Por qué los misiles hipersónicos son peligrosos: más rápidos, invisibles y una vuelta de tuerca en el plan de Putin

Escuadrón de misiles antiaéreos
Escuadrón de misiles antiaéreos.
Europa Press
Escuadrón de misiles antiaéreos

La guerra de Putin sobre Ucrania da una vuelta más mientras Rusia trata de replantear su estrategia. Moscú ya habría lanzado incluso misiles hipersónicos, tal como ha confirmado Estados Unidos y posteriormente refrendaron desde el Kremlin. El peligro, por tanto, ahora es mayor: es la primera vez que se emplea este modelo en combate, son muchísimo más rápidos, casi imposibles de interceptar y que generan un daño mayúsculo, mayor incluso del que pueden provocar otros más convencionales.

Funcionarios estadounidenses han explicado que "es probable" que estos lanzamientos tuvieran la intención de "probar las armas y enviar un mensaje a Occidente" sobre las capacidades rusas, según han dicho varias fuentes a CNN. Ya el Ministerio de Defensa ruso confirmó el 19 de marzo el uso de un misil hipersónico 'Kinzhal' por vez primera desde el comienzo de su invasión de Ucrania.

El portavoz del Ministerio, Igor Konashenkov, confirmó el impacto del misil en la población de Deliatin, en la región ucraniana de Ivano-Frankivsk, en el que también resultaron destruidas cajas de munición para aviones de combate, según comentarios recogidos por TASS.

Este tipo de misiles viajan a una velocidad de 'Mach 5' (cinco veces la velocidad del sonido), por lo que son difíciles de detectar, lo que supone un reto para los sistemas de defensa antimisiles, según ha explicado CNN. El Pentágono ha hecho del desarrollo de armas hipersónicas una de sus principales prioridades, sobre todo porque China y Rusia están trabajando para desarrollar sus propias versiones.

El uso de estos misiles confirma además que Putin sigue probando formas para que la invasión de Ucrania resulte efectiva según la hoja de ruta de Moscú. Tras más de tres semanas de conflicto, Moscú se ha estancado pese a que sigue atacando todas las grandes ciudades y el Reino Unido, de hecho, habla ya de un "cambio de estrategia" por parte del Kremlin. Ese giro podría pasar por ataques más indiscriminados contra la población civil.

Ante unas sanciones sin precedentes que impuso Occidente a Rusia por Ucrania, Moscú hizo un giro al este a la espera de mitigar las consecuencias de las restricciones a base de un fortalecimiento de lazos con China. Este sábado, el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, acusó a Washington de instruir a sus embajadores en cada país para que presionen a favor del cese de la cooperación con Rusia.

"Y vale cuando se está llevando ese tipo de trabajo en países pequeños, pero cuando se dirigen con esos ultimátums y demandas a China, la India, Egipto, Turquía, probablemente, es una pérdida del sentido de lo real por parte de nuestros colegas estadounidenses", dijo. Lavrov aseguró que en estas condiciones Rusia y China continuarán reforzando su cooperación "de dos grandes potencias".

Rusia, con todo, se prepara para un futuro complicado para el país y para su estructura económica, política e incluso comercial. Y Lavrov lo sabe. "En unas condiciones cuando Occidente atenta burdamente contra los cimientos del sistema internacional, como dos grandes potencias, tenemos que pensar en nuestros siguientes pasos", dijo. 

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