Un informe revela que cada vez más niños son ingresados en el hospital por ingerir baterías de botón: puede causarles la muerte

  • Del 2010 al 2019 se realizaron 7.032 visitas al hospital por lesiones relacionadas con baterías en Estados Unidos. 
Batería de botón.
Batería de botón.
PIXABAY
Batería de botón.

Cada día es mayor el número de niños pequeños que tienen que ser ingresados en el hospital por haber consumido baterías de botón de litio, con graves consecuencias para los menores, entre ellas la muerte. Desde 2010 hasta el año 2019 se realizaron un total de 7.032 visitas al hospital por lesiones relacionadas con baterías en Estados Unidos; más del doble de las que se hicieron entre 1990 y 2009, según indica un nuevo estudio publicado este lunes en la revista médica Journal Pediatrics y recogido en CNN.

En promedio, se trata de una visita cada 1,25 horas entre los menores de 18 años. Según la investigación, los niños menores de 5 años son los que presentan un mayor riesgo, especialmente los bebés de entre 1 y 2 años de edad, quienes suelen llevarse todo tipo de cosas a la boca. Además, el estudio determinó que este tipo de baterías fueron las responsables del 87% de las visitas al hospital, en las que el tipo de batería pudo ser identificado. 

Incluso después de que las baterías son removidas del dispositivo que potencian, estas siguen teniendo una corriente fuerte. Cuando las baterías se atoran en las gargantas de los niños, la saliva interactúa con la corriente, lo que causa "una reacción química que puede quemar de manera severa el esófago en dos horas, creando una perforación esofágica, parálisis en las cuerdas vocales o incluso erosión en la tráquea o en los principales vasos sanguíneos", explicó en una nota el Hospital de Niños de Filadelfia

Baterías en todas partes

Muchos dispositivos y objetos que tenemos a nuestro alrededor contienen baterías de litio, como calculadoras, videojuegos, termómetros digitales, entre otros. El estudio analizó los datos del Sistema Nacional de Vigilancia Electrónica de Lesiones de la Comisión de Seguridad de Productos para el Consumidor de EE UU, el cual rastrea las visitas a la sala de emergencias en más de 100 hospitales en los Estados Unidos.  

El estudio reveló que la ingestión de baterías fue la causa principal de estas visitas al hospital (90%), seguido de ponerlas en la nariz (5,7%), en los oídos (2,5%) y en la boca sin tragar (1,8%). A pesar de que la colocación de las baterías en los oídos o en la nariz no es tan serio como ingerirlas, pueden causar graves heridas, como la perforación del tabique nasal o del tímpano, la pérdida de la audición o la parálisis del nervio facial.

La prevención es clave

Nunca se debe insertar o cambiar baterías frente a los niños pequeños, ya que los objetos brillantes llaman su atención. Además hay que deshacerse de las baterías expiradas de manera inmediata y almacenar las nuevas en un lugar que esté fuera del alcance de los niños. 

El Hospital de niños de Connecticut también recomienda que escojamos productos y objetos cuyos compartimientos para las baterías tengan que abrirse con un destornillador o algo similar. Adicionalmente, siempre se debe supervisar a los niños cuando estén jugando con objetos que contengan baterías y educar a los niños con respecto a los peligros que estas pueden llegar a suponer. 

Las principales señales de ingestión

Existen diferentes señales y síntomas que indican que un menor ingirió una batería. El comportamiento típico puede incluir babeo, tos, vómitos, molestias en el pecho, negarse a comer o arcadas cuando el menor intenta beber o comer. 

También es importante saber que, si el menor ingirió un imán junto con la batería, esto puede provocar que las lesiones sean mayores; por lo que la realización de rayos X será necesario, según explica el Hospital de Niños de Texas.

Tampoco se recomienda intentar que el menor vomite, ni que ingiera ningún tipo de bebida o comida hasta que los rayos X muestren que la batería se ha movido del esófago. 

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