El paseo con loros: cuáles son las funciones del arnés y cómo acostumbrarlos a llevarlo puesto

Un loro llevando un arnés.
Un loro llevando un arnés.
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Un loro llevando un arnés.

Los loros son animales muy inteligentes que requieren de una estimulación mayor de la que la gente se cree. Por suerte, hay muchas maneras de mostrarles cosas nuevas y que se desarrollen de forma saludable, una de ellas son los paseos. Sin embargo, para poder realizarlos de forma segura, tendremos que acostumbrar primero a nuestro loro a llevar un arnés y a colocárselo sin que se estrese.

"La función básica del arnés es poder tener a tu ave atado a ti de alguna manera y que éste no pueda marcharse, lo que nos permite poder dar un paseo con ellos, que vean mundo y que tengan estímulos diferentes, ya que pueden ser muy beneficiosos", explica Roger Valls, cofundador de la asociación Avetropic, cuya misión es salvaguardar el bienestar de las psitácidas (conocidas comúnmente como loros) que viven en condiciones de cautividad, así como contribuir a la conservación de aquellas que hacen lo propio en vida silvestre.

También pueden ser útiles, a largo plazo, para que practiquen el vuelo libre. "Que el animal pueda volar libremente y acudir a nuestra llamada es una práctica también muy positiva, pero requiere de mucho entrenamiento con diferentes longitudes de cuerda para ir realizando vuelos a mayor distancia cada vez", añade el experto en psitácidas.

Por qué es importante introducir el arnés de forma positiva

Valls cuenta que los paseos son una actividad muy valiosa, especialmente para aquellos animales que no salen nunca del hogar y que no tienen la compañía de otros loros, pero para introducir el arnés y lo que ello conlleva a estas aves, tendremos que hacerlo con cuidado y reforzando siempre en positivo.

"Cada mala experiencia del animal es una posibilidad más de que la próxima vez que intentemos colocarle el arnés el loro esté más reacio a ello. Si esto ocurre, si les forzamos, por ejemplo, romperemos la confianza que hayamos conseguido hasta el momento y tendremos que volver a empezar a reforzarla de nuevo", detalla.

Por ello, es fundamental que habituemos a nuestra mascota a dos situaciones: la acción de ponerle el arnés y a dejárselo puesto para que no le sea incómodo. "Tenemos que intentar que el animal nos permita colocarle el arnés, es decir, que él sea partícipe de esa acción", cuenta Valls.

"Hay que entrenarlo poco a poco, haciendo que el animal perciba esa situación como algo positivo, con recompensas alimentarias o con caricias, dependiendo del carácter del loro" añade. "De hecho, este es el entrenamiento más difícil en cuanto a cosas que podemos hacer con los loros, por lo que recomendaría hacerlo con la asistencia de un profesional".

"Tenemos que intentar que el animal nos permita colocarle el arnés, que sea partícipe de esa acción"

De igual modo ocurre con el paseo en sí. El animal tiene que ir acostumbrándose poco a poco al exterior, el movimiento de las personas, coches, los ruidos... "Se puede empezar en una terraza o balcón, o en un jardín o patio si se dispone de él, si no podemos enseñarle el mundo desde nuestra ventana también", explica Valls.

"Una vez salgamos a la calle con él, tendremos que atender a sus señales, si está tranquilo, lo recompensaremos con premios alimentarios, por ejemplo y, si por lo contrario, se muestra nervioso o miedoso, lo mejor es marcharnos y quitarle el arnés, dejando la actividad para otro momento", añade.

Valls termina aclarando que lo importante es "mantenerse dentro del límite de tolerancia de nuestros loros". "Si cada vez que practicamos cualquier actividad con ellos se llevan una buena experiencia, querrán repetirla; pero si están asustados, ansiosos o nerviosos, deberemos parar inmediatamente", concluye.

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