Loros que gritan, que no vuelven a la jaula... Estos son los cuatro errores que se suelen cometer al intentar educar psitácidas

Uno de los ejemplares de loros de Avetropic.
Uno de los ejemplares de loros de Avetropic.
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Uno de los ejemplares de loros de Avetropic.

Cuando tenemos animales es casa es muy común que nos toque en algún momento educarles y enseñarles a cómo deben comportarse. En el caso de los perros, ya conocemos muchos trucos y formas y, solemos cometer menos errores que hace unos años pero, con otros animales no ocurre así. Ejemplo de ello son los loros, aves que tenemos en casa y a los que, sin querer, educamos de manera inapropiada.

"Nos solemos encontrar mucho con problemas de manejo. Por ejemplo, los típicos dueños que tienen al loro en la jaula, lo sacan un rato y luego no son capaces de guardarlos de nuevo; o aquellos cuyos loros vocalizan fuerte y no saben cómo hacer que se callen", explica Roger Valls, cofundador de la asociación Avetropic, cuya misión es salvaguardar el bienestar de las psitácidas que viven en condiciones de cautividad, así como contribuir a la conservación de aquellas que hacen lo propio en vida silvestre.

Forzar al animal a hacer cosas que no quiere

Uno de los problemas principales que Valls identifica, y del que derivan todos los demás, es que los propietarios suelen forzar a sus loros a hacer cosas que éstos no quieren hacer. "Siguiendo el ejemplo de que el animal no quiera volver a entrar en la jaula, los dueños lo terminan persiguiendo para capturarle, a manos desnudas o con un trapo, apagando la luz. Lo que se consigue con esto es reducir la confianza de ese animal contigo como cuidador", explica.

"Podemos incluso crearle un miedo hacia nosotros y que ese animal viva atemorizado, lo que puede crear en estas aves (y en cualquier animal) traumas muy severos. Si intentamos basar la relación con el animal en una jerarquía, cuando ellos no se estructuran así, no lo van a comprender", añade el experto.

El cofundador de Avetropic explica que hay personas que, en vez de forzar al animal a hacer algo, los engaña para que éstos hagan lo que quieren. "Esto lo hace mucho la gente para que el loro vuelva a la jaula de nuevo", afirma. "Utilizar los objetos a los que el animal les tiene afecto o comida para que nada más entrar en la jaula queden encerrados, tampoco va a ser positivo para el animal".

"Les estás poniendo un reclamo para encerrarlos a traición y, aunque sea menos negativo que forzarles, el animal sigue perdiendo la confianza en ti, además de que, como son muy inteligentes, vas a tener que buscar nuevas formas cada día para meterlo en la jaula ya que el loro vivirá alerta de cuándo vas a engañarlo", comenta.

Otro de los errores más comunes que los propietarios de loros cometen es utilizar el castigo como base del aprendizaje. "Lo que entiende la gente que se debe hacer es que el animal vea lo que no tiene que hacer. Nosotros les vemos hacer algo mal, intervenimos y lo castigamos. Utilizar este tipo de estrategias es un error", explica Valls.

"Castigando al loro vas a generar un animal reactivo a su entorno, en vez de que sea proactivo y que esté motivado a participar"

"Cuando haces esto estás generando un animal reactivo a su entorno, en vez de fomentar que sea proactivo. Si tratas de recompensar los comportamiento que sí que quieres que haga, lo vas a motivar y va a querer participar. De lo contrario, va a estar pendiente de qué puede o qué no puede hacer y eso le va a provocar estrés", añade.

Por último, otro de los errores más frecuentes que Valls ve en las personas que contactan con Avetropic en busca de ayuda con sus loros es el dejarles a oscuras cuando gritan. "Esto es como otro castigo. Es muy típico ver a dueños tapando las jaulas o dejándoles a solas cuando vocalizan o gritan fuerte. Este castigo no resuelve nada", asegura.

"Si el animal está muy apegado a sus dueños humanos y demanda nuestra atención porque nos necesita, lo hace porque requiere de socialización o también, porque lo haya aprendido (que cada vez que vocalice nosotros le prestemos atención de manera tanto positiva como negativa)", explica el experto. "En estas situaciones hay que resolver el problemas de origen, es decir, saber por qué vocaliza y tratarlo de forma correcta".

Qué mejorar como dueños

El experto en psitácidas tiene claro que hay que ser conscientes de que los loros son animales muy inteligentes y que aprenden muy fácilmente. "Tenemos que aprovechar los recursos y el refuerzo positivo como base para modificar su comportamiento e intentar aprovechar también determinadas motivaciones que nuestras aves puedan tener", detalla.

"Para el tema de la jaula, podemos reservarnos ese alimento que tanto le gusta para reforzar el comportamiento de entrar en la jaula, pero no engañándole para que entre, si no enseñándole que, si entre por voluntad propia, recibe un premio", especifica. "Podemos hacerlo sin cerrar la puerta tras su entrada en la jaula, por ejemplo, recompensarle sin encerrarle".

Según Valls esta es la forma adecuada de enseñar a un loro a cómo comportarse de una manera determinada y a entrenar ese comportamiento. "Así tendrá muy claro que el comportamiento de entrar dentro de su jaula le aporta consecuencias positivas", añade.

"En el caso de la vocalización, podemos tratar de recompensar aquellos momentos en los que el animal no está vocalizando, es decir, si nos anticipamos a ese momento del día en el que nuestro loro siempre vocaliza y le llevamos un juguete con el que esté distraído, no vocalizará, porque estará a otra cosa y, además, estamos premiando que no ha vocalizado", concluye.

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