Melisa Tuya Redactora jefe de '20minutos'
OPINIÓN

Por qué no es buena idea permitir la compraventa de animales entre particulares

Cartel que ofrece cachorros de yorkshire
Cartel que ofrece un cachorro de yorkshire.
M.T./Archivo
Cartel que ofrece cachorros de yorkshire

Hay tres aspectos del anteproyecto de ley de bienestar animal impulsada por el ministerio de Ione Belarra que no han gustado a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia. Se trata del curso obligatorio y gratuito para formar a los dueños de los perros, de la obligatoriedad de que todos los canes estén asegurados y que solo los criadores profesionales y las protectoras de animales puedan vender o entregar animales. 

La que aspira a ser la primera ley de ámbito nacional que proteja a los animales en este país ley encierra muchas discusiones, muchas posibilidades de mejora. Nadie es perfecto, como filmó Billy Wilder.  Durante los últimos meses se han sucedido las objeciones a esta norma por parte de distintos actores del sector, como los defensores de la biodiversidad o las empresas que comercializan pequeñas mascotas. Vayamos por partes y en el orden en el que el pasado jueves la CNMC ha expresó sus sugerencias.

Dice esta entidad respecto a que todos los perros tengan que tener un seguro, que ya existe una normativa que obliga a  los animales categorizados como potencialmente peligrosos. Pero es que cualquier perro puede ser causante de un accidente, con daños a personas u objetos. Todos tienen dientes y pueden morder. Y más allá de las agresiones, pueden perderse o ser abandonados y causar un accidente de tráfico; correr felices y hacer caer a un niño o un anciano; confundir un móvil con un juguete masticable o romper jugando el abrigo de cachemira del vecino. Los educadores caninos, conocedores de la frecuencia estas situaciones, no dejan de recomendar con razón estos seguros. Ya se está produciendo de manera natural un aumento en el número de perros asegurados que va de la mano de que cada vez hay más responsabilidad entre los propietarios. Pensar que solo asegurar los perros potencialmente peligrosos es suficiente es el equivalente a decidir que únicamente los coches deportivos deben circular asegurados.   

Respecto al curso obligatorio para propietarios apuntan que "no hay evidencias de que exista un problema de falta de sociabilidad de los canes en general, ni tampoco que la superación de un curso por parte de los dueños tenga una relación causa-efecto de mejora respecto a esa posible carencia, salvo que se puedan identificar otras razones de interés público". Va a ser que precisamente son esas otras razones las que sustentan ese curso; no se pretende con él solventar la socialización de los perros, sino concienciar de la responsabilidad que supone añadir un animal a la familia y aportar unos mínimos conocimientos sobre su cuidado. 

Este curso plantea muchas incógnitas y despierta mucho escepticismo, pero argumentar en contra tirando de la socialización es un 'manzanas traigo' en toda regla. La necesaria socialización de un perro no la procura ningún curso breve, online y gratuito, sino tener al cachorro con su madre y hermanos el tiempo necesario y exponerle a todo tipo de estímulos, positivizándolos, sus primeros meses de vida.  

Por último, la CNMV recomienda "revisar la reserva de actividad de la venta de animales" y apostar por "alternativas menos restrictivas". De hecho, comienza hablando de que la ley propone reservar la venta de animales de compañía exclusivamente a los profesionales de cría y entidades de protección animal. No es así. Las protectoras no venden animales, los entregan en adopción que es una cosa muy distinta; no son actores económicos y no tiene sentido su inclusión en el texto de tal manera. 

Invita luego a que los comercios que cumplan la normativa vigente de salubridad y atención a los animales puedan seguir vendiéndolos, que es una petición que se entiende razonable y responde a una reivindicación del sector, que ha ido voluntariamente dejando de vender perros y gatos pero sigue comercializando otras mascotas y que con la nueva ley solo podría vender peces. 

No obstante, el auténtico atolladero es que también sugiere "el establecimiento de un límite cuantitativo a las cesiones no gratuitas entre particulares".

Cesiones no gratuitas entre particulares. La traducción simultánea es la venta de animales por parte de personas que no harán tests genéticos para asegurarse que no hay transmisión de enfermedades; de personas que en gran medida nutren la economía sumergida y que, por lucro o bienintencionado desconocimiento, pueden hacer volar por los aires el cuidadoso trabajo de selección de los criadores profesionales, auténticos amantes de la raza que conocen todo el trabajo y coste que implica traer una camada al mundo con garantías y cuidando el bienestar de todos los animales implicados.   

Es innegable el gran problema de protección animal existente en España, con sacrificios constantes de animales sanos, refugios saturados y viajes a Alemania para aliviar cheniles. No tardaremos en horrorizarnos con los datos de abandonos que publica anualmente por estas fechas Fundación Affinity. Vivimos en un país en el que nacen más animales que hogares para ellos. La profesionalización es una de las mejores herramientas que tenemos para poner freno a este drama. La profesionalización de las protectoras y también de los criadores que entienden y miman la raza o las pocas razas de las que son devotos, que en un mundo ideal deberían poder convivir.  

 

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