El escritor Emilio Ortiz rinde homenaje al que fue su perro guía: "Spock era tan grande que yo solo recibía"

El escritor Emilio Ortiz con su perro guía, Spock.
El escritor Emilio Ortiz con su perro guía, Spock.
Duomo Editorial
El escritor Emilio Ortiz con su perro guía, Spock.

Spock fue un Golder Retriever inspirador para Emilio Ortiz, que le cambió la vida y la manera de ver el mundo. Su saber estar, su alegría y sus buenas vibraciones lo convirtieron en, no solo un perro guía más, sino en un animal muy especial que, el pasado 28 de febrero, ha visto toda su vida homenajeada en el libro escrito por su dueño, Mil maneras de darte las gracias, una compilación de buenos recuerdos que buscan dar a entender al lector lo mucho que nos queda por aprender de los perros.

Emilio nació en Barakaldo (1974), aunque ahora vive en un lugar cercano a la Rivera del Júcar, cerca de Albacete y, desde 2016, es un autor reconocido por su novela A través de mis pequeños ojos, publicada por Duomo Editorial, a la que le siguió la secuela Todo saldrá bien (2019). Ahora que Spock ya no está, Emilio ha decidido homenajear a su compañero con esta nueva novela en la que recorre los momentos más importantes de su vida con el Golden retriever.

Por empezar por el principio, en un momento del libro habla del instante en el que decidió escribir un libro sobre Spock, me gustaría que me contara un poco más sobre esto. ¿Por qué un libro sobre él?

Fue una de esas cosas que parecen que te vienen dadas. A mí me llamaron un día de una editorial dedicada al cómic y a la novela gráfica y me propusieron hacer una obra de Spock, pero yo no podía compartir eso en aquellos momentos, por lo que tuve que denegar la proposición, muy a mi pesar y al de mi madre, que me decía "deberías hacerlo por él". Sin embargo, de aquella llamada se posó algo en mí y, un tiempo después, llegué a necesitar escribir sobre él. Supongo que la idea estaba ahí y supongo que en un momento determinado algo hizo "clic" en mí y reuní las fuerzas para ponerme a ello.

En Mil maneras de darte las gracias siempre se refiere a Spock como un miembro más de la familia, de hecho, equipara a Spock con las personas, habla de él como un amigo, un hermano. ¿Cómo se labra una amistad con un perro?

 Bueno, primero de todo, no lo equiparo, lo pongo por encima de las personas (ríe). Esa amistad se labra dejándose llevar, Spock era algo tan grande que yo solo recibía. Ese buen rollo que él siempre ha tenido, esa alegría, esa forma de estar y el estilazo que tenía como perro te lo ponía muy fácil para ser su amigo. Por mi parte, yo no tuve que hacer nada. Llegó a mi vida de manera sorpresiva, yo fui a Estados Unidos a por un perro guía, para tener más autonomía y lo que me encontré ahí era eso (en su parte minoritaria) y mucho más. En ningún momento pensé que lo me iba a encontrar ahí fuese tan especial.

¿Y en qué se parece a las relaciones humanas?

La relación con el perro es mejor (ríe). El ser humano, por desgracia, es propenso al individualismo, por el sistema sociopolítico en el que vivimos, con tanta competencia, por ejemplo. Yo creo que es este el motivo por el que es más fácil tener una amistad con un ser de otra especie. Además, los perros tienen cualidades innatas cognitivas y funcionales que son óptimas para relacionarse con el ser humano, somos muy compatibles con ellos, y ellos se adaptan muy bien a nuestro estilo de vida.

 En el libro habla del cambio tan grande que Spock supuso en su vida, menciona la manera de sentir y relacionarse con miembros de otra especie. ¿Cómo cambió exactamente, más allá del hecho de que era él quien le guiaba en vez de ser usted quien usaba el bastón?

El cambio fue radical. Eso es el motor del libro. Ahora soy un poquito mejor persona gracias a él, porque me ha hecho aprender a querer de otra manera, a vivir en el presente. Yo hacía tiempo que quería ser escritor y él me dio la idea para mi primera novela. Además, me ha hecho defensor de los derechos de los animales, que antes no había caído en que esa causa pudiera ser tan noble. También me ha hecho admirar mucho a otros seres humanos que se dedican a la causa por los derechos de los animales y entenderlos y, no podemos olvidar la ternura que ha aportado Spock a mi vida, me ha hecho valorar más el poder que tiene el ser agradable con los demás, ser alegre... Ha mejorado de forma importante mi manera de ser.

 En un momento del libro, hace referencia a cómo las personas denominamos a los perros guía, utilizando palabras como “herramienta”. Comenta que no le gusta utilizar este tipo de terminología en seres vivientes así que le pregunto: ¿Cómo los llamaría usted?

 No me gusta el término "herramienta" y mira que yo lo he usado también, pero reconozco que he evolucionado. Al principio, yo pensaba que un perro guía sería una herramienta de trabajo pero me encontré otra cosa, me encontré un amigo y esto provocó una revolución en mí. Creo que el lenguaje es muy importante y va avanzando según avanzan las ideas, puede ayudar a cambiar el mundo.

Una vez, en un coloquio en una universidad de Buenos Aires, hablaban de cambiar el concepto de mascota a "miembro de la familia" y así con otros muchos conceptos. Creo que un perro guía puede ser un ayudante para un ciego o un compañero de vida. Pero este tema es complejo para alguien que defiende los derechos de los animales como yo. Estoy en contra de los perros que llevan ciertas cargas de trabajo, yo no permito que mi perro esté estresado pero, al final, un perro guía, cuando tiene que hacer muchos desplazamientos, pues es un perro trabajador, lo importante es hacer de ese tiempo un juego, para que no les estrese.

 Hay personas que piensan que los perros guía son una especie de "sirvientes" de los hombres, ¿qué piensa usted al respecto?

Mi posición es que yo soy compañero de un perro guía. Evidentemente, yo no soy trabajador de escuelas guía, por lo que no soy experto, pero no defiendo ninguna escuela de estas porque hay conceptos de ellas que me parecen mejorables. Respeto a las personas que están desinformadas y que piensan que los perros guías están maltratados, pero, por mi parte puedo decir que mi perro está bien cuidado. Le doy pienso de primera calidad, le suelto por el campo, trabaja muy pocas horas e intento que, cuando lo hace, sea como un juego. Este es el único método que defiendo y es el que utilizan en la escuela de Madrid de la fundación ONCE. Por suerte, aquí en España, los perros guía son adiestrados con métodos positivos y que no perjudican al perro, todo lo contrario, les sirve de crecimiento “perronal”. 

Emilio Ortiz con su perro Spock.
Emilio Ortiz con su perro Spock.
CEDIDA

 En cuanto al adiestramiento... En un capítulo de su libro menciona el sentido del deber de los perros guía. ¿Por qué cree en él?

:Creo que tienen ese sentido del deber por varias razones. Ellos llevan en su instinto grabado sus orígenes que son que se relacionan en manada, forman parte de un grupo de ayuda mutua por lo que, si un miembro de su grupo está bajo peligro o necesidad, ellos acuden a ayudar. Creo que esto es lo básico y que es lo que se complementa con la inteligencia de ciertas razas, que se ve aumentado con el adiestramiento.

 Por último, me llamó la atención las palabras que le dedica a los defensores de los animales. Para usted, ¿qué significa ser uno?

 La respuesta es prácticamente imposible. No es solo una cuestión de escala de valores, es una cuestión que va a un ritmo más adelantado que nuestra propia sociedad. La petición de los derechos de los animales va muy deprisa, cada vez hay más gente que defiende más. Pero para mí, el buen animalista sería alguien como Pitágoras. Él era totalmente vegano (cuando esto todavía no estaba de moda, imagínate), se dedicaba a comprar animales para liberarlos después. Esa perfección yo no puedo alcanzarla. 

Además existen otros temas, como el del antiespecismo. Quien pueda llegar a ello, lo alabo, porque es realmente complicado ya que siempre hay algo que te da repelús. Son niveles al que no llegamos la inmensa mayoría de los defensores de los animales. Yo creo que, al final, es una cuestión de sentido común y pienso que, como mínimo, deberíamos no utilizar a los animales para el disfrute de los humanos, como por ejemplo la tauromaquia o los circos.

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