Ucrania pide a sus ciudadanos que abandonen el este ante una nueva ofensiva rusa y la OTAN se abre a enviar armamento pesado

Refugiados llegan a Zaporiyia desde Mariúpol y otras localidades cercanas.
Refugiados llegan a Zaporiyia desde Mariúpol y otras localidades cercanas.
EFE/Manuel Bruque
Refugiados llegan a Zaporiyia desde Mariúpol y otras localidades cercanas.
Refugiados llegan a Zaporiyia desde Mariúpol y otras localidades cercanas.
EFE / ATLAS

El repliegue ruso en Kiev tiene un claro objetivo: centrarse en la conquista del Donbás. Uno de los pretextos de Rusia para  invadir Ucrania fue que esta región estuviera bajo las órdenes de sus autoproclamadas repúblicas, algo que se propone conseguir en las próximas semanas. Por ello, Ucrania ha pedido este miércoles a los residentes de Lugansk, Donetsk y Járkov que abandonen estos lugares ante la posibilidad de una nueva ofensiva. El temor a un incremento de los combates en el este llega el mismo día en el que la OTAN se abre a enviar armamento pesado a Ucrania, lo que podría significar una escalada de tensiones entre la Alianza y la Federación rusa.

La vice primera ministra de Ucrania, Irina Vereshchuk, aseguró este miércoles que "la población estará bajo fuego y amenaza de muerte". Vereshchuk reconoce que "no podrán ayudar porque será casi imposible detener el fuego y es necesario evacuar mientras exista tal posibilidad".

Ucrania afirma que sus tropas "están haciendo todo lo posible para garantizar que se organice la evacuación" y ha advertido a la población de que "deben estar preparados" para una nueva escalada de las hostilidades.

El Kremlin ha asegurado este miércoles que retiraron sus tropas de Kiev como "un gesto de buena voluntad" de cara a las negociaciones de paz, algo que, de ser cierto, no ha salido como esperaban. Los cientos de cadáveres de civiles encontrados en la ciudad de Bucha, algunos de ellos maniatados y con signos de haber sido fusilados, han generado una fuerte condena por parte de la comunidad internacional.

La OTAN se abre a enviar armamento pesado

"No tenemos indicios de que el presidente Putin haya cambiado su ambición de controlar toda Ucrania y también de reescribir el orden internacional". Así se ha referido a la prensa el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, sobre la reconfiguración de la estrategia militar rusa en suelo ucraniano. 

Antes de comenzar la reunión de ministros de Exteriores de la Alianza que se ha celebrado este miércoles en Bruselas, el político noruego ha reconocido ante los medios que Moscú prepara una "gran ofensiva" en el Donbás. Además, Stoltenberg ha añadido que hay que "fortalecer nuestra defensa", ante la previsión de que este conflicto pueda "durar mucho tiempo, incluso años".

Para ello, la OTAN se ha mostrado abierta a enviar armamento pesado a Ucrania por primera vez desde el inicio del conflicto. Esta postura llega después de que República Checa anunciara que había enviado por tren decenas de tanques T-72 y vehículos blindados de combate BVP a Ucrania.

Stoltenberg ha aseverado que Kiev necesita "con urgencia" más apoyo militar ante "la nueva fase" de la guerra en Ucrania. "Es importante que los aliados estén listos para reforzar la asistencia a Ucrania tanto con sistemas pesados, como ligeros", señalan desde la OTAN.

El ex primer ministro noruego ha defendido el envío de armas antitanques, sistemas defensivos aéreos y distintos sistemas avanzados de armas. La 

Mariúpol, el primer paso para la conquista del Donbás

La toma de Mariúpol, donde todavía quedan cerca de 160.000 habitantes, se ha convertido en una obsesión para Putin. La importancia estratégica de esta localidad ha provocado uno de los peores asedios en lo que va de guerra, donde los proyectiles y combates han sido una constante. 

Sobre la situación de la urbe, la agencia de inteligencia británica ha alertado del empeoramiento de las condiciones humanitarias, que se encuentra sin luz y comunicación, y con escases de medicinas, calefacción y agua. Según el último análisis del Instituto para el Estudio de la Guerra (un think tank estadounidense), los rusos continúan golpeando la ciudad usando artillería y fuerza aérea.

Completar la toma de Mariúpol permitiría a Moscú hacerse con un importante puerto ucraniano y terminar la conquista de la costa del mar de Azov. Además, crearía un corredor costero que uniría las autoproclamadas repúblicas del Donbás, la región invadida de Jérson y la anexionada península de Crimea.

El conflicto ucraniano centra sus combates ahora en los frentes del este, tras haber abandonado la idea, por el momento, de hacerse con Kiev y derrocar militarmente al Gobierno. En estas seis semanas, Naciones Unidas ha registrado al menos 1.480 civiles ucranianos muertos y 2.195 heridos, aunque reconoce que la cifra puede ser mucho mayor.

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