Cómo cuidar a un hámster roborovski para que viva sano y feliz 

Un ejemplar de hámster roborovski
Un ejemplar de hámster roborovski
PIXABAY
Un ejemplar de hámster roborovski

Dentro del mundo de los pequeños roedores existen muchas razas de ratones y hámsteres que se han puesto de moda en los últimos años como animal de compañía. Uno de los más populares en los hogares son los hámsteres roborovski, más pequeñito que el ruso (que es el que todo el mundo se imagina cuando piensa en hámsteres) y de carácter mordiscón.

Aunque todos los pequeños roedores tienen cuidados prácticamente iguales, es importante conocerlos bien, saber qué tipo de alimentación deben comer y qué necesitan en cuanto a estimulación y socialización, así como los elementos imprescindibles que deben acompañarlos.

"Este hámster pesa de media unos 20 o 25 gramos y el original es de color marrón claro por arriba y blanquito por abajo, aunque también hay algunos que son albinos", cuenta Pilar González-Iglesias, veterinaria y fundadora de la clínica Exovet, perteneciente a la red de clínicas veterinarias VeterSalud. 

En cuanto a carácter, este tipo de roedores cuánto más pequeños, más nerviosos son, por lo que "es más fácil que muerdan". No obstante, si se tienen desde pequeños, son bastante sociables. "Al igual que otros hámsteres, viven normalmente solos, ya que juntar a dos que no se hayan criado juntos es bastante complicado", comenta la veterinaria.

Cómo alimentarlos y dónde tenerlos

Como todos los hámsteres, los roborovskis son omnívoros, es decir, pueden comer una gran variedad de semillas, frutas y verduras, como acelgas, calabacín, maíz, peras, manzanas o las fresas, entre otros. Pero, tal y como informan desde la Asociación Protectora de Pequeños Animales (APPA) La Madriguera, "también necesitan una proporción de proteína animal".

Su dieta debe repartirse en "un 50 por ciento de pienso de gama alta o preparado casero, un 45 por ciento de verduras y un cinco por ciento de frutas bajas en calorías", según la protectora. "A la hora de introducir frutar y verduras en la dieta hemos de ser especialmente cuidadosos y siempre lo haremos bajo la regla de los tres días: una por una en periodos de tres días, es decir, no introduciremos un alimento nuevo hasta estar seguros de que no le sienta mal el recién añadido a la dieta en ese periodo de tiempo", explican.

Lo que más tendremos que tener en cuenta a la hora de alimentar a nuestro hámster es que la proporción de alimento que reciba sea la equivalente a la actividad que el hámster necesita. "La obesidad es una patología muy frecuente en ellos y  la causa suele ser una dieta inadecuada, por ello debemos esforzarnos en adecuar la ingesta de alimento a la actividad del animal. Los animales que realicen menos ejercicio físico deberán ingerir menos cantidad de calorías", afirman desde La Madriguera.

Dos hámsteres roborowski en una rueda de madera.
Dos hámsteres roborowski en una rueda de madera.
Tahanadakila / PIXABAY

En cuanto a la jaula en la que solemos tenerlos, deberá ser de "al menos 70 x 45 cm en un piso y otro piso más de superficie al menos 1/3 de las medidas mencionadas para hámsteres enanos y 84 cm de largo para hámsteres sirios", recomiendan.

"Aunque cuanto más espacio tenga el hámster más se ejercitará y tendrá mejor calidad de vida", explican. "Además, la jaula hay que limpiarla completamente una vez al mes pero hay que ir haciendo pequeñas limpiezas menores durante la semana. En caso de tener tubos, deberemos limpiarlos cada dos o tres días".

Los elementos que no deben faltar en la misma son los mismos que en otras razas de hámsteres: un nido, una caseta, el lecho, un comedero y un bebedero y la rueda. Además, es es importante el enriquecimiento ambiental, que la jaula cuente con juguetes, ramas de árboles frutales (libres de cualquier sustancia química), troncos, puentes, cuevas, cartón de papel higiénico...

Enfermedades comunes y cómo evitarlas

Al igual que todos los hámsteres, los roborovskis necesitarán roer para evitar problemas dentales, ya que sus piezas están en constante crecimiento y podría ocasionarles heridas muy graves de no ser así. Pero, si tenemos que destacar algo de esta especie, sería su predisposición al estrés.

"Al ser más nerviosos viven más estresados y les bajan las defensas, y los primeros problemas que aparecen cuando eso pasa son los de piel, por ejemplo, la aparición de hongos", expresa la veterinaria González-Iglesias. "Hay que intentar proporcionarles un buen enriquecimiento ambiental y no molestarles mucho para que vivan lo más relajadamente posible".

Esto del estrés también está relacionado con el hecho de que se coman a sus crías al nacer. "Todos los roedores lo hacen cuando están estresados. Piensan en modo superviviente, se esfuerzan en sacar adelante su camada y si hay un depredador (en este caso, nosotros) que encuentra su escondite o a las crías les sale una tara de algún tipo, aprovechan ellos los recursos, la proteína animal, antes de que lo haga otro animal. Por esto, si los incordias mucho al final te consideran una amenaza y se comen a sus crías", concluye la veterinaria.

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