Las diferentes lecturas del primer cara a cara: Moncloa cree que Feijóo "pinchó" y Génova dice que la cortesía duró apenas 120 segundos

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Feijóo y Sánchez se saludan en el Senado, este martes.
David Corral | EFE
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"Ustedes no han hecho más que estorbar, estorbar y estorbar en estos años. Dejen de dar lecciones de constitucionalismo y cumplan la Constitución renovando los órganos que llevan tres años bloqueados". La frase, pronunciada por Pedro Sánchez este lunes en su primer toma y daca en el Senado con Alberto Núñez Feijóo, encierra, a juicio del PP, la crónica de la tarde. Primero, por una triple reiteración considerada como excesivamente faltona para quien "trae propuestas". "Una cortesía parlamentaria que duró 120 segundos", zanjan. Segundo, por la insistencia en una renovación judicial de la que están convencidos que se trata del único zumo que pretenden exprimir del PP de Feijóo. 

El PSOE, sin embargo, escribe su sinopsis en torno a un traspié del gallego. "Ya estamos pagando la prima de riesgo a 250 puntos, la más alta desde verano de 2014", erró Feijóo en uno de sus jabs económicos. Lo cierto es que la prima de riesgo está en 113, como la propia vicepresidenta económica, Nadia Calviño, explicó a los medios de comunicación poco después en los pasillos de la Cámara Alta. "Pone de relieve que tiene que rodearse de mejores asesores en el ámbito económico", lanzó con sorna. Un desliz reconocido y matizado por su equipo al término del debate: el líder del PP se refería a "los tipos de interés de la deuda". 

Génova resta calibre al error y asegura que el encuentro arroja un saldo "muy satisfactorio". En la trinchera opuesta, el debut del líder de la oposición es descrito por fuentes gubernamentales como "incómodo, errático, nervioso, sin rigor con ese error de la prisma de riesgo, que no llega a 120". "Hemos visto que, cuando ha acabado, su gente ni se ha puesto en pie", comentan. En las filas populares reconocen cierto nerviosismo iniciático de Feijóo, algo que en todo caso fue superando hasta dar por ganado el primer careo en sede parlamentaria.

Los pactos con Vox, Bildu y ERC

Pese al cambio de tono en las relaciones Gobierno/oposición, si bien lleno de recados y un evidente choque en el plano económico, nada hace vislumbrar un horizonte cercano de acuerdos. Tanto Sánchez como Feijóo se reclamaron utilidad el uno al otro como piedra de toque, pero ambos se reprocharon ofertas sin atender y amistades poco recomendables. Pactos arrojados como perdigones de un escaño a otro. 

El presidente del Gobierno sacó a colación que el PP gobierna en Castilla y León con Vox. El líder de la oposición se quejó de que el Gobierno tira del PP tan solo "cuando no le llegan los votos de Bildu y ERC". Dos "copilotos", según la metáfora que empleó Feijóo, que dibujó a Sánchez como un conductor kamikaze que conduce a contracorriente de los intereses de los españoles; que "están en contra de España". "Eso es resistir, no gobernar", atacó la supervivencia parlamentaria de Sánchez.

"Gobernamos con una minoría parlamentaria de 155 escaños: necesitamos forjar acuerdos. El ánimo del Gobierno de España es trabajar para construir el máximo de los consensos. Lo hemos hecho en las 20 conferencias de presidentes, en 14 acuerdos con agentes sociales. Hemos llegado a acuerdos con todas las fuerzas políticas, salvo la ultraderecha y ustedes", se plegó el presidente del Gobierno. "Mi petición es que hicieran una oposición de Estado, una oposición útil", le devolvió a Feijóo su petición de "política útil". 

El presidente del Gobierno recordó que en su reunión en Moncloa del pasado 7 de abril ofreció 11 líneas de acuerdo a Feijóo que siguen varadas. El líder del PP le recordó a Sánchez sus oídos sordos ante el documento económico "sin logo" preparado por su sanedrín económico hace dos meses. "En vista de que sus ministros hablan por carta, debí enviarle un burofax", arrojó Feijóo, que pidió al presidente del Gobierno "hacerle más caso a las mayorías que a las minorías independentistas".

La carpeta de Díaz y el 'efecto Feijóo'

Feijóo se refirió también a la carpeta transparente de Díaz, noticia la semana pasada por el argumentario sobre de la campaña andaluza que asomaban sus papeles al término de un Consejo de Ministros. "He visto una carpeta de una vicepresidenta hablar de las elecciones andaluzas y del efecto Feijóo. Olvídese usted del efecto Feijóo y céntrese en el efecto de la inflación”, expuso. 

"Efecto pinchado, efecto desinflado", viran fuentes gubernamentales sobre la etiqueta del impacto del cambio de sillas al frente del PP. 

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