Muchas personas son realmente aprensivas a determinados insectos, como ocurre con las cucarachas, unos insectos muy comunes que se pueden reproducir y vivir en tu casa sin que te des cuenta. De hecho, una de las primeras reacciones que tenemos al ver una cucaracha puede ser tratar de echarlo fuera de la vivienda.
Pero, ¿por qué no sería una buena idea aplastarlas? La respuesta está en su anatomía, y es que son insectos capaces de moverse rápidamente ante una posible amenaza y, además, aguantan hasta 900 veces su peso corporal.
Los riesgos para la salud
De hecho, las cucarachas destacan por su adaptabilidad. Pueden seguir vivas sin comer durante meses, también pueden estar semanas sin beber agua al absorber la humedad e incluso pueden seguir vivas al perder su cabeza. ¿Nunca has escuchado que serían capaces de resistir a un ataque nuclear? Por eso, tratar de deshacerte de ellas aplastándolas, no resulta buena idea.
Otra razón fundamental para no hacerlo es que al aplastarlas pueden liberar sustancias y secreciones, que pueden suponer un riesgo para nuestra salud. Las cucarachas son vectores y transmiten bacterias y otros patógenos a los seres humanos. Además, también pueden provocar alergias y asma.
La transmisión de estos patógenos al ser humano se puede producir cuando entramos en contacto con las superficies contaminadas, ya sea comida, utensilios de cocina o superficies.
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