Borja Terán Periodista
OPINIÓN

Sálvame y cómo convertir en show los accidentes del directo

Chelo García Cortés con los servicios sanitarios en Telecinco.
Chelo García Cortés con los servicios sanitarios en Telecinco.
Mediaset
Chelo García Cortés con los servicios sanitarios en Telecinco.

Lejos, muy lejos, quedan aquellos tiempos en los que había un programa de nombre Gente antes del Telediario que solía acabar con desfiles de moda porque, así, dejaba mejor audiencia al informativo. Mejor si eran en bañador. Pero las pasarelas ya no funcionan como antes en la tele. Que se lo digan a Corazón en TVE. El espectador tiene otros medios menos encopetados para descubrir qué ponerse e incluso soñar con quién se lo pone. Instagram se ha convertido en el gran escaparate de tendencias. La rigidez snob y antinatural del estirado modelaje, que nada se parece a cómo andamos por la calle, da paso al posado callejero democratizado gracias a las redes sociales.

Aún así Sálvame ha aprovechado el concepto de pasarela de moda clásica para crear un evento esta semana, la ’Sálvame Fashion Week’. La idea es hacer en prime time un reality con los propios colaboradores disfrazados de moda española y siendo juzgados por modas españolas, Carmen Lomana, Eduardo Navarrete y Samantha Hudson. Un formato que sólo da para un día, pues el interés de ver desfilar a los personajes de Sálvame se esfuma rápido. De hecho, había desfiles que se hacían largos si no perteneces a la familia de Sálvame. Vamos, que es el típico show que suele hacer más gracia a los que están implicados en el sainete que al propio espectador.

Aunque 'Sálvame Fashion Week' tiene un cometido claro. Creando este "acontecimiento", Telecinco consigue despertar debate social entorno a Sálvame, desde el prime time impulsar el interés en sus tardes y, de paso, propiciar nuevos contenidos con los conflictos que surgen de la trastienda de la pasarela. Es, por tanto, un programa-generador, ya que desde el trampolín del horario de máxima audiencia de una noche de poca competencia intenta reponer de moda a los colaboradores de Sálvame y, a la vez, aupar la audiencia media de Telecinco en la batalla para ganar el mes.

Aún así la 'Sálvame Fashion Week' es un formato débil. Crear un reality de una pasarela es muy 2002. Y estamos en 2022. Sin embargo, funcionó. Porque es Sálvame son rápidos de reflejos para tomar decisiones en riguroso directo. Incluso para convertir los problemas en virtud. El programa empezó con una caída de Chelo García Cortés. Una de las protagonistas de la noche lesionada. Y el percance sucede nada más comenzar el show. Lo que podía haber sido considerado un drama se afronta como una virtud para el espectáculo. Rápidamente, se cambia el guion y se retransmite en directo cómo está siendo tratada Chelo por los sanitarios y cómo es trasladada en ambulancia. Sálvame se transforma en una versión en directo de Hospital Central. En estos gajes, ya tienen experiencia tras el accidente de Belén Estaban. Saben que entonces les tiró de audiencia. Lo replican. Y no hay dilema moral a la hora de retransmitirlo. El propio Jorge Javier Vázquez bromea con ello: "en vez de Sálvame Fashion Week, parece España Directo"

El incidente de Chelo García Cortés sucede en buen momento para la audiencia, ya que al producirse en el arranque del show fomenta más interés de tele-acontecimiento y sirve al programa para dibujar una trama transversal que retiene el interés durante toda la emisión: cómo se encuentra Chelo. Así los rótulos hablan más de García Cortés que de la pasarela en cuestión. Y cuando el ritmo del show vuelve a decaer a mitad de la noche, a María Patiño se le escapa un pecho mientras desfilaba. Y repiten la imagen para ver la reacción de Patiño con la música de ‘Ay, mamá’, la canción de “Por qué nos dan tanto miedo las tetas”. El programa provoca el meme y se recrea en él. No lo tapa con miedosa dignidad, lo amplifica relativizando. Y quizá ese es el gran aprendizaje que deja la tele viva que hace el universo de Sálvame: relativizan todo. Pero todo, todo. Hasta la caída de Chelo García Cortés. Quizá se están dando cuenta de que no son tan importantes, que sólo han venido a evadir y distender las tensiones de la vida con la travesura del entretenimiento liviano.

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