La subida de tipos en EE UU y Reino Unido presiona a un BCE rezagado: ¿afecta esta parálisis a la hipoteca de los españoles?

La presidenta del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde.
La presidenta del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde.
RONALD WITTEK / EFE
La presidenta del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde.

Corren malos tiempos para ser banquero central. Desde que la economía mundial empezara a recuperarse del varapalo afligido por la pandemia, los precios se han disparado a niveles que no se observaban en décadas. En España, la inflación se alzó hasta el 7,6% el pasado febrero, su nivel más alto desde 1986. Los expertos auguraban que la crisis de precios comenzaría a disiparse en marzo, pero entonces las tropas de Vladimir Putin invadieron Ucrania, convirtiendo en papel mojado cualquier pronóstico.

En ese contexto, los guardianes de las esencias de la política monetaria se enfrentan a un dilema de tipo 'susto o muerte'. Por un lado, hay voces que les exigen que intervengan para controlar la inflación y enfriar la economía, un movimiento que podría frenar la recuperación o, en el peor de los casos, causar una nueva crisis. Por el otro, se arriesgan a quedarse cortos en medidas para contener los precios. Si eso pasa, la inflación podría desbocarse y enquistarse en el sistema, dando paso a la temida estanflación -una desagradable combinación de precios que suben sin parar y estancamiento económico-.

A juzgar por los últimos movimientos que se han registrado esta semana, los banqueros centrales se están alineando con la primera de las tesis: controlar los precios pase lo que pase. Y la herramienta más potente que tienen para hacerlo son los tipos de interés oficiales.

El miércoles, la Reserva Federal estadounidense -la Fed- aprobó la primera subida de tipos de interés para el dólar desde 2018. La subida fue tímida -del 0,25 al 0,5%- pero varias voces apuntan a que a finales de año los tipos podrían situarse entre el 1,75 y el 2%. El jueves, fue el turno del Bank of England (BoE) británico, que elevó del 0,5 al 0,75% su tipo de interés principal. Mientras tanto, el Banco Central Europeo (BCE), que controla los designios del euro, ha rechazado por ahora acometer subidas y ha mantenido la tasa en el 0% desde el año 2016.

¿Cómo influye la decisión de Fed?

En el corto plazo, no parece que las decisiones que han tomado esta semana la Fed y el BoE vayan a tener grandes repercusiones para los usuarios del euro. Las hipotecas que pagan los europeos están referenciadas en la mayoría de los casos al euríbor, un índice que viene determinado directamente por las decisiones del BCE y no otros bancos centrales. Además, la inmensa mayoría de los préstamos que se cierran en los países de la eurozona también emplean el euro, por lo que es de esperar que las acciones de la Fed y el BoE no repercutan en ellos tampoco.

Lo que sí hacen estos movimientos es meter mayor presión a un BCE que se va quedando rezagado. "Una de las pocas implicaciones que tiene para nosotros es esa", explica María Jesús Fernández, economista sénior de Funcas. Y es que quedarse atrás respecto a Estados Unidos puede tener consecuencias, aunque lleguen más a largo plazo. 

La teoría dice que una subida de tipos fortalece a la moneda de la economía que la aplica. Esto, traducido al euro, implica que si la Fed sigue subiendo los tipos y el BCE no reacciona, lo que puede acabar ocurriendo es que la moneda europea se debilite frente al dólar. Y la cuestión no es baladí porque el dólar es la moneda reina en el comercio internacional.

"Tal y como están los precios de las materias primas internacionales, que se suelen pagar en dólares, si el euro pierde algo de valor, se nos encarecerán algo más. A lo mejor, en este momento una pequeña depreciación del euro puede acabar significando mucho, porque estamos ya en unos precios tan altos... pero nada más", explica Fernández. 

Sin embargo, esta pérdida de valor del euro frente al dólar no está siendo demasiado importante por el momento. "El efecto sobre el tipo de cambio no ha sido significativo, tanto porque había sido anticipado por los mercados como porque el incremento [de los tipos] ha sido de poca cuantía", explica Antoni Cunyat, profesor de Economía y Empresa en la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).

¿Por qué Europa va más despacio?

Una de las razones principales por las que los tipos de interés del euro siguen congelados en comparación con el camino iniciado por Estados Unidos o Reino Unido tiene mucho que ver con las diferencias en la inflación que sufre cada bloque. En Estados Unidos, las subidas de precios afectan a muchos más productos que en Europa, el PIB ya ha recuperado su nivel precrisis y el paro se ha desplomado a mínimos. Esto ha provocado que los trabajadores estén consiguiendo cada vez alzas salariales más altas para contrarrestar las subidas de precios, desatando el temor a que se desate una espiral de inflación que luego es muy difícil de parar. 

En Europa, explica María Jesús Fernández, no se dan estas características. Muchos países todavía se están recuperando del golpe de la pandemia y, por ahora, las subidas salariales que se están negociando son mucho más a la baja que las registradas en Estados Unidos. 

¿Qué podemos esperar?

Los dos expertos consultados coinciden en que podemos esperar que el BCE no tarde demasiado en subir los tipos. Ya en la última reunión del organismo, celebrada la semana pasada, la institución dio un paso en esa dirección, acelerando la retirada de estímulos. El BCE ha advertido en repetidas ocasiones que no subirá los tipos hasta que finalice su programa de compra de deuda soberana. Adelantando el final de este programa, la institución allana el terreno para que las subidas de tipos lleguen antes.

"Creo que en la segunda mitad del año o en el último trimestre puede haber una o dos subidas", apuesta María Jesús Fernández. "El BCE ha querido transmitir que su objetivo es el control de la inflación, ese es su mandato y eso es a lo que va a tender y no a [estimular] el crecimiento", agrega. "[La subida de la Fed] nos marca el futuro de lo que nos viene, un contexto de subidas de tipos. El BCE probablemente va a seguir esa senda", señala Cunyat. "Los tipos de interés cercanos al 0% van a ser cosa del pasado", zanja

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