Putin acrecienta sus ataques sobre Ucrania y se ensaña con Mariúpol

Dos personas contemplan un edificio atacado en Kiev.
Dos personas contemplan un edificio atacado en Kiev.
EFE
Dos personas contemplan un edificio atacado en Kiev.

El cuaderno bélico de Vladimir Putin tenía unos apuntes, unos esquemas, un plan, que ahora mismo, tres semanas después del inicio de la invasión rusa de Ucrania, ya no sirven. Moscú tiene que replantear su estrategia y parece estar rearmándose para volver a retomar las hostilidades al máximo nivel (aunque los ataques siguen). Ese es el punto que ven desde Occidente, con el Reino Unido asegurando precisamente que el primer camino elegido por el Kremlin "ha fallado" y ahora tienen que repensar todo. Eso sí, esto no excluye que la ofensiva se mantenga sobre las grandes ciudades mientras Kiev apela a su resistencia y avisa de que Rusia está intensificado sus ataques.

"En los puntos más conflictivos de los combates, nuestras líneas de defensa están prácticamente llenas de cadáveres de soldados rusos", sostuvo el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, que cifra en 14.000 los soldados abatidos desde el principio del conflicto, y además avisó a Moscú: "Los cadáveres se acumulan". Al mismo tiempo, Zelenski también tiró de componente emocional al decir que esos cuerpos pertenecen a "14.000 madres, 14.000 padres, esposas, hijos, parientes y amigos". Kiev, asimismo, cifra en 562 los prisioneros de guerra rusos.

Zelenski dice que está "preparado" para reunirse cara a cara con Vladimir Putin, pero avisa de que no asumirá "ningún compromiso que afecte a la integridad territorial y a la soberanía" de Ucrania. Esto es, no cederá a la hora de reconocer la independencia del Donbás ni a Crimea como territorio ruso. Son dos de las grandes peticiones del Kremlin y, de hecho, Rusia supedita el cónclave entre los líderes a un acuerdo previo a nivel de negociadores.

Mientras, Rusia se mantiene centrada en asediar a las grandes ciudades, con Mariupol como la más tocada por la guerra. De hecho, las autoridades ucranianas denunciaron este domingo un ataque ruso contra una escuela de arte que servía de refugio a más de 400 personas. "Los civiles están bajo los escombros", aseguró el ayuntamiento, que además acusó a Moscú de sacar de la ciudad a las personas "en contra de su voluntad". Se trataría de un movimiento similar al que se dio en la misma localidad contra un teatro que acogía a numerosos refugiados. De ahí 130 personas habrían sido rescatadas pero más de 1.300 seguirían desaparecidas, según las cifras que maneja Ucrania. El 70% de la ciudad se encuentra destrozada, según los cálculos de Kiev.

Por otro lado, Kiev denuncia que al menos 115 niños han muerto y más de 140 han resultado heridos en ataques perpetrados por Rusia desde el comienzo de su invasión, con la capital, Jarkov y Cherniv como las tres ciudades donde esas cifras son más altas. Y es que uno de los grandes giros que puede dar las estrategia de Putin es precisamente ese: unas ofensivas indiscriminadas contra estructuras civiles, ya afectadas hasta ahora, pero que se pueden convertir en el verdadero blanco durante los próximos días.

Asimismo, también se confirmó que Rusia ya está utilizando misiles hipersónicos contra Ucrania, siendo esta la primera vez que se emplean estas herramientas en un conflicto activo. Este tipo de misiles viajan a una velocidad de 'Mach 5' (cinco veces la velocidad del sonido), por lo que son difíciles de detectar, lo que supone un reto para los sistemas de defensa antimisiles, según explicó la CNN. Rusia ha recurrido a ellos en un ataque sobre la ciudad de Deliatin, donde además, sostuvo, destruyó material de combate ucraniano.

"En los puntos más conflictivos de los combates, nuestras líneas de defensa están prácticamente llenas de cadáveres de soldados rusos"

En cambio, el relato del régimen ruso es el mismo: su objetivo son las infraestructuras militares, y dentro de ese plan este domingo más de 100 militares ucranianos y "mercenarios extranjeros" han muerto en un ataque contra un centro de entrenamiento para las fuerzas de operaciones especiales ucranianas en la región de Yitomir. En total, dice Rusia, en las últimas horas han alcanzado unas 62 instalaciones militares. Y es que uno de los principales objetivos de Rusia es la "desmilitarización" de Ucrania, según las propias palabras de Putin.

Pero el frente bélico está dejando una crisis humanitaria casi sin precedentes en Europa. Las cifras de Acnur sitúan en más de 3,3 millones las personas que han huido de la guerra, con Polonia como principal país receptor, y todo pese al mal funcionamiento de los corredores humanitarios, de los que este domingo se abrirán otros siete, según apuntó el Gobierno ucraniano. La ONU estima que lo harán otros 2,2 millones más, y que, de momento, la cifra de desplazados y refugiados en total alcanza los 10 millones de personas. Así, eleva ya los civiles muertos a un total de 900.

Por su parte, Moscú notificó la llegada de más de 335.000 refugiados de Donetsk y Lugansk, en el Donbás, donde los enfrentamientos se dan entre las fuerzas ucranianas y las tropas prorusas de la zona. En Donetsk precisamente Kiev alertó de 56 muertos tras el ataque de un tanque ruso contra una residencia de ancianos.

¿Más cerca de la paz?

La gran pregunta al fin y al cabo, pese a lo complicado del contexto, es si la paz está cerca o no. Turquía asegura que de seis puntos que pueden incluir el pacto ya hay cuatro completamente cerrados, que son la neutralidad, el desarme del país, la llamada "desnazificación" y el levantamiento de los supuestos vetos al idioma ruso, y aunque Rusia y Ucrania no se pronuncian sigue pululando en el ambiente el borrador de 15 reclamos para el alto el fuego. Las peticiones de Moscú no han cambiado, más allá de que ya parece haber renunciado a deponer a Zelenski.

En la batalla del relato, eso sí, Ucrania ha dado un paso más. El Gobierno declaró la suspensión de la actividad de once partidos de la oposición mientras dure la ley marcial, dada la escalada de la guerra y los vínculos de algunos de ellos con Moscú. "El Consejo Nacional de Seguridad y Defensa ha decidido, dada la guerra a gran escala y los vínculos de algunas estructuras políticas con este estado (Rusia), suspender cualquier actividad de una serie de partidos políticos durante el período de la ley marcial", explicó Zelenski. Esa ley marcial se ha ampliado 30 días más, hasta finales de abril.

Rusia confía en responder a las medidas de Occidente y eso pasa, cree el Kremlin, por reforzar sus lazos con China, aunque Pekín se mantiene en tierra de nadie. El ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, cree que su país debe prepararse "para el futuro" con sus socios tradiciones, pero estos van poco a poco dándole la espalda a Putin, mientras Moscú acusa a EE UU de estar presionando para que China elija bando. Y no solo Estados Unidos. También la UE quiere que sea el gigante asiático el que medie en el conflicto, aunque Xi Jinping prefiere no tener que arbitrar y ser, al final, el verso (casi) suelto en esta guerra.

Además, Lavrov cree que en Occidente hay "una gran censura" para hablar sobre Rusia y sobre su ofensiva en Ucrania. "Sabemos las formas y los trucos que utilizan los países occidentales para manipular a los medios de comunicación. Hace mucho que comprendimos que no hay medios independientes occidentales. Allí sigue habiendo una gran censura", expresó, llegando a hablar de "guerra informativa" que no se circunscribe solo, dijo, a Ucrania. Para Rusia, todo va más lejos, y quién sabe cómo Putin podrá avanzar en su plan.

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