El empleo, ante la encrucijada del invierno:¿Resistirá el 'boom' en la contratación tras la pandemia a la crisis energética?

Imagen de archivo de un obrero de la construcción.
Imagen de archivo de un obrero de la construcción.
Julian Stratenschulte/dpa
Imagen de archivo de un obrero de la construcción.

El invierno se acerca y las perspectivas para la economía no son buenas. El jueves el Banco Central Europeo (BCE) revisó notablemente a la baja sus expectativas de crecimiento para los próximos tres años y ya no descarta una recesión en 2023. Casi nadie espera ya buenas noticias en los próximos meses y el mercado laboral se enfrenta a una prueba de fuego una vez concluida la temporada alta del turismo. La reforma laboral y el fuerte crecimiento en el empleo (más intenso que el del PIB) registrado tras la crisis pandémica tienen una reválida este invierno ahora que las cosas vuelven a pintar feas. 

Por lo pronto, los últimos datos de empleo publicados (en agosto) no fueron especialmente negativos. Aunque la afiliación a la Seguridad Social sufrió la cuarta mayor caída para un mes de agosto desde 2008, el pasado mes fue mejor que sus equivalentes en 2018 y 2019. "El dato de agosto ha sido un buen dato analizado en términos desestacionalizados. El empleo se está comportando bien, yo hubiese esperado que se empezase a notar una cierta desaceleración, pero no se nota especialmente", sostiene María Jesús Fernández, economista sénior de Funcas, en conversación con este diario.

Sin embargo, la fortaleza del mercado laboral se verá puesta a prueba en los próximos meses. "Esperamos que la economía empiece a reflejar más negativamente la consecuencia de la caída de poder adquisitivo, la incertidumbre, las expectativas empresariales en el último trimestre", agrega la especialista. En consecuencia, Fernández espera "como mínimo" una ralentización importante en el crecimiento de la afiliación. "No esperamos caídas en el empleo salvo en el peor escenario", explica. "En un escenario de moderación del crecimiento, con un impacto que sea asumible, no esperamos una tendencia negativa de destrucción de empleo", agrega.

Por ahora, los escasos indicadores disponibles sobre las expectativas de contratación de los empresarios señalan que el empleo podría aguantar, al menos, unos meses más. El último Indicador de Expectativas de Empleo para los próximos tres meses, que publicó la Comisión Europea el 30 de agosto, refleja que en España las expectativas de contratación siguen por encima de la media histórica. Además, a diferencia de en la UE -donde este indicador lleva meses a la baja-, en España todavía no se observa una tendencia descendente. En cambio, los indicadores de confianza en la economía de consumidores y empresas van claramente a la baja, tanto en Europa como en España.

Los empresarios españoles ven la situación con algo más de pesimismo. Fuentes de la patronal CEOE explican a este periódico que "los indicadores disponibles del tercer trimestre son negativos y reflejan riesgo de estancamiento económico". "Agosto ha sido un empleo muy moderado que se acumula al empleo de julio, que fue negativo. El empleo no ha ido bien", resumen.

Los empresarios esperan un crecimiento "muy moderado" de la economía en el cuarto trimestre por culpa de la inflación y la ausencia del efecto positivo de la estacionalidad de verano en el mercado de trabajo. "El panorama es de incertidumbre y desconfianza", resumen.

También ven con incertidumbre las cosas en el Ministerio de Asuntos Económicos. En el departamento que dirige la vicepresidenta primera, Nadia Calviño, reconocen que los datos disponibles sobre el tercer trimestre "muestran una moderación en el ritmo de actividad", aunque todavía con un crecimiento positivo del PIB. Desde Economía piden no caer en el pesimismo e insisten en que "ya hubo varias previsiones negativas para el segundo trimestre y al final se creció al 1,1%". 

Para Mónica Melle, profesora de Economía en la Universidad Complutense de Madrid, la expectativa es que "el empleo se mantenga" en los próximos meses, no que se produzca una "destrucción masiva". "Un crecimiento en el empleo no es muy esperable por cómo va la economía. Como hay un freno del crecimiento, evidentemente esto conlleva un freno de la contratación", sostiene.

La incertidumbre es máxima. Por ahora, la principal vía de entrada de gas desde Rusia a Europa sigue cerrada sin fecha de reapertura en el horizonte y el mercado europeo del gas sufre una volatilidad impredecible. La capacidad de adaptación de las economías europeas a este escenario nunca visto será clave. Y el frío está cada vez más cerca.

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