Borja Terán Periodista
OPINIÓN

'Y ahora Sonsoles': la táctica de Antena 3 para construir una gran estrella

"El programa de Sonsoles Ónega puede ser como una cita de Tinder"
Sonsoles Ónega en 'Y ahora Sonsoles'
Sonsoles Ónega en 'Y ahora Sonsoles'
Atresmedia
Sonsoles Ónega en 'Y ahora Sonsoles'

Sin cortes para la publicidad y con dinámicas de programación para debilitar a un Telecinco que resiste con Sálvame. Así Antena 3 ha protegido el estreno de Sonsoles Ónega en sus tardes. El juego ha sido habilidoso por parte de Atresmedia. El programa retrasa su final para sumar a la media de audiencia a los espectadores que, en realidad, conectan a las ocho para ver Pasapalabra. De esta forma, el promedio de cuota de pantalla sube. Se trata de ese porcentaje de share con el que se vende el liderazgo en los titulares del día después, que se hace más grande gracias a la gente que espera el exitoso concurso de Roberto Leal que, por cierto, al comenzar más tarde también atrasa el inicio del informativo. Jaque mate al resto de 'Telediarios', pues el público -magnetizado por el duelo entre Orestes y Rafa en el Rosco- se queda ya parapetado a las noticias de Vicente Vallés.

La percepción del éxito se cocina. Como también las grandes estrellas mediáticas se fabrican. No surgen de la nada, sólo aparecen cuando son arropadas y existe detrás de su profesionalidad el empujón de un coordinado trabajo en equipo. Todo el grupo Atresmedia está cerrando filas con Sonsoles Ónega para que su espacio parezca el gran evento televisivo de la temporada. Su presencia está subrayada en los buques insignia de la emisora: Antena 3 Noticias, Espejo Público, Pasapalabra y, por supuesto, El Hormiguero, donde ha ido ido dos veces en pocos días. Con lo difícil que es ser invitado en El Hormiguero... Con esta exposición, se intenta que el espectador empatice con Ónega y quede arrebatadamente implicado con el viaje profesional que ha emprendido la periodista en su llegada a una nueva empresa.

Sonsoles no sólo ha sido contratada, además está siendo inteligentemente arropada para que su programa destaque en una tarde en la que el directo se sigue asociando a Telecinco. Era la asignatura pendiente de Antena 3, que se pretende fortalecer con un formato diario con capacidad de reacción en el devenir de la actualidad de la tarde y una prescriptora cercana como Ónega, con las tablas para informar desde la seriedad pero, también, desde su sonrisa. La puesta en escena ha sido un acierto. No sólo en marketing, también en escenografía. La imagen de Y ahora Sonsoles es cálida y acogedora: en fotografía, en grafismo y en decorado, que no se ha quedado en sólo pantallas. También hay puertas, para que pasen cosas. De hecho, se disimula muy bien que es el mismo plató de Espejo Público (antaño el estudio de Farmacia de Guardia) con una iluminación que otorga amplitud y unas tonalidades que transmiten calidez, además de apostar por público presencial que da vida a los fondos de los contertulios.

Pero, tras la primera semana de marketing y táctica, el programa deberá rodar su contenido para ser más cómplice con el espectador y menos repeinado. Porque Y ahora Sonsoles puede ser como esa cita de Tinder a la que acudes con gran expectativa al enamorarte de sus preciosas fotos y cuando la empiezas a conocer en persona te percatas de que es otra vez lo mismo de siempre, con las mismas preguntas y los mismos prejuicios. Y encima viene con unos zapatos muy pijos, que no te representan.

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