Johnson, acorralado por el fuego amigo con deserciones y peticiones de dimisión: "En nombre de Dios, váyase"

  • El diputado conservador Christian Wakeford ha desertado este miércoles de las filas 'tories' y se ha unido a los laboristas.
  • El primer ministro dice que no se irá y espera las conclusiones de la investigación sobre el 'partygate'.
Boris Johnson saluda al salir de Downing Street.
Boris Johnson saluda al salir de Downing Street.
EFE
Boris Johnson saluda al salir de Downing Street.
Boris Johnson saluda al salir de Downing Street.
EFE / ATLAS

"No". Así de simple y de rotunda ha sido este miércoles la respuesta de Boris Johnson en el Parlamento británico cuando se le ha pedido en repetidas ocasiones que debe dimitir por el escándalo de las fiestas en Downing Street en pleno confinamiento. El 'partygate' tiene acorralado al primer ministro, al que acecha ya incluso el fuego amigo. Dos muestras de esto se han dado con pocas horas de diferencia: primero el diputado conservador Christian Wakeford ha desertado de las filas 'tories' y se ha unido a los laboristas precisamente por sus desacuerdos con la deriva que ha cogido el primer ministro. Poco después, ya en la sesión, el que fuera ministro para el Brexit, David Davis, tomó la palabra para pedirle a Johnson que se apartara. "En nombre de Dios, váyase", le espetó.

El caso de Wakeford es sintomático, pues era el diputado conservador de Bory South, una zona del llamado cinturón rojo, de tradición laborista y que había pasado a manos de los conservadores en las últimas elecciones. La mala dinámica tory en las encuestas (los laboristas ya les aventajan en más de 10 puntos) hace que la figura de Johnson ya no sea vista como aprovechable ni siquiera desde el punto de vista electoral.

El todavía inquilino de Downing Street, en cambio, no parece estar preocupado por las acusaciones. Johnson insiste en que ya ha pedido perdón al Parlamento y que en ningún momento tuvo la percepción de que en las fiestas se estuvieran saltando las normas para luchar contra la pandemia. En ese contexto, pide esperar a las conclusiones de la investigación que está llevando a cabo Sue Gray, que llegarán a principios de la próxima semana, según ha trasladado. Así, Johnson ha acusado al líder de la oposición, Keir Starmer, de hacer "preguntas irrelevantes y ridículas" cuando este le ha dicho si tiene previsto dimitir. "Malgasta energía", le dijo el primer ministro a su oponente laborista.

Como cortina de humo, el primer ministro ha anunciado el fin de las restricciones contra la Covid-19 desde ya. A partir de este jueves se retira la necesidad del pasaporte covid para entrar en grandes eventos y la recomendación de trabajar desde casa. Además, las mascarillas se quedan como mera recomendación, y dejarán de ser obligatorias incluso en interiores. Los críticos con Johnson ven esta maniobra como una manera de recuperar la confianza ciudadana en plena crisis.

La iniciativa de irse no saldrá de Johnson, pero esa dimisión podría forzarse a través del a Comisión 1922, formada por los diputados conservadores sin cartera y que tiene la potestad de plantear una moción de censura contra su líder si la firman un 15% de los miembros del grupo. Esta legislatura ese porcentaje está en 54 firmas y la prensa británica lleva horas asegurando que la cifra mágica "ya está cerca". 

En ese escenario se abrirían varias opciones: por ejemplo, a Theresa May propusieron destituirla por ese camino y ella renunció al cargo antes de que 'la destituyeran'. El caso más sonado fue el de Margaret Thatcher, contra quien sí se convocó la moción. Thatcher la ganó, pero acabó dimitiendo igualmente dados sus bajos niveles de popularidad. Johnson no parece tener esa opción todavía sobre la mesa, e incluso ha iniciado un plan, según medios británicos, para cesar de su cargo a quienes considere más desgastados dentro de su equipo y de es forma salvar su propia figura.

"Estoy profundamente orgulloso de lo que ha hecho este Gobierno", sostuvo Johnson en otra de sus intervenciones de la mañana. De momento ha recibido el apoyo, al menos de cara a la galería, de los dos nombres que suenan para sustituirle al frente del partido conservador: Rishi Sunak aseguró que "por supuesto" cree a Johnson cuando dice que no sabía nada de las fiestas. También le ha mostrado su respaldo la ministra de Exteriores, Liz Truss. La carrera por la sucesión del premier no ha empezado de puertas hacia fuera, pero en la trastienda cada uno ya se mueve en función de sus propios intereses. Johnson, viendo el fuego amigo, parece ya un político amortizado.

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