Educación canina: qué es el condicionamiento operante y cómo nos puede ayudar a educar a nuestro perro

Perro jugando con un peluche.
Perro jugando con un peluche.
20minutos
Perro jugando con un peluche.

Una de las tareas más apasionantes como dueños de perros es la educación canina de nuestros peludos. Se trata de una parte fundamental que no debemos de ignorar ya que no solo consiste en dar órdenes al animal y enseñarle a hacer trucos, es una cuestión de comunicación entre humano y perro.

Por este motivo, es importante conocer las diferentes formas y herramientas que tenemos para enseñar a nuestros perros y los orígenes de las mismas. En este sentido, uno de los pilares de la educación canina fue Edward Thorndike (1874 - 1949), uno de los pioneros del condicionamiento operante (aunque el autor lo llamaba instrumental), "un tipo de aprendizaje en el que el animal puede ejecutar una acción para obtener una recompensa o un castigo", explica Sonia Losada, profesora en activo del curso profesional de Educación canina y Adiestramiento de l’Escola d’oficis de Catalunya y conocida como Xila's Training.

"Thorndike experimentó con jaulas, la conocida como 'cajas de solución de problemas' en las que metía ratas y les daba la posibilidad de escapar mediante acciones simples como manipular un cordón, presionar un apalanca o pisar una plataforma", detalla Losada. "Como incentivo para resolver el problema, las palomas podían ver y oler que fuera de la caja había comida, pero no podía alcanzarla".

Al comienzo de estos experimentos, la rata comenzaba a hacer movimientos aleatorios hasta que, por casualidad, resolvía el problema. Lo sorprendente era que, cada vez que el investigador metía a la rata de nuevo en la jaula, ésta tardaba cada vez menos en salir. 

"Esto se debía a que se estaba produciendo un condicionamiento operante: la conducta de tirar de la palanca estaba siendo reforzada por su consecuencia, es decir, el premio, en ese caso que la puerta se abriera y poder alcanzar la comida", cuenta la educadora canina.

A raíz de estos experimentos, Thorndike estableció un principio que denominó "Ley del efecto": "Cualquier conducta que en una situación produce un efecto satisfactorio, se hará más probable en el futuro". Así, el investigador concluía que todos los animales, incluidos los humanos, resuelven los problemas mediante el aprendizaje por ensayo y error.

"Los estudios de Pávlov sobre el condicionamiento clásico tuvieron mucha influencia en el estudio del condicionamiento operante, donde B. F. Skinner terminó siendo el autor más importante, aunque sus experimentos son muy parecidos a los de Thorndike", explica Losada. "La diferencia entre ambos es que Skinner, en su 'caja de Skinner' añadió el castigo, es decir, si el animal apretaba el botón erróneo, recibía una pequeña descarga eléctrica".

Cómo se aplica el sistema de premios y castigos

A día de hoy, en educación canina, lo que utilizamos del condicionamiento operante es el clicker. "Lo llamamos operante pero en realidad es instrumental, porque nosotros ya no utilizamos la educación en negativo", especifica Losada. "Este instrumento es como una promesa para el animal de que si hace algo habrá una recompensa".

En el condicionamiento operante puro, existe un sistema de premios y castigos: el refuerzo positivo, el refuerzo negativo, el castigo positivo y el castigo negativo; de los cuales, según Losada, hoy solo se aplican dos, el castigo negativo y el refuerzo positivo. 

"El refuerzo positivo es el más utilizado en la educación en positivo porque es el más eficaz en perros", cuenta la educadora canina. "Consiste en recompensar al animal cuando hace algo bien tras haberle dado una orden. Es el mecanismo básico de educación canina".

En cuanto al refuerzo negativo, es la forma inversa del anterior. El refuerzo sucede cuando se retira un elemento, por ejemplo, un perro con miedo que no quiere caricias. Si al gruñir cesan, el perro gruñirá siempre que sea acariciado, se está reforzando el comportamiento negativo.

"Por otro lado, en el castigo positivo, la conducta indebida del perro conllevará un castigo. En este caso, la acción correctiva se ejerce sobre el animal directamente cuando éste hace algo mal", explica Losada. "Este tipo de condicionamiento operante puede conllevar serios trastornos conductuales, por eso es mejor no usarlo".

Y por último, el castigo negativo, consiste en retirar un estímulo para reducir esa conducta, es decir, el castigo es la retirada del mismo. "Por ejemplo, cuando nuestro perro ladra para llamar nuestra atención, nosotros lo ignoramos, retirando esa atención", ejemplifica la experta.

"Conocer todo esto es la base de la educación canina y lo que debemos saber si queremos enseñar correctamente a nuestros peludos a cómo comportarse", asegura Losada. "Además, no solo es aplicable a perros, también sirve para educar otros animales. He visto utilizar el condicionamiento operante hasta con peces", concluye.

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