Los adolescentes reclaman más educación sexual y contra la violencia de género: "Todo lo que sé, lo he encontrado por mí misma"

Foto de un cartel del proyecto de 'Cut all ties' en un colegio de secundaria.
Foto de un cartel del proyecto de 'Cut all ties' en un colegio de secundaria.
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Foto de un cartel del proyecto de 'Cut all ties' en un colegio de secundaria.

"Yo le he tenido que explicar a gente de mi edad qué es el feminismo", reconoce Celia. Su instituto es uno de los tres elegidos de Madrid para implantar un proyecto piloto de formación en violencia de género y cuyos primeros resultados se dieron a conocer este jueves en el Centro Social Comunitario Josefa Amar. Ella, que lleva las redes sociales de una asamblea feminista creada por y para los jóvenes de su edad, se ha ido concienciando de las conductas tóxicas, los estereotipos de género y las actitudes machistas que todavía resisten en buena parte del tejido social. Pero es algo que en su entorno no termina de calar, y exige más acciones. "Sí que estamos notando un cambio, pero a la mayoría de las personas de nuestra edad todavía les cuesta", lamenta.

Celia, Mar, Raquel y Marina tienen entre 14 y 17 años. Las cuatro forman parte del grupo bautizado como 'Amazonas Violetas', del IES Valdebernardo. Se reúnen habitualmente al terminar las clases y comparten inquietudes, dudas, reflexiones y denuncias de sucesos que hayan ocurrido a su alrededor o en el propio centro. Lo hacen coordinadas por una profesora del centro, Elena Navarro, y con una responsabilidad social y ganas de cambiar el status quo heredado abrumadoras. Las cuatro echan en falta más educación sexual y a edades más tempranas, sobre temas más diversos y que contemplen todas las realidades actuales.

En esa dirección va dirigido el proyecto Cut All Ties, financiado por Comisión Europea y coordinado por la Asociación Bienestar y Desarrollo ABD con las entidades socias Fondazione Acra y Citibeats para abordar la violencia de género a través de un programa de formación basado en la gamificación y las nuevas tecnologías. La iniciativa nace con el objetivo de sensibilizar a los adolescentes de seis escuelas de secundaria de Barcelona, Madrid y Milán, y analizar el impacto en este proyecto piloto para que pueda ir cogiendo fuerza con el paso del tiempo.

Según los datos preliminares, el proyecto ha tenido buena acogida, tanto entre los propios alumnos como en los profesores. Y es que el programa también va enfocado a formar a los docentes, pieza clave en el desarrollo de la adolescencia por el tiempo que pasan con los adolescentes y la capacidad que tienen de prevenir y detectar conductas de riesgo. De este modo, con la ayuda de un manual en el que se marcan los pasos a seguir, decenas de estudiantes y alumnos de las tres ciudades integraron el proyecto en sus colegios entre enero y mayo de 2022. Las herramientas se basan, por una parte, en información teórica y, por otra, en actividades que sirven para poner en práctica los conocimientos aprendidos y despertar la conciencia, implicar a todos los alumnos e impulsar el debate y la propia detección de los estereotipos.

El programa, de hecho, tiene su culmen en un documental protagonizado por los participantes, Change the rules, y el cual está previsto que salga a la luz el próximo día 25 de noviembre, por el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. En él se recopilan los testimonios de jóvenes madrileños, catalanes e italianos que reflexionan sobre temas como los roles de género, el amor romántico o la privacidad en la pareja o en las redes sociales. El mensaje resultante es el mismo, en los tres territorios: tienen hambre de información y de ser escuchados; y asumen la responsabilidad de "cambiar" lo establecido socialmente para virar hacia un horizonte en el que el machismo y, por ende, la violencia hacia las mujeres, sea, si no inexistente, residual. "Es nuestro momento de hacer bien las cosas", sostiene uno de los alumnos en el documental.

Queda mucho trabajo por hacer

En el evento de este jueves participaron numerosas expertas y profesionales que trabajan día a día con estos jóvenes tratando temas de educación sexual y prevención de la violencia machista. Moderado por la educadora e integradora social Piru Aparicio, la jornada acogió también la intervención de Ana Sánchez, psicóloga ifanto-juvenil, y de profesoras y alumnas de los institutos de Madrid en los que se ha implantado el piloto. Pero el protagonismo de la jornada lo acapararon las jóvenes. 

"Todo lo que sé sobre mi orientación sexual y la forma en la que quiero relacionarme con otras personas es porque lo he encontrado por mí misma", lamenta Celia. Como ella, sus compañeras echan en falta más tiempo de educación sexual integral para comprender cuáles son las bases de una relación basada en el respeto, qué tipos de relaciones existen más allá de las heterosexuales, cómo identificar la violencia de género, cómo gestionar las emociones nuevas, etc. 

"Habría que cambiar el enfoque de estos talleres y meterlo en los currículos de forma transversal, en todas las asignaturas"

Pero el problema, coinciden, va por dos vías: por un lado, en que los talleres son todavía escasos, se imparten a edades ya tardías y en muchas ocasiones incluso fuera del horario lectivo. Por otro, que es un tema que todavía despierta reticencias en una parte importante del alumnado, sobre todo entre los chicos. Mar cuenta todavía indignada cómo un compañero del instituto llegó a masturbarse en clase al lado de una compañera sin llegar a sufrir ningún tipo de consecuencia por ello. "Hay veces que me han llegado a responder con frases tipo: 'Si no te gusta que te violen, no salgas de casa'", explica. Con todo, sí que han notado cómo, tímidamente, la curiosidad y el interés por el tema va creciendo tímidamente en algunas personas. La cuestión, no obstante, es llegar a todos. 

"Habría que cambiar el enfoque de estos talleres y charlas y meterlo en los currículos de forma transversal, en todas las asignaturas. Tenemos que ofrecer referencias al alumnado", sostiene Elena Navarro, también miembro de la Asociación Clara Campoamor. Lo cierto es que esto es algo que ya se contempla en la reforma laboral, con la LOMLOE, pero que no se está aplicando en los colegios como debiera. Normalmente, cuentan, no se da el primer taller de educación sexual hasta los 15 años, cuando -según transmiten las adolescentes- el cuerpo ya ha empezado el proceso de cambio y las dudas ya arrastran trayectoria. 

Involucrar a las familias y ceder espacios a los jóvenes

Además, añade la psicóloga Ana Sánchez, es crucial que todo el profesorado se involucre en esa tarea, pero también cree que falta "mucho trabajo" con las familias. "Nosotras trabajamos cuando todo esto ya ha pasado, cuando ya han sufrido la violencia de género de alguna forma", asevera. 

La conclusión es clara: los jóvenes necesitan más espacios donde entender, profundizar y pensar sobre asuntos que, de otra forma, asimilarán a través de otras vías como Internet. Asumen la responsabilidad de ser motores del cambio, como abanderados de una generación que crece en una sociedad que ya es consciente de muchos de los estereotipos de género, el autoconocimiento y las conductas dañinas, ya no solo hacia las mujeres, sino hacia cualquier colectivo vulnerable, minoritario o diferente. "Quiero aprender a gestionar mis emociones antes de llegar a estar sobrepasada", clama Mar.

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