El próximo domingo, 11 de septiembre, se cumplirán diez años de la manifestación masiva que, en 2012, demostró una fuerza nunca vista en el independentismo catalán y que culminó en 2017 con el llamado procés. Una década después, la Asamblea Nacional Catalana (ANC) pretende reanudar las marchas multitudinarias, tras un 2020 marcado por la pandemia y un 2021 en el que la celebración de la Diada no contó con el apoyo previo a la llegada de la Covid. Bajo el lema '11-S y 1-O: volvamos a hacerlo para vencer: independencia', la ANC tratará de retomar el pulso del independentismo catalán cinco años después del referéndum.
La intensidad de las protestas celebradas con motivo de esta jornada durante los últimos diez años ha servido, sin duda, para tomar el pulso de la sociedad catalana en el proceso independentista. Tras el estallido de 2012, las cifras de manifestantes han ido variando razonablemente hasta que, en 2019, quedó patente el pinchazo del movimiento.
Diada 2012: 'Cataluña, nuevo Estado de Europa'
El 11 de septiembre de 2012, una manifestación cambió para siempre el significado de la Diada. Una congregación de personas sin precedentes en la celebración del Día de Cataluña se formó en torno a la convocatoria de la Asamblea Nacional Catalana (ANC) bajo el lema 'Cataluña, nuevo Estado de Europa'. La Delegación del Gobierno en Cataluña estimó una afluencia de 600.000 personas, frente al millón y medio de manifestantes que afirmaban los cálculos de los Mossos d’Esquadra y la Guardia Urbana de Barcelona.
Las dimensiones de la manifestación, que ya se preveía especialmente multitudinaria, desbordaron todas las expectativas. Una marcha de tres kilómetros de longitud colapsó el centro de Barcelona entre esteladas y consignas de 'independencia' durante una jornada que supuso la confirmación del arranque del procés.
La inédita demostración de fuerza de la Cataluña independentista aquel 11 de septiembre reafirmaba el enfado mostrado en la manifestación 'somos una nación, nosotros decidimos', que se había organizado el nueve de julio de 2010 en respuesta a la sentencia del Constitucional sobre el Estatuto de autonomía. Además, la de 2012 fue la primera Diada celebrada desde que, el 20 de diciembre de 2011, fuera investido presidente Mariano Rajoy.
Artur Mas, que no acudió a la manifestación, mostró su apoyo total a las movilizaciones. En aquel momento el pacto fiscal con el Gobierno central estaba en el centro del programa de CiU, y Mas se situó definitivamente en el papel de "líder" que guiaría a su pueblo "hacia la libertad".
Diada 2013: 'la vía catalana hacia la independencia'
Para el 11 de septiembre de 2013, la ANC recogió el testigo del año anterior y, en previsión de una entrega masiva por parte del sector independentista catalán, organizó una movilización que se conocería como 'la vía catalana hacia la independencia'. En enero de ese mismo año, el Parlament había aprobado la 'Declaración de soberanía y del derecho a decidir del pueblo de Cataluña', que posteriormente sería objeto de dictamen en el Tribunal Constitucional, que la consideró "inconstitucional y nula" en una sentencia publicada en 2014.
El movimiento independentista seguía creciendo y, en la Diada de 2013, una cadena humana de unos 400 kilómetros partió de la localidad francesa de Le Perthus para llegar a Vinaroz, Castellón, atravesando Cataluña de norte a sur. El recorrido emulaba la Vía Báltica realizada en 1989 para pedir la independencia de los países bálticos. Los datos de asistencia a la manifestación, que habitualmente varían según la fuente consultada, bailaron especialmente en esta ocasión.
La Generalitat publicó la cifra de 1,6 millones de participantes, un contraste insalvable con los 400.000 que estimó el Ministerio del Interior. Un estudio publicado por Sociedad Civil Catalana, que analizó durante tres meses algo más de 107.000 imágenes de la vía catalana, estimó el número de participantes en 793.683 personas.
Diada 2014: 'la V'
El 11 de septiembre de 2014 se cumplieron 300 años de la caída de Barcelona durante la Guerra de Sucesión española, el acontecimiento que da fecha a la fiesta nacional catalana. Toda Cataluña albergó actos reivindicativos, pero el más multitudinario fue el que organizaron Òmnium Cultural y la ANC en Barcelona. La manifestación, nombrada 'la vía catalana' o 'la V', recorría las dos principales avenidas barcelonesas - la Diagonal y la Gran Vía - dibujando una 'uve' de 11 kilómetros de longitud que desembocaba en la Plaza de Glorias. La Guardia Urbana afirmó la asistencia de 1,8 millones de personas, mientras que el Gobierno estimó medio millón de participantes. El punto medio lo volvió a poner Sociedad Civil catalana: 825.000 manifestantes.
Los independentistas tenían una fecha marcada en sus cabezas, el 9 de noviembre de 2014, cuando estaba prevista la celebración de una "consulta popular no refrendaria sobre el futuro de Cataluña". La iniciativa la había anunciado Artur Mas en septiembre de 2013, y fue la protagonista de la Diada de 2014, cuyo lema fue '9-N votaremos, 9-N ganaremos'. Mas compareció para pedir al entonces presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que no impugnase la consulta. El Ejecutivo emitió varios recursos de inconstitucionalidad que fueron admitidos a trámite por el Tribunal Constitucional, provocando la suspensión cautelar de la consulta el 29 de septiembre. El 9-N, finalmente, tuvo lugar, y fue motivo de la posterior inhabilitación de Artur Mas en 2017.
Diada 2015: ahora es la hora
El escenario de la Diada de 2015 fue la avenida Meridiana de Barcelona, que se llenó de 1,4 millones de manifestantes según la Guardia Urbana, 530.000 según el Gobierno central. La Sociedad civil Catalana habló de 630.000 asistentes. El lema escogido por los organizadores este año fue 'ahora es la hora'.
El caldeado clima de la protesta de aquel año se vio impulsado por su coincidencia en el tiempo con el inicio de la campaña electoral de las elecciones al Parlamento catalán. Más de 2.000 autocares facilitados por ANC trasladaron a alrededor de 100.000 personas de toda Cataluña para que participaran de la manifestación. Igual que en los años anteriores, Mas se abstuvo de asistir presencialmente a la manifestación, escudándose en la necesidad de mantener un papel institucional.
Diada 2016: 'a punto'
En enero de 2016, Carles Puigdemont tomó el relevo de Artur Mas y fue investido presidente de la Generalitat. Meses después, con la llegada de la Diada, Puigdemont dio el paso que Mas no se había atrevido a dar y acudió a la manifestación. En esta ocasión, la movilización independentista se celebró paralelamente en cinco ciudades: Lleida, Berga (Barcelona), Salt (Girona), Tarragona y Barcelona. 540.000 manifestantes se personaron, según la Guardia Urbana, en las movilizaciones de la capital catalana. A la marcha de Salt, que fue la escogida por Puigdemont, acudieron 135.000, según la Policía Local. Otras 60.000 personas acudieron a manifestarse a Berga, 50.000 a Tarragona y entre 25.000 y 30.000 se manifestaron en Lleida. Estos datos (815.000 personas en total) superan con creces a los que dio la Delegación del Gobierno en Cataluña, que cifró en 370.000 los asistentes a las cinco concentraciones. 'A punt' (a punto) fue esta vez el lema escogido por los organizadores para la movilización.
Diada 2017: la Diada del Sí
La Diada de 2017, conocida como 'la Diada del Sí', se celebró en un momento de máxima tensión para la sociedad catalana, apenas unas semanas antes de que tuviese lugar el referéndum ilegal del 1 de octubre, que cambiaría drásticamente el curso de los acontecimientos. Alrededor de un millón de personas se congregaron en el centro de Barcelona en esta ocasión, según la Guardia Urbana. La Delegación del Gobierno en Cataluña dejó su estimación en 350.000 personas. "Votaremos, quieran o no quieran", gritaron los manifestantes.
El Tribunal Constitucional había suspendido cuatro días antes el referéndum de autodeterminación, que se celebró más tarde de manera ilegal. El Parlament aprobó el 27 de octubre la declaración unilateral de independencia mientras el Senado aprobaba la aplicación del artículo 155, que supuso el cese del Parlament y la destitución del Gobierno catalán. Lo que siguió después fue la presentación de una querella por parte de la Fiscalía General del Estado, que llevó al procedimiento que acabó con el juicio a Oriol Junqueras y otros miembros del Govern, mientras Puigdemont y cinco exconsejeros huyeron a Bélgica.
Las Diadas que siguieron al 1-O
La Cataluña independentista mantuvo el fuelle en su reivindicación de la república catalana en 2018, con una cifra idéntica a la ofrecida por la Guardia Urbana el año anterior: un millón de asistentes. En la Diada de este año, el Gobierno dejó de aportar datos de asistencia a la manifestación.
La Generalitat había pasado por tres intentos fallidos de investidura antes de que Quim Torra llegase a la presidencia. Parte de los acusados por la declaración unilateral -incluyendo al expresidente Puigdemont- estaba fugada y el resto en la cárcel. Durante la jornada de movilizaciones de aquel 11 de septiembre, las voces de los manifestantes lanzaron nuevas reivindicaciones en defensa de la puesta en libertad de los independentistas presos.
Para el 2019, la manifestación celebrada durante la Diada de Cataluña bajó drásticamente su asistencia. La Guardia Urbana situó la cifra de participación en 600.000 personas, frente al millón de asistentes de los dos años anteriores. Fueron los datos más bajos ofrecidos por esta fuente desde 2012.
Por primera vez, se hizo patente durante esta jornada la ruptura de la unidad del independentismo, a la espera de que se publicara la sentencia del Tribunal Supremo sobre los 12 políticos juzgados por el 'procés'. La sentencia llegó 14 días más tarde, condenando a los acusados a penas de entre 9 y 13 años de prisión. En 2021, tras la irrupción de la pandemia, que impidió la celebración masiva de la Diada de 2020, y tras los indultos a los presos del procés, se reanudaron tímidamente las manifestaciones.
Una décima parte de los asistentes a la Diada de 2018 acudió en esta ocasión a manifestarse, según la Guardia Urbana. Ahora, el proceso independentista afronta los diez años de historia tras dos ediciones de la Diada a medio gas y en un ambiente tenso para el independentismo al comienzo de un curso electoral. El actual presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, ha decidido no participar en la manifestación, organizada, según ha dicho, para ahondar en las "divergencias" dentro del independentismo.
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