Día Mundial del Agua #22M | Embalses españoles: ¿Para qué sirven y dónde están los más grandes?

Embalse de Buendía, entre Cuenca y Guadalajara.
Embalse de Buendía, entre Cuenca y Guadalajara.
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Embalse de Buendía, entre Cuenca y Guadalajara.

Desde hace milenios, el ser humano ha modificado el curso del agua de forma artificial para redirigirla y almacenarla y hacer frente a las necesidades poblacionales. El primer embalse, datado en el siglo II antes de Cristo, da muestra de un tipo de obra que ha servido, y aún sirve, para dar servicio ante situaciones en las que pueda existir déficit de este recurso tan necesario. 

En el caso de España, este tipo de estructura, destinada a contener una gran cantidad de agua, principalmente de los ríos, es especialmente importante: en nuestra geografía existen más de 350 embalses, que almacenan una cantidad total de 54.000 hectómetros cúbicos de agua, el equivalente a la mitad del caudal fluvial de nuestro país.

Una estructura necesaria

Los embalses cuentan con múltiples funciones; sirven, entre otros aspectos, para asegurar el riego en distintas zonas de cultivo, abastecer a ciudades y otros asentamientos, producir energía eléctrica e incluso acoger actividades recreativas. Dicho de otro modo, están planteados como un sistema que sostiene actividades socioeconómicas y asegura la calidad de vida de las poblaciones cercanas, especialmente cuando la zona está sometida a estrés hídrico, algo frecuente en España.

Frente al cambio climático

Al mismo tiempo, los embalses son una gran herramienta para hacer frente a las consecuencias del cambio climático y sus fenómenos meteorológicos asociados, como sequías y crecidas excesivas de los ríos. Su existencia solventa, en gran parte, la incertidumbre hidrológica derivada de la variabilidad del clima.

En el Día del Agua de este año, dedicado a las aguas subterráneas, cabe señalar el equilibrio que los embalses crean respecto al agua invisible: su presencia permite almacenar agua durante precipitaciones, evitando inundaciones; nutre los acuíferos y manantiales que se encuentran bajo su construcción, garantizando su recarga y estructura; y desahogan el abastecimiento de la zona, lo que permite que los pozos no lleguen a niveles de sobreexplotación. 

Los principales pantanos de España

La Serena (Badajoz) 

Embalse de La Serena, en Badajoz.
Embalse de La Serena, en Badajoz.
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El embalse más grande de España -y el tercero más grande de Europa- se encuentra en Badajoz, y su capacidad es tal que, de estar en su máxima cifra, podría abastecer a toda Extremadura durante más de 30 años. Esta comunidad autónoma cuenta con la mayor cantidad de agua embalsada de nuestro país; de hecho, el segundo mayor embalse en capacidad y tamaño se encuentra en Alcántara (Cáceres), y el sexto, el embalse de Cíjara, también está localizado en Badajoz.

Almendra (Salamanca / Zamora)

Embalse de Almendra, entre Salamanca y Zamora.
Embalse de Almendra, entre Salamanca y Zamora.
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Situada a cinco kilómetros de la localidad salmantina que le da nombre y a siete de Cibanal, en Zamora, la presa de Almendra es el tercer embalse por capacidad de España y el mayor de Castilla y León, además de estar registrado como la construcción más alta de este tipo en nuestro país. Esta obra, conocida también como salto de Villarino, recoge el curso interior del río Tormes y aprovecha la depresión geográfica causada por la erosión natural de este.

Buendía (Cuenca / Guadalajara)

Embalse de Buendía, en una vista aérea.
Embalse de Buendía, en una vista aérea.
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El cuarto embalse en capacidad de España está situado entre Cuenca y Guadalajara, en Castilla La-Mancha, y forma parte del denominado Mar de Castilla, nombre bajo el que también se encuentran construcciones como las de Entrepeñas, Bolarque, Zorita y Almoguera. Junto al primero de ellos, el embalse de Buendía se planteó en los años 50 en la cabecera del río Tajo con el objetivo principal de abastecer de energía eléctrica a la Comunidad de Madrid.

Mequinenza (Zaragoza)

Embalse de Mequinenza, en Zaragoza.
Embalse de Mequinenza, en Zaragoza.
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El embalse más grande de Aragón –y llamado a su vez el Mar de Aragón– se planteó como una recogida del río Ebro a su paso por la localidad de Caspe. Aprovechando el relieve natural, en este caso las estribaciones calizas de las sierras de Montenegre y de la Huerta, esta construcción es la quinta en volumen a nivel nacional, y se construyó con diversos objetivos, como el aprovechamiento hidroeléctrico, los grandes regadíos y el abastecimiento, además de limitar las crecidas del tramo bajo del Ebro.

Alarcón (Cuenca)

Embalse de Alarcón, en Cuenca.
Embalse de Alarcón, en Cuenca.
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Este embalse, situado en el curso alto del río Júcar, y situado a seis kilómetros de Alarcón, es el noveno en capacidad de España, y su construcción resulta especialmente interesante debido a su intencionalidad: en su cola se encuentra el trasvase Tajo-Segura y fue pensado, principalmente, para regular el Júcar, en una iniciativa planteada desde Valencia. Hoy es especialmente reconocido por albergar una gran cantidad de playas de interior, lo que lo convierte en un excepcional destino turístico.

Iznájar (Córdoba)

Pantano de Iznájar, en Córdoba.
Pantano de Iznájar, en Córdoba.
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Perteneciente a la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, el embalse de Iznájar es el décimo en tamaño de España y el más grande de Andalucía, y acoge la mayor central eléctrica de la comunidad autónoma. Esta construcción, a la que se conoce como ‘el lago de Andalucía’, sirve como defensa contra las riadas del río Genil, protegiendo a localidades como Puente Genil y Écija, entre otras; y proporciona suministro de agua a unas 200.000 personas en las inmediaciones.

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