Los duques de Cambridge acaban su gira caribeña admitiendo el fracaso de su empresa

Los duques de Cambridge, el príncipe Guillermo y Kate Middleton.
Los duques de Cambridge, el príncipe Guillermo y Kate Middleton.
Jane Barlow / GTRES
Los duques de Cambridge, el príncipe Guillermo y Kate Middleton.

Es mejor reconocerlo desde el principio porque no hay otra forma de calificarlo. Si la misión que les encomendó la reina Isabel II a los duques de Cambridge para su último viaje, a tres países caribeños, era que hiciesen lo posible para asentar de nuevo la monarquía allende los mares, sí, se puede considerar un fracaso. Más allá de algún baño de masas y de algunos actos que les hayan acercado a sus costumbres y cultura, lo cierto es que la intención de convertirse en una república, sobre todo de Jamaica, sigue intacta y más viva que nunca.

Al príncipe Guillermo no le ha quedado más remedio, después de lo que ha visto y vivido, sino admitir el futuro de las antiguas colonias británicas de Belice, Jamaica y Bahamas queda en sus manos y que serán sus ciudadanos quienes decidan qué papel juega la monarquía en sus vidas: si se queda para siempre en el pasado o si aún puede ser algo con futuro.

A sus 39 años, el heredero al trono ha dejado caer, además, que podría no ser la familia real británica quien dirija a los 54 países de la Mancomunidad de Naciones (en inglés, Commonwealth) en el futuro, sino que habrán de observar y entender la evolución de la política de las excolonias. Es decir, que lo que ocurrió el pasado noviembre en Barbados, cuando este país se declaró oficialmente una república, puede ser solo la punta de lanza de lo que se viene.

Al término de su recorrido caribeño, el duque de Cambridge aseguró que sabía "que esta gira generaría preguntas pertinentes sobre el pasado y el futuro [de las excolonias]", a lo que añadió que, por lo que a él respecta, no le queda más remedio que aceptar que "en Belice, Jamaica y Bahamas es el pueblo quien decidirá su porvenir".

Por ello, explicó, tanto él como su esposa "están comprometidos con su labor" y que eso "no significa decirle a la gente qué debe hacer" sino "servirlos y apoyarlos" en cualesquiera que sea la decisión que tomen. Y no es difícil adivinar cuál será, dado que en Belice, donde la sociedad está dividida en dos ramas y los rupturistas con la monarquía obligaron a cancelar varios eventos, en Bahamas, donde ha ocurrido exactamente lo mismo, y, sobre todo en Jamaica, donde el propio primer ministro se lo dejó claro, van a buscar las vías para desligarse de la monarquía británica.

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