Ahorro energético

Ahorrar fuera del hogar también es posible: así se reduce el consumo energético en la oficina, en la moda... y hasta en el aseo

Las 'scooters' eléctricas son una alternativa eficiente y menos contaminante para moverse por la ciudad.
Las 'scooters' eléctricas son una alternativa eficiente y menos contaminante para moverse por la ciudad.
YADEA
Las 'scooters' eléctricas son una alternativa eficiente y menos contaminante para moverse por la ciudad.

La conciencia medioambiental está cada vez más asentada en todos los estratos de la sociedad. Desde los distintos gobiernos hasta las grandes corporaciones, pasando por las unidades familiares particulares, los hábitos para ahorrar energía se han asentado de manera ineludible y se han naturalizado en nuestro día a día.

No obstante, hay muchas vías de ahorro que el conjunto de agentes de la sociedad todavía no han explorado lo suficiente. Si bien se han adaptado multitud de electrodomésticos y se ahorra energía de forma cada vez más eficiente, tenemos muchas formas de consumir menos fuera del hogar que no suponen un gran esfuerzo y pueden marcar la diferencia.

En las oficinas

Durante los días laborales pasamos la mayor parte de nuestro tiempo en el trabajo o en nuestro centro de estudios. Por ello, es primordial adquirir hábitos saludables para nuestro planeta también en estos lugares. En ellos deberíamos mantener costumbres como la separación de residuos o apagar completamente los ordenadores y los monitores en suspensión cuando no los use nadie.

Además, el despilfarro de material escolar o de oficina es muy habitual todavía. Pensar antes de imprimir un documento (y hacerlo solo si es imprescindible) o reutilizar los folios usados en vez de tirarlos puede ahorrar grandes cantidades de papel en poco tiempo. Asimismo, merece la pena proponer a la empresa que use material que provenga de bosques sostenibles o sea reciclado.

En los aseos

El uso excesivo de papel higiénico es un problema más grave de lo que pueda llegar a pensarse. Si vas a los aseos, utiliza el papel que necesites, intenta reducir el uso de jabón al indispensable y controla el agua que gastas. Finalmente, evita los secadores de manos, que consumen mucha energía y, por supuesto, no te olvides de apagar la luz al salir.

Utiliza tus piernas

En tu bloque, en la universidad, en tu centro de trabajo y, en definitiva, en cualquier tipo de edificio, vence tu pereza y usa las escaleras siempre que puedas. El ascensor, realmente, está pensado para subir cargas excesivas, transportar a personas con movilidad reducida o llevar carritos de bebé.

Al hacer la compra

Aunque pueda parecer extraño, puedes ahorrar energía al llenar la cesta de la compra. Lo más importante de todo es huir de las máquinas expendedoras, puesto que la mayoría de los productos van envueltos en plástico y conllevan un gasto de energía excesivo.

Por otra parte, adquirir tus alimentos a granel, de proximidad y ecológicos supone un ahorro de energía nada desdeñable. La fabricación de los envoltorios y el traslado de la comida de una punta a otra del planeta genera una gran huella de carbono.

Moda sostenible

Comprar ropa de segunda mano o de materiales biodegradables y reciclados es otra forma de cuidar el medio ambiente. Si se te da bien, anímate a fabricar tus propias prendas personalizadas y diviértete ahorrando energía y dinero.

Beneficios de conducir una moto eléctrica

  • Más allá del congestionamiento vehicular, conducir una motocicleta eléctrica tiene muchas ventajas.
  • Ahorro. El kilómetro recorrido por una moto eléctrica es mucho más barato en comparación con una de combustión. Además, su mantenimiento promedio es de aproximadamente 700 euros menos.
  • Sin ruidos. Las motos eléctricas carecen de las vibraciones y del ruido de los motores.
  • Sostenibilidad. Se han convertido en la mejor alternativa en cuanto a practicidad y sostenibilidad medioambiental para reducir las emisiones de CO₂.
  • Autonomía. Son capaces de durar entre los 70 y 130 kilómetros diarios.
Jorge Morales de Labra

¿Y ahora qué va a pasar?

  • El director de Próxima Energía e ingeniero industrial, Jorge Morales de Labra.

¿Sigue siendo necesario concienciar sobre el ahorro energético?Sigue siendo fundamental: la energía más barata es la que no se consume. Por ahí es por donde hay que empezar, después viene todo lo demás. El punto de partida de cualquier medida que tenga que venir en el ámbito de la energía parte del ahorro.

¿Cuáles son las claves de la situación actual?Sin duda, cada vez hay más preocupación por la sostenibilidad y por evitar el derroche en un planeta finito, pero claramente la crisis energética está motivada por un tema económico. No se pueden pagar los altos precios del gas y de la electricidad que estamos viendo en estos momentos.De ahí, el ahorro de energía deriva prácticamente solo.

¿Por dónde podemos comenzar a ahorrar?Lo primero es tener claro lo que consume más. Hay que identificar qué es en lo que más energía gastamos, normalmente el transporte. Y el problema puede estar dentro de casa: si uno tiene un coche eléctrico, ese consumo será en el hogar al cargarlo. Fuera de casa, el ahorro tiene que ver con los hábitos de conducción, con el uso que le demos al vehículo y cuánto lo utilizamos.

¿Cuál es la forma más fácil de concienciar?Uno puede estar más o menos concienciado con el uso de la energía, pero en lo que todo el mundo está de acuerdo es en el ahorro y más en la época actual, cuando el precio está tan alto.

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