El paseo de medio minuto, el giro con Marruecos y la cumbre de la OTAN: Sánchez logra el abrazo de Biden tras años de intentos

Biden y Sánchez en La Moncloa
Biden y Sánchez en La Moncloa.
EFE
Biden y Sánchez en La Moncloa

Se va a cumplir exactamente un año del paseo de medio minuto de Pedro Sánchez junto a Joe Biden en una cumbre de la OTAN en Bruselas. "Yo no tengo un cronómetro de cuánto me he reunido o no con el presidente de Estados Unidos pero le puedo garantizar que han sido unos segundos más de los que hace referencia", dijo el presidente del Gobierno entonces, en medio de duras críticas. Aquel fue el primer 'encuentro' entre los dos líderes y casi 365 días después, con el mundo del revés por la invasión rusa de Ucrania, Moncloa ha conseguido reunión, foto y abrazo de Biden en el encuentro de la Alianza en Madrid.

"Antes de la guerra le dije a Putin que si invadía Ucrania se encontraría con una OTAN más unida y más fuerte. Esta cumbre muestra esa unidad", comentó el presidente de Estados Unidos para poner el broche a la cita "histórica" de la capital española. La Alianza Atlántica se ha reforzado y Biden cumple en parte con el America is back al que se comprometió cuando tomó posesión, después de la tensa era Trump. "El mundo ha cambiado, y la OTAN ha cambiado con él", añadió, recordando también el desafío que representa China, hasta ahora principal rival de Washington en términos estratégicos.

"La defensa de la OTAN es irrenunciable y si atacan a uno, nos atacan a todos", expresó a modo de aviso a la Rusia de Putin, porque, añadió, "el artículo 5 [del Tratado de Washington, referente a la defensa mutua] es sagrado". Al mismo tiempo, defendió el aumento de tropas desplegadas por parte de los aliados. "Nos tenemos que adaptar al mundo que tenemos hoy". Y añadió: "Estados Unidos y el mundo están con Ucrania". Y volvió a los avisos a Vladimir Putin. "Trató de debilitar a la OTAN y ha conseguido justo lo contrario; quiso la finlandización de la Alianza, y ha conseguido la otanización de Finlandia", sentenció. A Suecia la ve "totalmente dentro".

En ese escenario, Sánchez ha ocupado la primera línea de la foto y cumplió así con un objetivo que se marcó desde que llegó a la Moncloa vía moción de censura en junio de 2018: el favor de Estados Unidos. Los contactos con lo que quedaba de la administración Trump, en la primera parte del Gobierno Sánchez, fueron escasos. Y la primera foto con Joe Biden se convirtió en un error no forzado del Ejecutivo a ojos de muchos. En Bruselas, en un encuentro de la OTAN de mucha menor relevancia que el vivido en Madrid, Sánchez alcanzó a Biden en los pasillos camino de la reunión y pasearon en paralelo durante medio minuto. Nada más. El presidente, entonces, habló simplemente de "una primera toma de contacto".

Otra de las críticas que ha recibido Sánchez en los últimos meses es que España ha estado siempre fuera del radar de Estados Unidos. Así se evidenció en que Joe Biden no llamó en ningún momento a Moncloa para contar con el presidente del Gobierno en las reuniones multilaterales para hablar de la guerra en Ucrania. Sí participaron en ellas líderes como Macron, Scholz, Draghi o Johnson. La realidad es que Washington involucró en estos encuentros telemáticos a los países del G7, entre los que no está España. Fueron contactos recurrentes y para Madrid no suponía ningún problema no estar en la lista, pues se sentían representados con la participación del presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, y su homóloga de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.

El giro con Marruecos, una forma de 'cuidar' a EE UU

La decisión más relevante (y controvertida) que ha tomado Sánchez desde que es presidente del Gobierno ha sido el cambio respecto al Sáhara, aceptando la hoja de ruta de Marruecos después de 40 años de posición inamovible de España en este sentido, agarrada a las resoluciones de Naciones Unidas que abogan por una "solución pactada". Esto también ha sido un acercamiento a la Casa Blanca. Y es que la administración Biden ha dado validez al giro de Trump: el anterior presidente de Estados Unidos dio por por bueno el proyecto de Rabat para la soberanía sobre el Sáhara Occidental y desde entonces Washington ha insistido en reforzar relaciones con Marruecos. España, en definitiva, se ha posicionado en ese bloque de países, al contrario por ejemplo que Italia, que ha optado por aumentar los contactos con Argelia, especialmente en materia energética.

Y esa es precisamente otra labor que ha ido asumiendo EE UU con España los últimos meses. La erosión de las relaciones con Argel pone en peligro el suministro energético hacia territorio español y Washington juega un papel importante para minimizar ese riesgo. De hecho, Estados Unidos se ha situado al frente de las importaciones de gas licuado y estas ya representan más de un 30%, según los datos de Enagás.

Ya en su encuentro en Madrid, Joe Biden 'validó' el cambio en la política exterior española con un pacto para la materia migratoria. En el documento firmado se refrendó, según el Gobierno, la voluntad de España y Estados Unidos "de abordar con un enfoque integral los flujos migratorios irregulares", al tiempo que reconocen "la importancia de una cooperación permanente frente a los retos de esta migración irregular en el norte de África". Biden recalcó el deseo de trabajar junto a España "en África para asegurar el crecimiento y la estabilidad".

La cumbre de la OTAN en Madrid cerró el círculo que Pedro Sánchez ha mantenido abierto durante cuatro años con Estados Unidos, dos si se tiene en cuenta el mandato de Joe Biden, mucho más cercano a los postulados del Gobierno español. La cita de la Alianza supuso el primer encuentro bilateral (y en persona) de ambos mandatarios, que días antes de la llegada del presidente estadounidense a Madrid conversaron por teléfono. El mayor apretón de manos estos días para los intereses de España ha sido la decisión de Washington de aumentar de cuatro a seis los destructores americanos en las bases de Rota y Morón

No parece darle demasiada importancia el Ejecutivo a que ese incremento lo tenga que validar en el Congreso y para ello necesite buscar la luz verde del PP porque sus socios de coalición están en contra dar tal paso. "El encuentro entre ambos líderes expresa la excelente relación bilateral entre España y Estados Unidos, países aliados, socios estratégicos y amigos, unidos por fuertes raíces históricas y una estrecha colaboración en numerosos asuntos", concluyó Moncloa. Objetivo conseguido... años después.

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