Su labor consiste en hacer realidad deseos. Cuéntenos cómo surgió la idea. ¿En qué se inspiraron?Nuestra misión es ayudar a que niños que tienen diversas enfermedades puedan cumplir un deseo. La idea surgió porque nuestro presidente, Iñaki Orive, que estudió en Estados Unidos, colaboró durante su estancia allí con una fundación que hace lo mismo, que se llama Make-A-Wish. Cuando volvió, quiso traer la idea. 

¿Cómo ayuda a los niños, tanto física como anímicamente ver cumplidos estos deseos?Hicimos un estudio en 2012 junto con el colegio de psicólogos de Madrid y la Universidad complutense para ver de verdad el efecto que tiene cumplir un deseo en los niños con alguna enfermedad. Lo que vimos fue que, como genera tantas emociones positivas, incide directamente en su bienestar y en la forma de afrontar la enfermedad, lo que les proporciona incluso cierta mejoría física. Cumplir estos deseos acompaña de alguna manera la parte médica con una parte más psicológica, somos un complemento. 

¿Cómo llegan a los niños?Tenemos un acuerdo con 35 hospitales en España, y cada uno de ellos designa a un intermediario. Con estos intermediarios nos reunimos periódicamente y es el que determina qué niños están más bajitos de ánimo y necesitan nuestro trabajo, generalmente son trabajadores sociales. También sirve de enlace con los padres, y juntos vamos organizando visitas al hospital para ver poco a poco qué le hace ilusión, le invitamos a soñar… sin desvelarle que somos de Pequeño deseo. Durante todas esas visitas recabamos mucha información de las cosas que le gustan y lo vamos organizando. 

Cuando se trata de niños que están en el hospital, tienen alguna discapacidad que les dificultad la movilidad… ¿Se coordinan con el equipo médico para que se lleve a cabo el deseo de un modo ‘seguro’, que estén dentro de lo que el niño puede hacer?Sí. Una vez tenemos el deseo, lo primero que hacemos es hablar con el médico que le atiende para que nos confirme que, evidentemente, podemos llevarlo a cabo y las condiciones en que podemos hacerlo. No dejamos de trabajar con niños en una situación delicada… y, además, tenemos que personalizarlo todo mucho, tanto por las enfermedades o por su edad, porque atendemos a cualquier niño de entre 4 y 18 años, que tenga una enfermedad crónica o grave… tanto las más conocidas, como puede ser un cáncer, como enfermedades raras, crónicas cardiológicas, de trauma… y por las que tienen que pasar tiempo en el hospital. 

¿Quién les ayuda a llevar a cabo esos deseos? Cada año organizan más de 500…Al final es una suma de voluntades de muchas personas que colaboran, necesitamos la complicidad de mucha gente para llevarlos a cabo: personal del hospital, personajes famosos que quieren conocer, profesionales… porque hay niños que quieren ser bomberos, policías… Recuerdo uno en el que tuvimos que tener la colaboración de gente del Palacio Real, que incluso pusieron un carruaje a una niña, la convirtieron en princesa… fue muy bonito. 

¿Qué tipo de deseos suelen pedir los niños, cuáles son los más comunes?Hay tantos deseos como niños, porque su imaginación es amplísima y cada niño es distinto, pero es cierto que los temas fútbol, artistas… son muy recurrentes

En estos 20 años, lleváis más de 6.000 deseos. Son muchos, pero seguro que alguno o algunos les han marcado especialmente.Entre más de seis mil es muy difícil elegir, pero recuerdo que me emocionó mucho el de una niña a la que el día de su cumpleaños llevamos al rodaje de Alatriste. Salió Vigo Mortensen a recibirla y estuvo dos horas con ella hablando, enseñándole el set… Fue muy emocionante y nos dijo que había sido el mejor cumpleaños de su vida. Y eso es lo más importante que conseguimos, que los niños sonrían en situaciones muy delicadas… se es nuestro objetivo.
También recuerdo una niña que cumplió su deseo de venir a Madrid a ver El Rey León. Fue tan importante para ella, que nos llamó después de recuperarse para que le dijéramos cuál era el nombre de su deseo para tatuárselo. Eso para nosotros es brutal… De hecho, ahora nos va ayudar en una campaña de financiación para poder ayudar a otros niños como ella.
Bueno, y recuerdo otro muy original, el de un niño que nos pidió conocer a los políticos del Congreso, lo llevamos a un pleno y estuvo hablando con los representantes de todos los partidos. 

Y durante la pandemia, ¿cómo hicisteis para seguir cumpliendo deseos?Se paralizó todo, pero nos las arreglamos para poder hacerlo porque los niños estaban ingresados igual, o incluso algunos en su casa, pero más vulnerables si cabe, aislados… Al final, llevamos a cabo un montón de deseos, pero con la gente en casa. Por ejemplo, fue más fácil contactar con personajes famosos, que además de estar en casa tenían más tiempo y estaban más tiempo con los niños, aunque fuera online. Nada puede sustituir el contacto humano, pero fue toda una experiencia y seguimos cumpliendo algunos deseos, que es lo importante. 

¿Cómo puede ayudar la gente a vuestra labor?Pues la verdad es que al final lo más importante es que nos ayuden económicamente, conseguir socios para tener unos ingresos estables, porque como hacemos actividades tan diversas lo de los voluntarios es más complicado. Aunque cualquier persona que quiera, puede colaborar. Ahora mismo, por ejemplo, estamos preparando la gran subasta de experiencias y la gente puede pujar. Podéis inscribiros en nuestra web. 

Por último, si tuvierais que pedir vosotros un deseo, ¿Cuál sería?El más importante, que ojalá no tuviéramos que existir…