La nueva oleada de ataques de Rusia sobre Ucrania está marcada por un temible armamentos: los misiles Iskander, un cohete de corto alcance pero que septuplica la velocidad del sonido, burla los sistemas antimisiles y puede llegar a cobijar en su interior cabezas nucleares.
"Rusia reanudó los ataques con misiles Iskander y usó por primera vez bombarderos de largo alcance Tu-22M3 desde espacio aéreo bielorruso", dice un comunicado de las tropa ucranianas. "Han sido más de 50 misiles desde aire, mar y tierra. Los misiles X-22, Onyx e Iskander son objetivos extremadamente difíciles para los sistemas de defensa aérea utilizados por las Fuerzas Aéreas de Ucrania".
¿Cómo son los Iskander-M?
El Iskander-M (SS-26 Stone para la OTAN) es un sistema de misiles balísticos móviles que viene a sustituir a los Scud soviéticos, que fueron principalmente utilizados durante la Guerra Fría.
Utilizados por primera vez -en combate- en Georgia en el año 2008, el Kremlin anunció que los desplegaría en la provincia de Kaliningrado en 2015, como respuesta a otro despliegue por parte de EE UU.
Rusia los ha usado a escasos kilómetros de Ucrania, en la región de Belgorod, en plena ofensiva contra el este del país, principalmente el Donbás, cuando se cumplen dos meses desde que comenzara la invasión. Y ahora también en la frontera norte con Bielorrusia.
Supera 7 veces la velocidad del sonido
Los Iskander-M se transportan y lanzan desde un vehículo que puede albergar hasta dos misiles, y puede lanzarlos con menos de un minuto de diferencia. Después, tiene que ser recargado. El misil mide unos 7,3 metros de largo y 0,92 de diámetro, y pesan entre 3.800 y 4.200 kilogramos. La ojiva, por su parte, pesa alrededor de 480 kilogramos.
El Iskander está diseñado para escapar a los sistemas de defensa antimisiles, ya que vuela en una trayectoria baja y maniobra durante el vuelo, llegando a alcanzar objetivos que están en torno a 415 km, pero puede llegar a los 500 km. La precisión de estos misiles es de 2 a 5 metros, según el Centro de Estrategia Estratégica y Estudios Internacionales (CSIS).
Por lo tanto, estos misiles no incumplen el tratado INF, que se formalizó en 1987 entre la URSS y EE UU, para prohibir aquellos cuyo rango operativo de alcance estuviera entre 500 y 5.500 kilómetros.
Cuenta con una velocidad máxima entre 6 y 7 veces la del sonido (7.400 a 8.600 kilómetros por hora), pueden alcanzar una altitud de vuelo de entre 6 y 50 kilómetros.
Una de las claves del Iskander-M es la diversidad de ojivas que puede utilizar. Pueden transportar cabezas nucleares, bombas termobáricas, de fragmentación explosiva, de penetración y de pulso electromagnético.
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