Pagar o no pagar en rublos, esa es la cuestión que puede romper la sólida y monolítica actitud europea frente a la invasión rusa en Ucrania. Desde este jueves, algunos de los importadores de gas más grandes de Europa se preparan para acceder a las demandas rusas de que la energía se abone en rublos. Según el diario británico Financial Times, los distribuidores de gas en Alemania, Austria, Hungría y Eslovaquia planean abrir cuentas en rublos en Gazprombank en Suiza, por miedo a un corte como el sufrido por Polonia y Bulgaria.
Tal decisión socavaría la unidad de la UE y enmarañarían el complejo marco de sanciones comunitarias a Rusia por la guerra de Ucrania, entregando miles de millones en efectivo al Kremlin para seguir financiando a su Ejército.
Las dudas sobrevuelan a las empresas de varios países, principalmente después de constatar que Moscú cumplía su amenaza de cortar el suministro a Polonia y a Bulgaria. Europa sigue insisten en que las empresas energéticas deben seguir realizando pagos en euros o dólares.
Además, otro de los principales clientes de Gazprom en Italia, ENI, participada en un 30% por el Tesoro Italiano también lo está calibrando. El gas se ha convertido desde esta semana en un arma de guerra que puede acabar con la unidad de la UE frente a Rusia.
En este sentido, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Van der Layen, calificó de "chantaje energético" el corte del suministro a polacos y búlgaros. Y recordó a las empresas que abonar el gas ruso en rublos viola las sanciones con las que se pretende castigar la invasión de Ucrania.
La Comisión Europea enfatiza que, aunque son los Estados miembros los encargados de hacer cumplir las sanciones dentro de sus jurisdicciones, este organismo puede expedientar a aquellos países que las contravengan.
"No podemos aceptar que se obligue a empresas (europeas) a abrir una segunda cuenta en rublos y que el pago se complete solo si es convertido" a la divisa rusa, explican fuentes comunitarias, que añaden que aceptar este mecanismo supondría violar el régimen de sanciones de la UE.
Bulgaria recula y Alemania no descarta el corte de gas
Este mismo jueves, salieron informaciones de que en Bulgaria han reconocido que se podría aceptar la obligatoriedad de abonar en rublos la factura del gas ruso, dada su alta dependencia del mismo, de un 85% del gas consumido. Sin embargo, horas después, el primer ministro búlgaro, Kiril Petkov, ha advertido desde Ucrania de que su Gobierno no cederá a las presiones de Rusia y que buscará alternativas.
Por su parte, el canciller alemán, Olaf Scholz, ha pedido este jueves a Alemania que se "prepare" ante un posible corte del suministro de gas ruso, lo que indicaría que el Gobierno germano podría no estar dispuesto a pagar en rublos.
El país que sí ha comunicado su intención de cambiar la divisa de pago es Hungría. El Gobierno húngaro ha confirmado que utilizará el sistema de pagos puesto en marcha por Rusia para pagar en rublos las importaciones de petróleo y gas, tras la batería de sanciones impuestas contra Moscú por su invasión militar de Ucrania.
El ministro de Exteriores húngaro, Peter Szijjarto, ha destacado que "el 85% del suministro gas" y "el 65% del suministro de petróleo" llegan desde Rusia. "No hemos elegido esta situación", ha resaltado, antes de incidir en que no hay rutas o fuentes alternativas que permitan a Hungría dejar de importar energía desde Rusia.
El Gobierno ruso aprobó un decreto mediante el cual se establece que el pago del gasoducto ruso suministrado a partir de abril debería realizarse exclusivamente en rublos. Este jueves, Putin volvió a amenazar con cortar el suministro a todos los países que no acaten este nuevo requisito.
Así mismo, Gazprom ha asegurado que Polonia sigue recibiendo suministro, pese a que el Gobierno polaco había asegurado que tras el corte de suministro de este miércoles ya no recibirían más gas ruso. La empresa gasística rusa afirma que aunque no sea de forma directa, siguen recibiendo el gas a través de Alemania, ya que se estaría beneficiando de una parte enviada de forma inversa a través del gasoducto Yamal-Europa.
Divide y vencerás
Putin consigue con el cierre del grifo gasístico dividir a los países de la UE, que presumen de acción monolítica frente a la guerra. Ya ha advertido de que cortará el gas a todo el que no abone en rublos.
Los socios comunitarios, en cualquier caso, analizarán la respuesta del bloque a los cortes en el suministro de gas de Garzprom en la reunión extraordinaria que mantendrán el próximo lunes dos de mayo en Bruselas los responsables de Energía de los Veintisiete.
Además, la UE trabaja de manera paralela en su sexto paquete de sanciones contra Moscú entre presiones para que incluya algún tipo de restricción a las compras de petróleo ruso, otra de las grandes fuentes de ingresos del régimen de Putin.
Las exportaciones de carbón, gas y petróleo han reportado a Rusia ingresos de 63.000 millones de euros en los dos meses transcurridos desde la invasión de Ucrania a finales de febrero, según las estimaciones del Centro de Investigación de Energía y Aire Limpio (CREA), que atribuye un 70% de estas compras a los países de la Unión Europea (UE), con una factura de alrededor de 44.000 millones.
Los mayores importadores europeos, en virtud de esta estimación de CREA, son Alemania (9.100 millones de euros), Italia (6.900 millones), Países Bajos (5.600 millones) y Francia (3.800 millones).
Mientras tanto, el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, ha considerado que "la decisión de cortar el suministro de gas a Polonia y Bulgaria es otro argumento a favor del hecho de que nadie en Europa puede esperar mantener una cooperación económica normal con Rusia". El grifo del gas alcanza el estatus de arma de guerra y el idilio de estos meses en Europa entorno a la guerra en Ucrania vive ya su primera crisis.
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