientes en la comida humana son más fáciles de digerir para los perros. Como hemos demostrado en estudios anteriores, las comunidades microbianas fecales de los perros sanos alimentados con dietas frescas eran diferentes a las de los alimentados con croquetas (pienso)", explica la profesora.
Además, la nutricionista y coautora del estudio añade que "estos perfiles se debieron a las diferencias en el procesamiento de la dieta, la fuente de ingredientes y la concentración de los diferentes tipos de fibras, proteínas y grasas".
Los resultados se alinean en gran medida con investigaciones anteriores en las que descubrieron que las dietas de carne fresca o cruda también pueden alterar el microbioma de un perro, no obstante, es un tema que se necesita estudiar más aún en profundidad para determinar cómo afecta en la salud del perro.
De hecho, tanto los piensos como las dietas caseras tienen ventajas e inconvenientes, por lo tanto, tendremos que valorar a nivel personal qué es lo que queremos y, también, consultar con nuestro veterinario de confianza cualquier cambio que vayamos a poner en marcha relacionado con la alimentación de nuestros perros.
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