El Banco Mundial alerta de que el planeta se enfrenta a una grave crisis de estanflación que llevará a la recesión a muchos países

Mercado El Deleite en Madrid
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Europa Press
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La guerra en Ucrania amenaza con dar la puntilla a una economía global que todavía lucha por recuperarse de los daños infligidos por la pandemia. El solapamiento de los dos acontecimientos amenazan con llevar al mundo a un "periodo prolongado de escaso crecimiento y elevada inflación", lo que se conoce como estanflación

Así lo afirma el Banco Mundial, que este martes ha publicado su informe de perspectivas económicas para la economía mundial, con conclusiones nada halagüeñas. El contexto actual, sostiene, "aumenta el riesgo de estanflación, con consecuencias potencialmente perjudiciales tanto para las economías de ingreso mediano como para las de ingreso bajo".

En primer lugar, la institución prevé que el mundo crecerá a la mitad de ritmo que en 2021. Para este año, las previsiones apuntan a que el PIB global se expandirá un 2,9% frente al 5,7% registrado el año previo. Además, el Banco Mundial ha recortado en más de un punto de PIB el crecimiento previsto para 2021 respecto a sus estimaciones de enero por los efectos de la invasión rusa. En lo que respecta a los países del euro, se espera que el PIB crezca un 2,5% este año y otro 1,9% el próximo. "Los efectos de la invasión [de Ucrania] y de un endurecimiento de la política monetaria supondrán un lastre significativo en la producción", avisan.

"La guerra en Ucrania, los confinamientos en China, los trastornos de la cadena de suministro y el riesgo de estanflación afectan el crecimiento. Para muchos países, será difícil evitar la recesión", afirmó tajantemente el presidente del Grupo Banco Mundial, David Malpass. 

El organismo dedica un capítulo específico a comparar la situación actual con la que se vivió en los años 70 del siglo pasado. Entonces, los elevados precios del petróleo provocaron un estancamiento económico combinado con mucha inflación. Una situación anómala en la que las recetas tradicionales para impulsar el crecimiento no permitían arreglar el problema. La solución fue una fortísima subida de los tipos de interés que hundió la economía en una profunda recesión, pero permitió controlar la inflación.

En su informe, el Banco Mundial señala que la situación actual guarda una serie de similitudes con los años setenta. "Perturbaciones continuas del lado de la oferta que favorecen la inflación, precedidas por un período prolongado de política monetaria altamente acomodaticia; perspectivas de menor crecimiento, y vulnerabilidades que los mercados emergentes y en desarrollo". No obstante, también apuntan que "el dólar es fuerte, lo que refleja un marcado contraste con la grave debilidad que tenía la divisa en esa década".

Lo que más preocupa ahora es el horizonte a medio y largo plazo. En este sentido, la institución espera que el crecimiento mundial "se desacelere aún más" conforme avance la década actual. La razón es que se espera que los factores que están llamados a impulsar la economía en los próximos años se vayan debilitando. 

En un contexto en el que se espera menos crecimiento, conseguir contener la inflación se antoja una cuestión de primer orden. Y la clave está en lo que los banqueros centrales llaman "anclar las expectativas". Es decir, que los inversores, las empresas y los trabajadores asuman que los precios volverán a unos niveles en línea con los objetivos de los bancos centrales (en el caso del BCE, la meta es el 2% a medio plazo).

En este sentido, el Banco Mundial advierte de que "hay un riesgo considerable de que la inflación siga creciendo si persisten los shocks de oferta y las expectativas de inflación se desanclan". Si las expectativas se desanclan como ocurrió en los 70, señalan, "las subidas de tipos de interés necesarias para devolverla al objetivo serán mayores de las que actualmente anticipan los mercados". Conviene recordar que las subidas de tipos pueden conseguir frenar la inflación, pero a menudo lo logran a costa de un menor crecimiento, e incluso de una recesión, de la economía.

Con todo, en el escenario actual se espera que la inflación se modere tras el fuerte pico que se registrará este año. De lo contrario, en un escenario en el que los precios sigan desatados también en 2023, podría degenerar en una "marcada desaceleración mundial, acompañada de crisis financieras en algunos mercados emergentes y economías en desarrollo". 

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