El maquinista del Alvia lamentó el accidente: dijo que había sido "culpa de él" y que "ya tenían denunciado" la escasa protección

Uno de los vecinos de la curva de A Grandeira, donde descarriló un Alvia en 2013.
Uno de los vecinos de la curva de A Grandeira, donde descarriló un Alvia en 2013.
EFE/Xoán Rey
Uno de los vecinos de la curva de A Grandeira, donde descarriló un Alvia en 2013.

Julio Santiso y Evaristo Iglesias, los primeros residentes del barrio compostelano de Angrois en el que descarriló un Alvia el 24 de julio de 2013, han declarado en la sexta jornada del juicio que el maquinista y acusado Francisco José Garzón Amo se lamentó de lo pasado y criticó la poca seguridad.

En la Ciudad de la Cultura, que acoge esta vista oral, Santiso ha contado este jueves que escuchó un estruendo, "como si fuera una explosión", y que tras las llamadas de rigor a emergencias y fuerzas y cuerpos de seguridad, los residentes en esta zona se dedicaron a "hacer lo que pudimos".

Del conductor, al que auxiliaron dos policías, a los que Julio vio cuando ya venían con Garzón en marcha, ha recordado que le comentó que había sido "culpa de él" y que la escasa protección era algo que "ya tenían denunciado".

Las primeras palabras del maquinista

Preguntado expresamente por la letrada de Adif por si Amo le había comentado la llamada con el interventor de a bordo, ha afirmado que no, y consultado por esta misma abogada sobre si Garzón había llegado a espetar "si pillo al de seguridad lo mato", ha respondido "hasta me parece que sí".

Iglesias ha indicado que a él le dijo que "era mejor que muriera que ver todo aquello". "No le escuché otra cosa", ha relatado en la sala.

Los dos acusados, el maquinista Garzón Amo y Andrés Cortabitarte, el exjefe de seguridad en la circulación de Adif, no asistieron este jueves a la vista. Ambos pueden libremente decidir porque están exonerados.

Imprudencia grave profesional

A uno y a otro se les imputan 80 fallecimientos por imprudencia grave profesional, 145 lesiones por el mismo motivo y un delito de daños. El expediente principal de este juicio está conformado por 44.460 folios, los cuales están divididos en 95 tomos.

El juzgado ha admitido las declaraciones de 522 testigos, 21 testigos-peritos y 126 peritos (669 testificales en total), con el matiz de que las partes puedan desistir de alguna en cualquier momento. 

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