Diego Carcedo Periodista
OPINIÓN

La Europa democrática respira

La candidata ultraderechista a la presidencia de Francia, Marine Le Pen, este domingo tras conocerse las estimaciones de las elecciones francesas.
La candidata ultraderechista a la presidencia de Francia, Marine Le Pen, este domingo tras conocerse las estimaciones de las elecciones francesas.
IAN LANGSDON / EPA / EFE
La candidata ultraderechista a la presidencia de Francia, Marine Le Pen, este domingo tras conocerse las estimaciones de las elecciones francesas.

Ganó Emmanuel Macron por un amplio margen -como se pronosticaba-, y tanto Francia como el resto de la Europa democrática respira con sensación de libertad. Francia es un país muy importante en muchos sentidos, pero sobre todo es un país muy influyente tanto en la geopolítica continental como en el pensamiento y el comportamiento social.

El peligro de una victoria de Marine Le Pen, por mucho que haya amoldado sus ideas y sus proyectos retrógrados, se ha disipado. Aunque no tuvo en ningún momento la probabilidad real de ganar la Presidencia, el calado de sus ideas ultraconservadoras y, sobre todo, las frecuentes veleidades de los antisistema a la hora de votar no lo hacían descartable.

Su ausencia sería un desastre sin duda. Mejor dicho, su reemplazo por Le Pen

El Gobierno de Macron despierta críticas – como de hecho ocurre con todos los gobiernos que respetan los principios democráticos–, pero garantizó la estabilidad del país, superó problemas sociales importantes, y garantizó varios principios básicos, empezando los que mantienen en pie a la Unión Europea. Su ausencia sería un desastre sin duda.

Mejor dicho, su reemplazo por Le Pen. Con ella y su corte de fieles fanáticos serían muchos los proyectos de evolución que se verían frenados. Para empezar por el presente, la coherencia necesaria de plantarle cara a Rusia, ayudar a la agredida Ucrania a salvar su soberanía en medio de tanta agresión contra sus habitantes.

Le Pen ha mantenido buenas relaciones con Vladimir Putin y no asume que los miembros de la OTAN – cuyo mando aliado quería abandonar – envíen armas y ayudas al Gobierno de Kiev. Sus planes antieuropeístas y antiotanistas llevarían a un aislamiento del país y a un estímulo a la proliferación de partidos de extrema derecha partidarios de asumir actitudes similares.

Francia, nunca debemos olvidarnos, es una potencia nuclear

Un Gobierno de esta naturaleza provocaría una división de la sociedad con aumento de la violencia, enfrentamientos con los millones de emigrantes obstinados en mantener sus creencias religiosas, un giro negativo en las medidas contra el cambio climático y una alteración del marco de las relaciones internacionales, tanto diplomáticas como económicas.

El Gobierno de Macron ya es conocido en su liberalismo, mantenimiento de los derechos constitucionales y defensor de las grandes instituciones: ONU, UE, OTAN, etcétera. Francia, nunca debemos olvidarnos, es una potencia nuclear y miembro permanente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.

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