Borja Terán Periodista
OPINIÓN

Por qué no funciona 'En boca de todos' en Cuatro

Diego Losada, 'En boca de todos'.
Diego Losada, 'En boca de todos'.
Cuatro
Diego Losada, 'En boca de todos'.

En boca de todos, está en boca de nadie. Se podría decir, pero sería un juego de palabras demasiado evidente. La realidad es más compleja. Cuatro decidió ya hace un puñado de años cerrar sus espacios informativos. Aunque compartieran su redacción con Telecinco, Mediaset pensó que su segundo canal no necesitaba un 'Telediario' al uso de lunes a viernes. Decisión arriesgada, pues las noticias sirven al canal como espacio vertebrador de la parrilla. Ordena, organiza y da reputación. Así Cuatro no remite a un canal temático cualquiera y a ojos del público se ve como emisora competitiva y con intención de ser influyente.

Pero Mediaset levantó Noticias Cuatro y optó por conectarse con la actualidad a través del infoentretenimiento. Es decir, el magacín impregnado de intenso debate sobre las últimas horas de la jornada. 'Cuatro al día' con Joaquín Prat Jr cumple esa función. Pero en la franja de las antiguas noticias, en ese tramo donde parece que suceden todos los comunicados políticos, Cuatro se ha ido quedando fuera de juego. Para frenar esta tendencia, en estos meses se ha intentado abrir una nueva ventana a la actualidad con el fichaje de Diego Losada y En boca de todos

Lo interesante de la propuesta está en que el formato se diferencia de otros debates similares enfocándose en dilemas prácticos que afectan al espectador en el día a día. No se queda tanto con los dimes y diretes de la saturación política y aborda asuntos cotidianos como la subida de los carburantes. Ahí el programa acierta, sin embargo no termina de tirar en audiencias. ¿Por qué?

En boca de todos televisivamente se siente frío. En vez de presentar a  tertulianos, Diego Losada ha optado por distinguirse y utilizar el término 'panelistas'. Está bien crear en televisión un lenguaje propio. Lo malo, 'panelistas' como denominación falla al convertir a los expertos en una especie de sabios lejanos y encorsetados. Tampoco ayuda la escenografía, que remite a una estética gris y plana. Defecto que ya se ha intentado solucionar dando más protagonismo a una pantalla gigante. 

Sin embargo, a Cuatro le funciona mejor la enésima reposición de una serie que un programa de trepidante actualidad. Las series llevan años y años en la matiné de la emisora, un formato así no. Hay que re-acostumbrar al público. Pero, desde el final de Las mañanas de Cuatro, la tertulia ha vivido tal explosión televisiva que ahora cualquier programa de estas características parece que llega tarde. Aunque intente buscar sus personajes propios, como realiza en Boca de todos. Aunque acudan a un periodista curtido en la tertulia tranquila en TVE. A En boca de todos le falta algo. Quizá que la audiencia que busca ese contenido ya está en otros lugares más vistosos y apasionados en esa misma franja horaria. 

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