El 'boom' del menú del día en España se produjo en los años 60, cuando el régimen franquista ideó un producto para atraer turismo: una carta cerrada a precios moderados que ofreciera degustar productos de temporada y de la tierra, y que incluyera pan y vino de la casa. Este menú del día sirvió también para que los trabajadores mantuvieran una dieta equilibrada y sana si comían fuera de casa. Hoy, el sedentarismo y sus consecuencias (obesidad, enfermedades cardiovasculares...) obligan a replantear el menú para que incluya agua del grifo y se recomienda no beber alcohol. Y recomendar no es prohibir.
OPINIÓN28.04.2022 - 06:38h
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