Pequeños, entrañables y muy activos: Todo lo que necesitas saber para compartir tu vida con un hámster

  • Hay que limpiar su jaula al menos una vez a la semana para mantener su higiene en óptima condiciones.
  • Son tímidos y asustadizos por naturaleza por lo que hay que ganarse su confianza poco a poco.
Un hámster.
Un hámster.
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Un hámster.

Pequeños, graciosos, activos y muy entrañables, con el paso de los años los hámsteres se han convertido en una de las mascotas preferidas en los hogares españoles, sobre todo, entre los más pequeños, que suelen decantarse por ellos como una de sus opciones favoritas. De hecho, de los más de 16 millones de familias en España que cuentan con un animal de compañía, casi tres millones y medio corresponden a pequeños mamíferos como chinchillas, hámsteres, cobayas, jerbos y ratoncillos blancos (según datos ofrecidos por la Asociación Nacional de Fabricantes de Alimentos para Animales).

Existen 24 especies de hámsteres, cuyo tamaño oscila entre los 34 centímetros de largo del europeo, los 15 del sirio - también conocido como hámster de peluche o dorado- y los cinco o diez centímetros del hámster enano. Los primeros fueron descubiertos en Siria - de ahí el nombre del mas popular de ellos- aunque también se les puede encontrar en Grecia, Rumanía, Bélgica y el norte de China. Aguanta muy bien el calor, por eso en estado salvaje, le gusta vivir en zonas calientes y secas como las estepas, las dunas de arena y los bordes de los desiertos. Los primeros que fueron domesticados llegaron a Estados Unidos en 1936 y, desde entonces, su fama no ha dejado de crecer.

La palabra hámster proviene de la alemana ‘hamstern’ que significa ‘almacenar’ y hace referencia a su peculiar forma de comer, ya que estos animales cuentan con una especie de bolsas extensibles dentro de la boca, llamadas abazones, que usan para guardar y transportar comida a sus nidos.

A pesar de que son cariñosos con sus propietarios una vez que éstos se ganan su confianza hay que tener en cuenta que son animales nocturnos (duermen más de día y les gusta estar activos de noche), criaturas solitarias y territoriales que en estado salvaje solo se unen para aparearse (por lo que se recomienda tener solo uno en casa o, al menos, compartiendo jaula) además de frágiles y asustadizos. Algo que es importante tener en cuenta de cara a los niños, porque aunque cuidar de un hámster puede ser muy beneficioso para ambas partes y ayuda a los pequeños a adquirir responsabilidades también deben tener cuidado para no apretarlo demasiado o mala caída, que puede ser nefasta para el animal.

Si decidimos llevarnos uno de estos simpáticos roedores a casa, ¿qué cuidados básicos necesitan? Estos son algunos de los más importantes:

¿Qué tipo de jaula necesita?

Las dimensiones siempre van a depender, obviamente, de la raza de hámster que tengamos. Lo fundamental sería que se adecue a su tamaño, que tenga barrotes de hierro (los de plástico o madera podría roerlos) y en horizontal, que la separación entre éstos sea adecuada, para que no se puedan escapar entre ellos o quedarse atrapados; y que si cuenta con tubos en el interior para desplazarse y hacer recorridos tengan también el ancho necesario para poder moverse dentro de ellos.

Se recomienda colocarla en el interior, en una zona tranquila y luminosa pero sin luz directa del sol, que esté siempre a una temperatura estable, donde no le den corrientes de aire y a cierta altura para protegerlo de otros animales como perros y gatos.

Higiene y limpieza

Los hámsteres son animales muy limpios pero hay ciertas cosas en las que podemos ayudarles para mantener su higiene en correcto estado. Entre ellas, la limpieza de su jaula. Debe hacerse, al menos, una vez a la semana y desinfectarla con productos específicos para animales una vez al mes. Todos los días de limpieza hay que cambiar el sustrato de la base de la jaula que puede ser de papel prensado o maíz, nunca de virutas de madera ya que podría provocarles enfermedades respiratorias.

¿Hay que llevarlo al veterinario?

Lo ideal cuando se adopta un hámster es llevarlo al veterinario para hacerle una revisión general y desparasitarlo. Hay que tener en cuenta que está considerado un animal exótico y no todas las clínicas atienden a este tipo de mascotas por lo que conviene buscar alguna especializada. Después de esta primera visita bastaría con una revisión anual siempre que no haya complicaciones.

Los hámsteres tienen una esperanza de vida de entre dos y cuatro años y muchas de las enfermedades que sufren están provocadas por circunstancias que se podrían evitar mejorando los cuidados: mala alimentación, temperaturas inadecuadas, caídas, falta de higiene, estrés, alteración de sus horas de sueño o falta de ejercicio, se encuentran entre las más frecuentes. Es básico tenerlo en cuenta para mantener su salud y calidad de vida.

Primeros días en casa

Los primeros días del hámster en casa son fundamentales para su adaptación. Debido a su carácter asustadizo y tímido conviene dejarle tranquilo en su habitáculo y lejos de alborotos para no estresarle. Siempre con comida y agua a mano para, progresivamente, ir ganándonos su confianza. Poco a poco podemos ir ofreciéndole algún bocado en la palma de la mano, dejar que se suba encima y, más adelante, empezar con suaves caricias en el lomo y cabeza.

La importancia del movimiento

No hay que olvidar que en libertad el hámster está acostumbrado a moverse sin parar, recolectar comida, recorrer túneles subterráneos... Por eso, en casa también es conveniente sacarlo de su jaula a diario para dejarle que corretee a su gusto. Y siempre buscando lugares despejados donde no pueda hacerse daño y sea fácil localizarlo, evitándole peligros como alturas u otras mascotas y bajo supervisión.

En tiendas especializadas hay, además, todo tipo de juguetes y artilugios especialmente diseñados para su disfrute como ruedas y bolas de ejercicio (importante que se adapten perfectamente a su tamaño) y pequeños circuitos compuestos por puentes, troncos, cuevas y túneles.

¿Qué comen estos pequeños roedores?

Se recomienda que el hámster tenga disponibles dos cuencos (uno para verduras y otro para el pienso) así como un bebedero de biberón con boquilla de metal. Estos roedores son omnívoros y comen una gran variedad de semillas, frutas y verduras.

El heno o la alfalfa le sirven pra proteger su sistema digestivo y sus dientes. Por su parte el 45% de su dieta diaria debe estar compuesta por verduras (que habrá que cambiar diariamente ya que son alimentos perecederos que se estropean enseguida) a lo que podemos sumar la fruta dos o tres veces por semana. Entre las frutas y verduras más recomendadas para hámsteres están las acelgas, canónigos, brócoli, calabacín, berros, escarola, berzas, pimientos, guisantes, espinacas, calabaza, pera, manzana, sandía, kiwi, fresas o moras. Por su parte, el pienso de calidad compondrá el otro 50% de su dieta y deberá contener un 16% de proteína.

Hay que tener mucho cuidado con los alimentos totalmente prohibidos para estos pequeños roedores: todos los que lleven azúcar (pueden provocarles problemas intestinales y ceguera) así como las judías, cebollas, puerros, perejil, legumbres y patatas.

Dientes sanos

Los hámsteres deben roer objetos a diario para desgastar los dientes y que estos no crezcan demasiado. Para ello se les puede dar un trozo de pan duro o algunas galletas especiales, bolas de calcio y maderas especiales para dientes que se venden en tiendas especializadas en animales.

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