Rebeca Marín Periodista y escritora
OPINIÓN

Abortar misión

Mujeres vestidas con trajes de época sostienen carteles con el lema "Yo gobierno mi cuerpo", durante una sesión especial de la Legislatura del estado de Texas, en Austin (EEUU). El senado de Texas debate la aprobación de una ley sobre el aborto que la convertiría en una de las más restrictivas del país.
Mujeres en el Senado de Texas en contra de la ley sobre el aborto.
Ashley Landi / EFE
Mujeres vestidas con trajes de época sostienen carteles con el lema "Yo gobierno mi cuerpo", durante una sesión especial de la Legislatura del estado de Texas, en Austin (EEUU). El senado de Texas debate la aprobación de una ley sobre el aborto que la convertiría en una de las más restrictivas del país.

El mismo día que leo que "el Supremo de EEUU se dispone a derogar el derecho al aborto" leo también que el retrato de Clara Campoamor ya forma parte de la galería del Ateneo en Madrid. Junto a Carmen Laforet y Emilia Pardo Bazán es la tercera mujer que cuelga de esas paredes, entre 187 hombres. Hasta hace poco Pardo Bazán, la primera socia mujer, 85 años después de que el Ateneo abriera sus puertas, era la única. Ha tenido que pasar más de un siglo para que dos mujeres más formen parte de la institución cultural y científica. Un nuevo triunfo de visibilidad para las mujeres que se apunta el Ateneo en su labor de devolver a las mujeres el espacio que les corresponde.

Tomemos nota para que esto no ocurra en España, ya hemos visto que las cimas alcanzadas pueden desandarse fácilmente

El mismo día que leo que EEUU, el país adalid de la democracia con mayúsculas, podría retroceder medio siglo en los derechos de las mujeres, veo como se reivindica la figura de una mujer que luchó por uno de ellos, el voto, hace ya un siglo. El mismo día que me alegro de los avances conseguidos, me lamento con la posibilidad de que un derecho exclusivo de las mujeres y alcanzado con mucho esfuerzo se pueda socavar así. El mismo año que celebramos la despenalización del aborto en Colombia, nos afligimos con la posibilidad de que un poco más al norte del continente esto se tire por tierra. Hoy, en muchos países podemos votar y abortar, hoy somos más libres, pero hoy también los derechos de las mujeres se ponen de nuevo en peligro, tomemos nota para que esto no ocurra en España, ya hemos visto que las cimas alcanzadas pueden desandarse fácilmente. Una vez más, nuestros derechos dependen del voto de un montón de hombres, que nunca sabrán lo que es gestar y dar a luz a un bebé, eso sí, votar siempre han podido. 

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