La guerra sin cuartel abierta en el seno del Partido Popular, en concreto entre la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y la cúpula nacional del partido, o más en concreto con el presidente Pablo Casado y el secretario general, Teodoro García Egea, tuvo este viernes un nuevo capítulo.

Al menos lo que hubo fue una reunión en la sede del partido en la calle Génova, convocada según el PP por el propio Pablo Casado. En en el encuentro se vieron las caras el líder 'popular' y la propia Ayuso, apenas 24 horas después de que se desatara la tormenta.

El objetivo del encuentro era hallar una solución pactada al grave conflicto abierto el jueves. Según fuentes cercanas a la presidenta de la comunidad de Madrid, Casado pidió que Ayuso dijera en un comunicado que no había sido investigada por el PP. A cambio, le levantaba el expediente. No hubo acuerdo y la reunión "fue infructuosa".

En una comunicación remitida este sábado, el PP ha dicho: "El Partido Popular lamenta los acontecimientos de los últimos días y seguirá defendiendo junto a todos los militantes el mejor proyecto de futuro para España".

La decisión de Pablo Casado de convocar a Isabel Díaz Ayuso a una reunión en Génova responde al apremio recibido por el líder nacional por parte de los 'barones' del partido en las distintas comunidades.

Los líderes autonómicos del PP ven peligrar sus posiciones, ya sea gobernando o como líderes de la oposición ante el empuje de Vox, y una crisis de tal calado en el PP podría suponer un desplome a todos los niveles, que los 'barones' quieren evitar.

Uno de los 'barones' que más se ha implicado en esta crisis es el presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo, que ya este viernes apuntó la posibilidad de adelantar el congreso nacional del partido, en julio, y celebrarlo ya de manera extraordinaria para cortar la hemorragia en el PP.