Casado deja el escaño y se hace a un lado: "Me voy, pero volveré para todo lo que necesitéis"

  • “Siempre he dicho la verdad, costara a quien costara y estoy orgulloso de ello”, reivindicó Casado.
  • La realización evitó pinchar el saludo (que sí se produjo) con Ayuso a su entrada al auditorio.
  • Confirma que va a dedicar a su familia "el tiempo que les ha robado la política".
Pablo Casado se lleva la mano al pecho en el Congreso del PP.
Pablo Casado se lleva la mano al pecho en el Congreso del PP.
EFE
Pablo Casado se lleva la mano al pecho en el Congreso del PP.
Casado reivindica su legado y dice que deja a Feijóo a "las puertas de la Moncloa".
Europa Press

Pablo Casado, corbata azul oscuro casi negro, entraba de la mano de Alberto Núñez Feijóo al escenario en que entregar diplomáticamente los trastos con que sacrificarlo. Besos y abrazos por doquier. Y un saludo (al parecer sí se produjo) con Isabel Díaz Ayuso que la realización del PP evitó pinchar. Un vídeo de presentación de Rajoy solapó la escena y las luces se bajaron oportunamente en el auditorio.

El presidente saliente del PP hizo su aparición justo tras los discursos de Ayuso y Aznar y a tiempo para escuchar los elogios de Rajoy, que valoró su “entrega, dedicación y coraje” liderando el partido en un momento crítico. La del ex presidente fue una de las escasas menciones a Casado en la primera jornada, y, aunque muy breve, la de más peso.

Antes de desvelar su futuro, que pasa por dejar el escaño y dedicarse a su familia, citó a Ortega y Gasset: “Solo se progresa cuando se piensa en grande y solo se avanza cuando se mira lejos”. El presidente saliente recordó el “mes agridulce” vivido, que “empezó con un sentimiento de injusticia superado pronto por una profunda gratitud”. Fuera de un guiño emotivo al apoyo del partido en los días en que su hijo estuvo en la UCI hace 8 años y un mensaje quizás encriptado (“Siempre he dicho la verdad, costara a quien costara y estoy orgulloso de ello”), Casado prefirió centrarse en un balance de su gestión, que arrancó tras la moción de censura en 2018 con el PP en caída electoral y desnortado, así como en valoraciones esperanzadoras hacia el futuro.

Ayuso y Casado separados por Gamarra y Feijóo.
Ayuso y Casado separados por Gamarra y Feijóo.
EFE

“Ha merecido la pena”, recapituló al referirse a sus “diez vueltas a España” al frente del PP. “Humildemente he intentado hacer mi parte, nos hemos dejado la piel tratando de hacer mejor España y desde hoy abrimos una nueva etapa y yo seré el primer en respaldar a un buen gestor, un buen político y, para mí, un buen amigo”, añadió antes de ponerse “discretamente” a disposición de Feijóo.

Fue en ese momento cuando Casado desveló su futuro: “Lo mejor es que de un paso al lado y deje el escaño y mi responsabilidad en el PP. Me voy pero volveré para todo lo que necesitéis”. Se lo debe, añadió, a su mujer y a sus hijos, para “devolverles el tiempo que la política les ha quitado”, a pesar de que, según dijo, Feijóo le ofreció un lugar en su proyecto. 

Fuera de su media hora de discurso, pocas concesiones más hubo al sentimentalismo con Casado. El presidente saliente del PP vive el Congreso de su relevo en “soledad sonora”, que decía Juan Ramón. En un mes ha pasado de César a nada, de aspirante a la Moncloa a figura trágica. De manera discreta, muy lejos del loor de multitudes de Isabel Díaz Ayuso, entraba en al Palacio de Congresos de Sevilla junto a su mujer, Cuca Gamarra y Pablo Montesinos, el vicesecretario de comunicación que ha ligado su futuro a la caída de su patrón.

A excepción de Gamarra, ninguna figura de su núcleo duro tiene protagonismo no ya en los planes de Alberto Núñez Feijóo sino hasta en el mismo Congreso. Apenas Bea Fanjul, presidenta de Nuevas Generaciones, se permitió mirar con nostalgia hacia atrás desde la tribuna: “Te quiero y te querré toda la vida”, dijo bastante emocionada. En los pasillos, algún grito aislado de “presidente” y una maraña de fotógrafos detrás del hombre que solo vino a que lo echaran.

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