Con las Navidades a la vuelta de la esquina, la incidencia acumulada continúa al alza en España, que ha sobrepasado ya la barrera del riesgo alto por coronavirus, y los ciudadanos miran con una mezcla de expectación y recelo las celebraciones de estas fechas. Para hacer frente a estos encuentros con la mayor seguridad posible y evitar la difusión del coronavirus, muchos ciudadanos recurrirán a test de antígenos de autodiagnóstico.

Esta es la fiabilidad de hacerse un test de antígenos antes de una cena de Navidad

Para facilitar esta labor, la Comunidad de Madrid repartirá de forma gratuita a cada uno de sus vecinos una de estas pruebas diagnósticas en las farmacias, como hizo durante la primera ola con las mascarillas FFP2. Con esta iniciativa buscan evitar situaciones como la generada en Málaga por una comida navideña entre profesionales de la unidad de cuidados intensivos (UCI) del Hospital Regional de Málaga, que deja ya casi un centenar de afectados.

Madrid comprará cuatro millones de pruebas, que estarán disponibles a partir del 15 de diciembre "para que en caso de reuniones sociales se haga de manera segura", según indicó la presidenta de la Comunidad, Isabel Díaz Ayuso, al presentar el plan junto al consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero.

Los test de antígenos se repartirán en las casi 3.000 oficinas de farmacia repartidas por la región y, para obtenerlo, será necesaria la tarjeta sanitaria de la Comunidad. No obstante, para las 600.000 personas sin esta documentación, principalmente mutualistas, podrán adquirir el material simplemente presentando el DNI o NIF.

Junto a esta medida, la presidenta anunció la prórroga de los contratos de los sanitarios de refuerzo, para lo que el Ejecutivo autonómico invertirá 40 millones de euros extraordinarios en "mantener a todos los profesionales que se necesiten, como mínimo, hasta que pase el invierno". No obstante, no precisó si se haría a la totalidad de los 11.300 trabajadores cuyos contratos expiran el 31 de diciembre.

El 15 de diciembre comenzará también la vacunación de los menores entre 5 y 11 años, que se compaginará con la administración de dosis a personas por encima de esa franja de edad y las inyecciones de refuerzo a los mayores de 60.