Pilar, madre del niño con asperger al que presuntamente violaron en el recreo: "Mi hijo quiere que se haga justicia"

Pilar y su hijo, Sergi.
Pilar y su hijo, Sergi, de espaldas
Cedida por Pilar.
Pilar y su hijo, Sergi.

Sergi tenía 13 años cuando ocurrió lo inimaginable: en 2018 fue presuntamente acosado y violado por compañeros de instituto. Así lo denuncia a 20minutos la familia del joven, con síndrome de Asperger, antes de que este martes arranque el juicio que sentará a cuatro jóvenes en el banquillo de los acusados. 

El juicio será a puerta cerrada durante los días 18, 19 y 20 de octubre en el Juzgado de Menores 6 de Barcelona. Los imputados habrían realizado dichos actos en el patio del colegio Verge del Roser, en Vallirana (Barcelona), cuando eran menores de edad. La Fiscalía pide tres años de internamiento por un presunto delito de integridad moral y dos de agresión sexual. La familia, por su parte, pide cuatro años de internamiento por un presunto delito de integridad moral, dos de agresión sexual con acceso carnal y uno de violación.

Pilar, la madre de Sergi, explica que su hijo se había sentido "diferente a los demás" desde pequeño, pero que como se portaba bien y sacaba buenas notas nadie pensaba que tuviera nada, hasta que, a los 11 años, le diagnosticaron un trastorno del espectro autista.

Le pusieron el mote de autista retrasado, y entonces empezó el bullying

Todo comenzó en 1º de ESO. "Después de empezar el curso, en mayo de 2018, notamos que desaparecían cosas de casa, como un reloj de mi padre fallecido o el decodificador Gol Tv, y no sabíamos qué pasaba", explica Pilar al relatar cómo empezó lo que se convertiría en una pesadilla. Más tarde, se enteraría de que varios alumnos del centro le habían estado haciendo acoso escolar a su hijo. "Cada vez que cuento lo que pasó me tiembla la voz, es como si fuera una película", expresa afligida.

"Un día, una estudiante le preguntó a la psicóloga del centro que qué era lo que le pasaba a Sergi, por qué era diferente, y le contestó que tenía autismo y que lo dejaran tranquilo", relata Pilar, pero sucedió todo lo contrario: "A partir de ahí le pusieron el mote de autista retrasado, y entonces empezó el bullying". El curso terminó sin ninguna otra incidencia añadida, sin embargo, lo peor aún estaba por venir.

A principios del nuevo curso un grupo de alumnos de 3º de ESO, que se hacía llamar 'La Mafia', volvió a acosar al joven con insultos como "Frankenstein" o "pelo de fregona". "Once estudiantes se lo llevaron unas 16 veces a un sitio apartado del patio, llamado 'La Pradera', para agredirle y reírse de él", argumenta Pilar según el relato de su hijo, que señala tres fechas claves: el 28 de octubre y el 5 y 6 de noviembre de 2018.

Llevaron un bote de vaselina y machetes, le mordieron, le introdujeron un palo por el ano, le obligaron a hacer una felación...

El 28 de octubre comenzaron los presuntos abusos y agresiones sexuales: le habrían obligado a masturbarse y trataron de introducirle el pene en el ano. "Ese día dio la casualidad de que yo estaba ahí en la portería, esperando a mi hijo para llevarlo al médico, pero no salía y nadie sabía dónde estaba. A un lado, un profesor estaba como echándole la bronca a un chico, ahora entiendo por qué", indica la madre del joven.

Según narra, un menor vio lo que había sucedido aquel día, pero, cuando fue a contárselo a dirección, un profesor le dijo que no hablara y que no comentara nada a los padres, y lo mismo le dijeron a Sergi, llegando a amenazar con poner incidencias. "Cuando al final mi hijo bajó para ir al médico tenía los ojos llorosos, pero me dijo que no pasaba nada".

El 5 y 6 de noviembre fueron los peores días: "Llevaron un bote de vaselina y machetes, le mordieron, le introdujeron un palo por el ano, le obligaron a hacer una felación, eyacularon en su boca... Y aunque solo se ha imputado a cuatro, habían seis estudiantes más presenciando esos actos, vigilando y riéndose", apunta Pilar, señalando que los presuntos agresores tenían entonces 13 y 14 años y que "sabían perfectamente que lo que hacían".

Finalmente, el 15 de diciembre Sergi se lo contó todo a sus padres. "Ese día, una de las chicas del grupo le había exigido que llevara 1.000€, y mi hijo ya no supo qué hacer". Tras quedar "impactados" por la noticia, la familia, con el beneplácito de su hijo, decidió interponer una denuncia. "Mi hijo quiere que se haga justicia", subraya Pilar, sin embargo, comenta que la justicia ha ido "demasiado lenta".

No es lógico que mi hijo se tuviera que ir del centro y los presuntos agresores siguieran ahí como si nada

La denuncia pasó de los Mossos d'Esquadra a la Fiscalía de Menores, y desde entonces llevan esperando cuatro años para que se celebre el juicio, el cual, según Pilar, debía haberse realizado entre 8 y 12 meses después de que denunciaran. "El proceso ha sido dificilísimo, solo hemos tenido trabas, trabas y trabas para llegar al juico", expone, añadiendo que, además, no se van a tener en cuenta a todos los presuntos responsables.

"Fueron once agresores, pero se ha decidido acusar a cuatro, y en cuanto a la escuela, solo se contempla como civilmente subsidiaria, sin imputar a los cinco profesores que le repitieron que no dijera nada", recalca la madre de Sergi al referirse a la complejidad del proceso, del que también destaca las dificultades que han tenido para seguir con su vida.

Tras lo ocurrido, sacaron a Sergi del colegio y tuvo que sacarse la ESO con tutores domiciliarios, ya que desde entonces no ha querido volver a un instituto. "No es lógico que mi hijo se tuviera que ir del centro y los presuntos agresores siguieran ahí como si nada. Es que mi hijo me pregunta: '¿Por qué me hacían la vida imposible? Si yo no hablaba ni hacía mal a nadie, yo me quería hacer el invisible'", cuenta Pilar a la vez que comenta que su hijo padece estrés postraumático y está bajo medicamentos contra la depresión.

Por otro lado, afirma que la situación también ha afectado a la familia: "Nos ha costado la salud mental y se han sumado más problemas, como que me detectaron cáncer, del que sigo en tratamiento, y mi marido lleva dos años de baja para atender a Sergi. Y, aun así, debemos ser fuertes y mover todas las montañas posibles, y teniendo un hijo con asperger el esfuerzo es el doble".

Para concluir, Pilar apunta que lo único que quiere es que los menores no sufran más. "Nosotros queremos luchar, primero, por la justicia de Sergi; segundo, por las personas con asperger; y, después, por todos los menores que están sufriendo acoso. Si tu hijo es vulnerable, o incluso si solo es estudioso, ya le cogen manía y van a por él", determina.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento