Cómo combatir el síndrome post-vacacional de nuestros perros: una vuelta gradual a sus rutinas, la clave para evitar la ansiedad

Un perro mordiendo su juguete favorito.
Un perro mordiendo su juguete favorito.
REAL SOCIEDAD CANINA DE ESPAÑA
Un perro mordiendo su juguete favorito.

La vuelta al trabajo y al curso escolar tras unas vacaciones, ya sean de verano o de invierno, puede provocar lo que conocemos como el síndrome post-vacacional, una ansiedad a la hora de regresar a la rutina tras un periodo de descanso que, además de poder afectarnos a nosotros, pueden también sufrirlo nuestras mascotas, especialmente los perros.

Pero, ¿cómo afecta la vuelta a nuestras mascotas? Según los veterinarios de la Real Sociedad Canina de España (RSCE), los perros necesitan también un periodo de adaptación para así poder evitar cualquier alteración negativa en su conducta.

En general, los síntomas más comunes cuando un perro sufre este síndrome post-vacacional se ven reflejados en sus hábitos de higiene, "olvidos sobre cuándo y dónde debe hacer sus necesidades, por lo que habrá que enseñarle nuevamente las rutinas", expresan desde la RSCE.

También pueden presentar "llamadas de atención de forma constante, exceso de energía por todas las actividades que ahora cesan, tristeza o desmotivación por volver a estar encerrado y solo en casa después de haber pasado largo tiempo junto a sus tutores", añaden los veterinarios.

"Estos bajones anímicos pueden provocar, además, un menor apetito, pérdida de sueño y pocas ganas de salir de paseo, entre otros síntomas", detallan los expertos de la Real Sociedad Canina de España.

Cómo ayudar a nuestros perros a superarlo

En caso de que detectemos alguno de los síntomas del síndrome post-vacacional, desde la RSCE aconsejan "retomar las rutinas gradualmente, sistematizar la alimentación, volver a la higiene habitual y observar con atención su estado de ánimo".

Volver a proporcionar el alimento en las horas y cantidades adecuadas es un punto muy importante, ya que "muchas veces, durante las vacaciones, la sensación de hambre es mayor y puede ser interesante comenzar dando la ración diaria en varias tomas de forma que se reparte y disminuye esa sensación", explican los veterinarios de la RSCE.

"El baño, corte de uñas, la limpieza de oídos y el cepillado del pelo y de los dientes son rutinas que a veces podemos descuidar en vacaciones, por ello, un retorno a ellas siempre será beneficioso para la salud y bienestar de nuestras mascotas", detallan sobre el refuerzo de la higiene a la vuelta de las vacaciones.

Es recomendable hacer una visita al veterinario para desparasitarlo y realizar un test de Leishmaniosis

En cuanto a la actividad física, durante las vacaciones pasamos más tiempo con nuestros perros y al aire libre, por ello, a la vuelta hay que intentar "mantener una rutina en los paseos y seguir dedicando tiempo para estar con ellos, ya que una carencia de actividad y del contracto con nosotros puede afectar a su salud", advierten.

"Por otro lado, para las mascotas la vuelta a la rutina supone volver a pasar más horas solos en casa, que, en algunos casos, puede llegar a traducirse incluso en problemas patológicos de comportamiento, como es el caso de la ansiedad por separación", explican. "De ahí la importancia de vigilar su estado de ánimo.

Además, cuando se trata de las vacaciones de verano, septiembre es un buen mes para acudir al veterinario y asegurarse de que, a la vuelta del verano y de los viajes, la salud de nuestros perros sigue siendo óptima, especialmente teniendo en cuenta las desparasitaciones y la Leishmaniosis, ya que "en los meses cálidos el mosquito transmisor de esta enfermedad tiene uno de sus picos máximos de actividad".

"Es recomendable hacer una visita al veterinario para que revise a nuestro animal, lo desparasite externa e internamente y, de paso, realizar un test de Leishmaniosis en los meses posteriores para comprobar que es negativo", concluyen los veterinarios de la RSCE.

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