No es la primera vez que ocurre en Holanda, pero no por eso es menos noticia. Su nombre es Jos Beek, fue ginecólogo y ahora tiene al menos 21 hijos de madres diferentes, pero con ninguna llegó a intimar. La razón de esta anomalía la ha explicado este martes el centro neerlandés donde trabajó el especialista durante 25 años : Beek inseminó en secreto a decenas de mujeres que acudieron a su clínica de fertilidad entre 1973 y 1986. Su caso se suma al de de Jan Karbaat y Jan Wildschut, a los que juntos se les atribuyen casi 100 descendientes.

Francia autoriza la reproducción asistida para lesbianas y mujeres sin pareja

Como en los casos anteriores, el doctor Beek utilizaba un mismo modus operandi: empleaba su propio esperma en los tratamientos de fertilidad y les contaba a sus pacientes que éste provenía de donantes anónimos. Así lo ha explicado la dirección del hospital Alrijne, centro en el que el Beek llevaba a cabo ésta malévola praxis. 

Igual que con sus predecesores, el hallazgo se ha producido años después de la muerte del ginecólogo (2019). En una página de web abierta para explicar lo ocurrido se indica que "en junio de 2021" la organización Fiom —especializada en cuestiones de embarazos no deseados y paternidad— descubrió la coincidencia de ADN en 21 niños nacidos de pacientes del Beek y uno de los hijos del mismo. 

Consternados con la noticia y lamentando el “impacto negativo que tiene esto en los padres y los niños involucrados”,  a principios de enero encargaron a un comité independiente investigar la situación y “recuperar y resumir tanta información de la época como sea posible”. De ello da crédito uno de los miembros de la junta directiva Alrijne, Peter Jue, que ahora admite que “la forma en la que actuó este médico en ese momento es inaceptable”

Asímismo el centro de Leiden ha explicado que "los tratamientos de fecundidad se desarrollaron a nivel mundial desde la década de 1970 hasta mediados de la de 1980” y entonces, “apenas había regulaciones en cuanto a los programas de fertilidad, era un campo aún en desarrollo”. Por contra, dicen, “la situación ahora es completamente diferente”, con protocolos nacionales y métodos “consistentes y cuidadosos”.

De hecho, el hospital desconoce a cuántos pacientes trató el ginecólogo durante esa época y dice que los archivos han sido todos destruidos, por lo que “no se descarta la posibilidad de que se descubran decenas de descendientes”. Así, desde el hospital Alrijne también hacen un llamamiento a todas las pacientes que hayan sido tratadas por este ginecólogo a ponerse en contacto con el centro.

Otros escándalos en el pasado neerlandés

El primer caso de este tipo estalló en 2017, cuando un hospital de Róterdam anunció que investigaría el caso de Jan Karbaat, director de una clínica de inseminación asistida de la misma ciudad que resultó ser el padre biológico de por lo menos 49 personas, aunque los medios locales dicen que pudo haber engendrado hasta 80 descendientes.

En 2020, salió a la luz el escándalo del ginecólogo Jan Wildschut, que utilizó  su propio esperma en tratamientos llevados a cabo en el actual hospital Isala (conocido entonces como hospital Sophia de Zwolle) entre 1981 y 1993. En aquella ocasión, las pruebas de ADN coincidieron en al menos 17 casos, aunque, como con los otros dos investigados, se sospecha que es padre de decenas de personas más.