La tensión se intensifica en la frontera ucraniana mientras Rusia y EE UU se intercambian insultos en la ONU

Las fuerzas militares de más de diez países se están entrenando actualmente para emergencias en un campo de entrenamiento cerca de Hohenfels en el Alto Palatinado (distrito de Neumarkt).
Las fuerzas militares de más de diez países se están entrenando actualmente para emergencias en un campo de entrenamiento cerca de Hohenfels en el Alto Palatinado (distrito de Neumarkt).
EFE/EP
Las fuerzas militares de más de diez países se están entrenando actualmente para emergencias en un campo de entrenamiento cerca de Hohenfels en el Alto Palatinado (distrito de Neumarkt).

"Nazis rusófobos". Así definió Rusia a Ucrania en el Consejo de Seguridad de la ONU este lunes, en un claro ejemplo de que aunque parezca que la vía diplomática avanza la tensión va también en aumento en torno a la crisis ucraniana. A los choques dialécticos se ha unido también el aumento de tropas tanto por parte de Moscú como por parte de Kiev, que siguen abonando el terreno para un posible (pero todavía improbable) choque militar. La situación es como una montaña rusa: cuando parece que se encauza el problema, vuelven los fantasmas.

Mientras, dese la Casa Blanca han confirmado este lunes que han recibido "un seguimiento por escrito de Rusia" mientras continúan las negociaciones con Ucrania. Esa entrega se ha producido un día después de que Washington respondiera a una lista de demandas rusas y antes de la llamada telefónica prevista entre el secretario de Estado estadounidense, Anthony Blinken, y el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Lavrov, este martes.

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"Sería improductivo negociar en público, así que dejaremos que Rusia decida si quiere discutir su respuesta", sostuvo un portavoz estadounidense, que ha agregado que siguen "plenamente comprometidos con el diálogo" para abordar estas cuestiones y "consultando estrechamente" con los aliados y socios, en referencia al papel de la OTAN. Los países tampoco están de acuerdo en cómo se aborda de manera mediática la crisis. Washington quiere discreción; el Kremlin prefiere que todo sea público.

Rusia lo niega todo e insiste en la "histeria" de Occidente

Paralelamente a las conversaciones, el despliegue militar se mantiene. El portavoz del Departamento de Defensa de Estados Unidos, John Kirby, avisó de que Rusia ya acumula 120.000 tropas en la frontera con Ucrania -y un total de 170.000 hacia el Este-, algo que el Kremlin niega, al tiempo que acusa de "histeria" a Occidente. Es esa una palabra que ya utilizó Lavrov en su momento frente a Blinken. De hecho, el representante ruso ante Naciones Unidas, Vasili Nebenzia, negó que su país quiera invadir Ucrania y fue especialmente duro contra Kiev. Dice que detrás de los planteamientos de EE UU y sus aliados hay "un engaño a la opinión pública" con el fin de "lavar el cerebro a los ucranianos e impregnarlos de rusofobia".

Ucrania también ha optado por reclutar a más soldados e incrementar los entrenamientos frente a una posible incursión rusa, que sería una más después de que la guerra se iniciara en 2014 con la anexión de Crimea y el conflicto del Donbás. Kiev se sabe en inferioridad numérica frente a Moscú y en los últimos días se han compartido imágenes en las que se 'prepara' a los niños para que conozcan el material de guerra y sepan manejarse en situaciones de conflicto. Joe Biden, en ese escenario, ha vuelto a rechazar que vaya a ordenar la intervención de tropas norteamericanas para frenar a Rusia. Sin embargo, 8.500 soldados estadounidenses están en alerta máxima para su posible despliegue en Europa.

Este viernes, el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, llamaba a la calma y aseguraba que de momento no había detectado un aumento significativo de la actividad rusa respecto a ejercicios simulados de años anteriores, pero también recomendó estar preparados ante cualquier eventualidad.

Pero Estados Unidos no se fía del Kremlin y considera que va a seguir incrementando su presión militar con el paso de los días, incluso pese a que el camino diplomático siga abierto. "Podría ordenar algo a pequeña escala, podría hacer algo a una escala relativamente grande", explicó Kirby. "Y podría hacerlo en cualquier momento. Depende de lo que Vladimir Putin quiera hacer", concluyó, haciendo hincapié en que la Casa Blanca está preparada "para todo".

Mientras, la OTAN mantiene su posición y no desplegará tropas en Ucrania, porque, literalmente, "no es miembro de la Alianza", tal y como recordó su secretario general, Jens Stoltenberg. "Hay enormes diferencias entre ser miembro de la OTAN y ser un aliado fuerte y valioso como Ucrania, de eso no hay duda", sostuvo. El apoyo, de momento, es de contención, con despliegues en países cercanos que sí forman parte del grupo, como es el caso de Bulgaria, o en el Mar Negro, en una de las misiones en las que participa por ejemplo España.

Diferencias importantes en los países europeos

Stoltenberg, con todo, quiso apretar de nuevo a Moscú. "La paradoja es que Putin entró en Ucrania en 2014 porque no les gustaba tener a la OTAN cerca de sus fronteras. Pero, cuanto más agresivos sean, los aliados de la OTAN más se acercarán a las fronteras e incrementarán su presencia en la parte este de la Alianza", advirtió.

En el caso de los países europeos hay todavía posiciones muy contrapuestas. El presidente francés, Emmanuel Macron, volvió a hablar con Vladimir Putin este lunes para rebajar la tensión, mientras Alemania insiste en no suministrar material militar a Ucrania. La población germana está en contra de ello de forma bastante evidente, según los sondeos que se han realizado. Por su parte, el Reino Unido deja clara su postura: apoyo material sí, envío de tropas militares no. Sigue faltando unidad en el seno de la UE, y entre tanta duda la tensión sigue yendo en aumento.

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