Acuerdo entre Gobierno, patronal y sindicatos para aprobar la reforma laboral tras una larga negociación de nueve meses. El comité ejecutivo de la CEOE, reunido en la mañana de este jueves, dio el visto bueno a las "líneas generales de la propuesta" de reforma laboral, según informaron fuentes de la patronal. Horas después, al filo de las 13.30, lo hizo la UGT, cuyos órganos de dirección aprobaron la propuesta por unanimidad. Y a las 14.25, la ejecutiva de CCOO también aceptó el acuerdo sin ningún voto en contra, por lo que el pacto quedó cerrado.

La luz verde de la principal organización empresarial y de los principales sindicatos de España llega después de semana y media de reuniones diarias con el Gobierno para intentar cerrar unas negociaciones que se habían enganchado en lo relativo a las medidas para reducir la temporalidad. Este miércoles, de hecho, el encuentro se alargó hasta la madrugada ante la urgencia de los plazos, ya que el Ejecutivo se ha comprometido con la UE a que la reforma laboral esté aprobada antes de fin de año.

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"A la espera del texto definitivo, el comité ejecutivo ha dado el visto bueno a las líneas generales de la propuesta", explicaron fuentes de la CEOE a eso de las 12 de la mañana, mientras la UGT se sumó una hora y media más tarde. La ejecutiva de CCOO, por su parte, fue la que más tardó en deliberar, pero también dio su plácet a la propuesta por unanimidad.

En cualquier caso, la negociación aún no ha terminado. Una vez alcanzado el acuerdo político, ahora ese pacto tiene que traducirse a texto legal, un proceso que se prevé menos complicado -las negociaciones sobre las medidas han durado nueve meses- pero en el que tanto sindicatos como patronal intentarán acercar lo máximo posible el texto legal a sus posiciones.

Temporalidad, convenios y subcontratación

El punto más complicado de las conversaciones ha sido el diseño final del nuevo esquema de contratación temporal, que sufre un importante cambio con respecto al modelo actual. Lo acordado finalmente es que todos los contratos se entiendan, por defecto, como indefinidos, y que únicamente haya dos tipos de temporales: uno para abordar sustituciones o aumentos imprevistos de la demanda o la producción -para lo que estos contratos podrán tener una duración máxima de seis meses-, por una parte, y otro para cubrir aumentos de la actividad acotados en el tiempo y previstos.

Este último tipo de contrato temporal es el que servirá, por ejemplo, para que los comercios puedan ampliar durante unas semanas o meses sus plantillas cuando lleguen campañas como la navideña. Esta causa únicamente podrá utilizarse para obtener el permiso para realizar contratos temporales durante un tiempo máximo de 90 días al año, no consecutivos. Y en el último trimestre del año anterior a la realización de estos contratos, los representantes sindicales deberán ser informados de la previsión anual.

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Asimismo, para actividades estacionales como el turismo, se reforma el contrato fijo discontinuo, tal y como planteó el Gobierno desde el inicio de la negociación. Podrán acogerse a esta modalidad los trabajos en contratas administrativas o mercantiles, y se reconocerá la antigüedad de todo el periodo de la relación laboral, no sólo de los periodos efectivamente trabajados, pese a la oposición inicial de la CEOE a esta propuesta.